-Era Apex -Capítulo 8 -El Viejo Joe:

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En su juventud, Joe era conocido por su amabilidad y su deseo de ayudar a los demás. Todos lo querían, y tenía todo lo que podía desear: una esposa hermosa que estaba esperando a su primer hijo, y una de las granjas más prósperas de Jurly, que en ese tiempo producía grandes cosechas de maíz, frutos y verduras de Todos los colores y sabores y leche de su vasto ganado de vacas-tortuga. En aquel tiempo la granja de Joe se había convertido en el principal proveedor de alimentos básicos del reino.
Pero todo cambió cuando una manada de Bestias de Luna, una antigua raza resultante de la mezcla de Gigantes y sylphs, invadieron su granja mientras migraban hacia el norte de Jurly debido a la expansión de la creciente ciudad de Oz-Teful. Conocidos por su tamaño imponente y su naturaleza licántropa sin conciencia, las Bestias de Luna no dudaban en matar y devorar cualquier ser vivo que se cruzara en su camino.
Joe tenía una carga que entregar en la ciudad, le pidió a su esposa Grace que lo acompañara para cenar después de realizar las entregas. "El Horno de Hierro" era el lugar al que Joe quería llevarla, un lugar no muy refinado, pero que a ella, de alguna manera le encantaba. Quería celebrar su sexto aniversario y la llegada del pequeño Billi.
Sin embargo, Grace lo convenció de ir solo a hacer las entregas y regresar. Ella quería reparar el viejo chaleco de cuero de su amado esposo, el que tanto amaba, para que luciera bien en la cena. Partió hacia la ciudad, pero lo que no sabía es que su vida nunca volvería a ser la misma.
Se apresuró a entregar los paquetes en la ciudad y regresar por Grace lo antes posible. Pero, al camino de regreso, la nieve comenzó a caer del cielo. Joe se regocijó ya que amaba ver a Grace bajo la nieve, pues su piel parecía fundirse con su blancura y sus mejillas rojas por el frío resaltaban aún más, mientras su pelo negro brillante reflejaba la luz. Para él, su esposa parecía un ángel en medio de la blanca tempestad.
Sin embargo, al acercarse a su hogar, una sensación de inquietud se apoderó de él, un mal presagio.
- Algo anda mal. -susurró y, agitando las riendas ordenó a sus caballos-leopardo qué aceleraran el paso.
Cuando llegó a su casa, se encontró con una escena que lo helo. Los corrales de sus animales, gatos-toro y cerdos-gallinas, estaban destruidos y el olor a sangre impregnaba el aire. La puerta de su casa estaba abierta de par en par y un reguero de sangre intermitente se dirigía hacia el granero. Con el corazón en un puño, solo podía repetirse una y otra vez:
-por favor, por favor. -mientras corría hacia el granero con desesperación y solo podía pensar en...
Se encontró con una escena que le causaría pesadillas por el resto de su vida. Su amada esposa, Grace, yacía en el suelo junto a una pila de heno y su pequeño hijo Billi nunca vería la luz del día. Las criaturas monstruosas los habían devorado casi por completo. Con ira en su corazón, tomó un hacha que había dejado cerca de la entrada del granero, sacó fuerzas de su interior, lleno de odio y venganza, arremetió contra las bestias de luna, matándolas una a una, aunque nada podría traer de vuelta a su esposa e hijo.

LA LEYENDA DE LOS GUERREROS: EL ORIGEN DE LA MAGIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora