— Cariño... —Susurro el albino entrando a la oficina de su novio.
— ¿Que quieres? —Respondió el peliazul, sin quitar la vista de los papeles que sostenía.
— Estuve pensando mucho en esto. Pensaba en que si podías tomar un día libre para pasar tiempo conmigo y los niños. —Respondió Rius ansioso.
— Estoy ocupado, no tengo tiempo para idioteces —Contestó molesto.
— P-pero —Y antes de que pudiera continuar, fue interrumpido por el peliazul.
— ¡Dije que no tengo tiempo! —Grito Timba enojado.
Rius se quedo callado. Apretó la tela de su pantalon con impotencia y dolor. Aunque le doliera, no seguiria insistiendo. Se dio la vuelta y se fue sin nada más que decir.
Estaba muy triste. Hace más de un año que Timba empezó a comportarse así, ya nisiquiera le prestaba atención, ni a él ni a sus hijos. Ahora, estaba más pendiente a su trabajo, ya casi no lo veía, las únicas veces que lograba ver su cara era en las noches, y con suerte podía verlo en la mañanas, solo si lograba levantarse antes que él.
Estaba recibiendo bastantes malos tratos de parte del peliazul
A veces lo insultaba, lo ignoraba, o lo alejaba sin razón, y cuando el albino le daba algún regalo, la mayoría de veces los encontraba en la basura o pisoteados, y eso hacía que el débil corazón del albino se rompiera una y otra vez si parar.Esta situación estaba hartando a Rius, odiaba el mal genio de Timba, siempre de mal humor. Entendía que estaba así por el estrés del trabajo, pero, tampoco era justificación para desquitarse con él o sus niños. Sin duda alguna, un día de estos, la paciencia de Rius se acabaría y colpasaria.
Tenía muchas razones para irse y pocas para quedarse. Una de ellas eran los niños, víctor y sparta, ellos dos eran cómo un tesoro para Rius. Era el quién los ayudaba cuando tenian problemas, cuando estaban tristes o enojados. Era Rius quién los cuidaba cuando estaban enfermos, era Rius quién asiste a las reuniones de padres, era Fius quien les daba amor maternal. Esa era una de sus más grandes razones para quedarse, no los quería dejar, pero un día tendría que hacerlo, y sería una de las cosas más dolorosas para el albino.
Rius acababa de llegar a la casa que compartía con Timba, pero apenas puso un pie en ella, corrió rápidamente al baño. Últimamente estaba teniendo muchas náuseas, dolores de cabeza, antojos, fatiga etc. Y estaba empezando a sospechar de un posible embarazo. Así que al terminar de vomitar, corrió hacia la farmacia y compro una prueba de embarazo.
Al llegar de nuevo a la casa, se encerró en el baño para hacerse la prueba. Estaba muy ansioso, enserió quería embarazarse, y esperaba alegremente estar embarazado. Luego de unos minutos, Rius tomó la prueba. La analizo un momento y desvío su mirada a la pequeña pantalla que había en ella. Dos rallitas. La cara del albino se iluminó. Por fin, después de tanto tiempo, por fin logró obtener el resultado que tanto anhelo.
El albino empezó a dar saltos de alegría. No lo podía creer, siempre quiso niños, pero nunca pudo tenerlos, llegando al punto de pensar que era estéril y rebajando sus ilusiones de tener un bebé, pero ahora mismo se encontraba con una gran sonrisa en su rostro, y su corazón latiendo con fuerza.
Derrepente, la puerta del baño se abrió, el albino dejó de saltar, pero su sonrisa no se desvaneció. Un niño de 6 años entró al baño.
— Víctor, mi amor, ¿Que haces aquí? —Preguntó agachandose para tocar las mejillas del menor.
— Escuché ruidos aquí dentro, así que vine a revisar que pasaba, pero veo que solo eras tú — Respondió el pequeño castaño. Rius le dio una sonrisa y víctor se la devolvió— ¿Y por qué estabas tan feliz? —Preguntó mirando a rius con curiosidad.
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Intentémoslo denuevo [Cancelada]
RomanceRius y timba llevan una relación de 6 años, pero últimamente timba se estaba comportado muy distante con rius, haciendo que este provocará una gran preocupación en el albino. Unos días después, el albino descubre que esta embarazado, y este felizm...