サファイア (𝐬𝐚𝐩𝐩𝐡𝐢𝐫𝐞) || Gojo Satoru x OC

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✩⎙⸙͎೫ˑ

Me estaba ahogando.

No podía respirar, había perdido la capacidad de hacerlo. Mis pulmones habían dejado de funcionar y sentía una gran presión en mi pecho, apretándolo, como si buscase la manera de dejarme sin aire por completo.

Todo era oscuro a mi alrededor, solo vacío, una oscuridad infinita me consumía y yo no podía tomar ni una sola bocanada de aire.

Llevé mis manos hacia mi cuello, aún sumida en la espesa negrura de aquel lugar, en un nulo intento por respirar.

Sentía como las frías lágrimas recorrían mis mejillas, estaba cada vez más aterrada.

—Chihiro. —llamó una voz que se me hacia familiar y yo solo atiné a llorar con mayor ahínco, jalando de lo que supuse, sería mi abrigo de cuello largo, tal vez así podría volver a sentir el oxígeno recorrer mi cuerpo.

—Chihiro. —su voz que antes sonaba distante, lejos de mi, se estaba acercando. —¡Mierda, Chihiro, despierta!

Gritó aquella persona y yo pegué un brinco en el lugar, abriendo los ojos de golpe, espantada.

¿Había sido solo un sueño?

Miré a mi alrededor, buscando la confirmación, ubicándome en el lugar, estaba en mi habitación.

—Mierda, ¿estás bien?, pensé que te morías. —su tono sonaba consternado, preocupado.

Giré el rostro en su dirección y ahí lo encontré, sin su típica venda y con el ceño fruncido, una expresión de preocupación en su rostro.

—Lo... lo siento, Satoru, estaba... no podía respirar. —Me avergonzaba el hecho de que él me hubiera visto en tales condiciones, aunque no fuera la primera vez.

Bajé la cabeza, limpiando mi rostro de las lágrimas rebeldes que se habían escapado por la pesadilla.

Me entregó un vaso de agua que acepté de buena gana, agradeciendo en tono bajo y él sólo asintió, acariciando mi espalda de manera reconfortante.

Esto pasaba tan seguido que se había vuelto una costumbre.

Yo despertaba de madrugada gritando, llorando o con faltas de aire y, siempre que despertaba, era porque Satoru se encargaba de que lo hiciera, gritando en mi oído si eso era necesario y, luego, se quedaba lo que restaba de noche, sentado en un sillón de dudosa comodidad, velando por mis sueños.

Estaba cien por ciento segura de que no dormía en toda la noche, por más que juraba hacerlo.

—No vuelvas a usar este maldito abrigo para dormir, ¿me escuchas? —Me estaba regañando, como a una niña pequeña.

Suspiré resignada, tal vez tenía razón.

Mierda, la tenía.

¿A quién se le ocurría acostarse a dormir con un abrigo de cuello alto a sabiendas de que podía tener pesadillas con ahogarse?, solo a mi.

—Chihiro, creo que deberías ir a ver a un profesional, las pesadillas se están volviendo más constantes. —él dijo, alejándose de mi y me vi obligada a mantenerme en silencio, por más que quisiera protestar porque, si había algo que adoraba en esta vida, eran sus caricias. —pensé que después de unos años ya habías mejorado, apenas y tenías pero ahora estás empeorando, si lo que no quieres es ir sola, iré contigo, pero sabes que esto no puede seguir así.

Estaba hablando en serio, y Gojo Satoru nunca habla en serio.

Él tenía razón, como siempre, odiaba tener que admitirlo pero, era obvio que no podía seguir así, solo lo estaba empeorando todo diciendo que estaría bien, que se me pasaría al igual que hace años, pero no era así, no "se me pasaría", era más que obvio que necesitaba ayuda, aunque me negase rotundamente a aceptarlo.