✎9: Flashback✐

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✩⎙⸙͎೫ˑ

[Escuela de Hechicería de Tokyo]

[23 de mayo del 2007]

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Odiaba las misiones que Yaga me daba. Cada segundo de estas se volvía una carrera contra la muerte, lenta y tortuosa. En todas siempre terminaba con algún peso mental, esta no sería la excepción.

Me habían enviado a acabar con una maldición de grado especial que estaba causando estragos en las afueras de Tokyo, según los informes, se llevaba a los niños de entre 4 y seis años y luego sus cuerpos aparecían despedazados en el río que estaba por la zona. Mi trabajo era acabar con la maldición y, si podía, descubrir qué y porqué le hacía eso a los pequeños.

Claro que había conseguido descubrir ambas cosas, era yo de quien hablábamos, el portador de los seis ojos.

El problema no era ese, el problema era que había llegado y la maldición estaba despedazando a un niño, vivo. Ni siquiera los mataba antes, no los dormía. Los dejaba vivos. Los gritos de dolor, la sangre saliendo a borbotones, las lágrimas cayendo de sus ojos, una escena que jamás podría olvidar. Para cuando llegué ya era demasiado tarde, su cabeza fue arrancada como si de un pedazo de papel se tratase. Sentí unas inmensaa ganas de vomitar, las cuales contuve y en menos de diez minutos, ese bicho de mierda ya estaba acabado.

Definitivamente era un nuevo trauma que debía agregar a mi lista.

Después de acabar con esa mierda, regresé a la escuela y escribí el informe, me daba mucha pereza el papeleo así que decidí mantenerlo lo más sencillo posible.

Informe de Misión: Kakaeru
La maldición de grado especial: Kakaeru, había sido en vida una mujer que contrajo matrimonio con un antiguo Samurai. Al este fallecer, ella quedó en una profunda depresión, asesinando a sus hijos, pues estos le recordaban a su marido. Despedazó el cuerpo de los niños y los lanzó al río. Después de esto cometió suicidio y con el tiempo su alma se convirtió en una maldición que fue creciendo de nivel.
Firma:

Gojo Satoru. Hechicero GE

Tecleé la firma y el dolor de cabeza aumentó. No sólo por la imagen del pequeño que no pasaba los cinco años, sino también por la utilización de mi ritual maldito sin descanso alguno. Era agotador mantener el infinito activo por más de quince minutos y eso me molestaba. Me molestaba el hecho de no poder mantener mi propio ritual la cantidad de tiempo que debía. No era débil, pero eso me hacía sentir como un completo imbécil. Sabía que podía hacer más pero, aún así, no era capaz de conseguirlo.

Gruñí apagando la computadora, la rabia aumentando en mi interior. No pude salvar al niño, no pude mantener el ritual sin que me doliera la cabeza. Era un fracaso.

En el informe omití que no había llegado a tiempo, de hecho, omití por completo la existencia del niño. No había razones para ello y haberlo hecho me hacía sentir culpable y ridículo, pero ya era tarde, el papeleo había sido enviado y no había manera de cambiarlo. Seguramente Yaga ya estaba leyendo.

La rabia no disminuía, más bien, aumentaba y solo podía encontrar una solución a esta: mis amigos. Por primera vez en la vida, había encontrado algo que conseguía calmar los demonios en mi interior. Por primera vez, había encontrado a personas que me trataban como su igual, que se dirigían a mi como si fuera un adolescente más que merecía divertirse y reír cuanto quisiera.

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⏰ Última actualización: Aug 22 ⏰

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サファイア (𝐬𝐚𝐩𝐩𝐡𝐢𝐫𝐞) || Gojo Satoru x OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora