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P.o.v Tercera Persona.

Era una mañana fresca en la casa de las Kang, Haerin y Danielle aún dormían cómodamente en la cama de la chica con ojos de gato.

El teléfono de Haerin vibró, haciendo que Haerin se levantara al escuchar el sonido de la vibración del teléfono contra la mesa de noche.

Haerin abría sus ojos poco a poco, sintió unos brazos alrededor de su cintura, se dió cuenta que era la chica que amaba, Danielle.

La australiana dormía profundamente en los brazos de la más baja, Haerin se detuvo detenidamente a mirar a Danielle, ver su cara relajada, sus ojos cerrados, sus labios entreabiertos y ver como su pecho subía y bajaba cuando respiraba.

"A los ojos de la persona correcta eres perfecta" Recordó Haerin haber leído en un libro, Haerin se preguntaba si verdaderamente merecía una persona tan perfecta como lo es Danielle.

Los ojos de Danielle comenzaron a moverse poco a poco, dando a entender que se estaba levantando, Danielle al abrir los ojos lo primero que vió fue a Haerin, mirándola fijamente, con los ojos de gato que tanto le gustaba. La chica de ojos de gato le brindó una sonrisa.

— Buenos días, Kitty.— Dijo la más alta, mientras levantaba sus manos en forma de puño y se las pasaba por sus ojos, tratando de abrirlos.

— Buenos días, Dani.— Respondió, mostrando su sonrisa de colmillos que Danielle amaba.

Danielle se levantó un poco y le plantó un beso en la frente a Haerin, haciendo que esta se sonrojara fácilmente.

— Gracias por dejarme dormir aquí.— Dijo Danielle con una sonrisa.

— No es nada, puedes quedarte cuando quieras, no hay problema.— Respondió Haerin. —¿Dormiste bien?— Preguntó, mientras movía el mechón de cabello que tapaba la cara de la chica que estaba en sus brazos aún.

— Sí, nunca había dormido tan bien, además, tus brazos son muy cómodos, podría vivir aquí.— Dijo Danielle, haciendo que Haerin sonriera, su cara estaba tan colorada como un tomate, lo que hizo que Danielle muriera de ternura.

Definitivamente esta si era la chica de la que se había enamorado.

Haerin y Danielle estaban mirándose fijamente la una a la otra, se sentían bien así, no había ambiente incómodo y todo alrededor de ellas se sentía cálido.

"Cuando estás con la persona que amas las horas pasan volando y el tiempo deja de valer oro". Recordó Haerin, otra vez del mismo libro.

— Podría besarte?— Preguntó Haerin, Danielle amaba que Haerin fuera directa, aunque a veces las preguntas las tomaba por sorpresa y le costase responderlas.

— Oh, de verdad?— Haerin asintió a la pregunta de Danielle.— Si quieres, está bien.— Dijo Danielle con una sonrisa.

Danielle se levantó un poco de la cama, mientras Haerin tomaba del mentón a la australiana para poder besarla, todo iba bien hasta que el teléfono de Haerin empezó a vibrar de nuevo, era una llamada.

— Oh, lo siento mucho Dani.— Dijo Haerin mientras tomaba el teléfono, Danielle solo asintió.

La mamá de Haerin había llamado para darle la noticia de que el director de su escuela había muerto en un accidente automovilístico, por eso iban a suspender las clases por una semana, mientras hacían el funeral del director y buscaban otro profesor que tomara el cargo de director, sería una semana muy larga, contando que apenas era sábado.

Haerin después de colgar el teléfono rápidamente le contó a Danielle, quien la miraba fijamente y escuchaba atentamente lo que la gatita decía.

— Entonces es como una semana de vacaciones?— Los ojos de Danielle brillaban al preguntar esto.

— Tal vez, creo que sí.— Haerin sonrió al ver cómo la chica australiana sonreía emocionada.

— Pobre director.— Dijo Danielle, cambiando de tema.

— A mí no me caía bien...— Dijo Haerin, Danielle rió y le pegó levemente con su codo.

— Vamos al baño a cepillarnos y a cambiarnos?— Preguntó Haerin emocionada.

— Kitty, no traje más ropa, recuerdas?— Dijo Danielle.

— No te preocupes, si es por mi te regalo todo mi closet.— Dijo Haerin, haciendo que Danielle soltara una carcajada.

Hubo un silencio de nuevo que inundó la habitación, más no fué incomodo, es sorprendente como Danielle y Haerin se miraban fijamente sin decir nada y no se sentían incómodas, más bien al contrario, las dos se sentían cómodas teníendose una a la otra.

Danielle aprovechó el momento para robarle un beso a la más baja, fué un beso corto, pero hizo que Haerin sonriera y sintiera mariposas en el estómago.

Nadie la hacía sentir tan bien como lo hacía Danielle.

«☁️: be with you ; daerin » Donde viven las historias. Descúbrelo ahora