CAPITULO 2

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Sus ojos estaban cristalizados, sus mejillas estaban húmedas, y sus ojos estaban hinchados. Hace unas horas acababa de ver a la persona que lo acompaño por casi toda su vida, irse con sus maletas. Intento correr hacía él, pero ya era muy tarde, se había ido, y el no pudo hacer nada para impedirlo. Solo lo observo, guardándose el impulso de detenerlo y el dolor en su corazón, siendo destruido.

La persona que el más quiso en toda su miserable vida se estaba yendo de su lado, y tal vez nunca más lo volvería a ver. Ya no vería más esa linda sonrisa que hacía que su corazón latiera sin parar, esa angelical voz que formaba una bella melodía en sus mañanas, esa preciosa piel suave y brillante, sus cálidos besos que le transmitían tranquilidad y felicidad, esos ojos que lo miraban con amor y ternura, sus abrazos que hacían que se sintiera protegido y amado.

Pero ya no volvería a sentir todo eso por su gran estupidez. Él ya lo perdió, perdió al amor de su vida, y muy probablemente para siempre. Odiaba ese fuerte sentimiento que lo desesperaba, quería correr y alcanzarlo, abrazarlo fuerte, besarlo y pedirle perdón de mil maneras, pero lo hecho hecho está, y el hizo algo horrible. Sabía que podía destruirle el corazón a su albino, pero sintió un impulso.

Se quedo inmóvil cuando vio a Rius salir por esa puerta, con sus maletas y su tristeza empaquetada. Ahora el no sabía que hacer, ¿Cómo le explicaría a sus hijos sobre esto? El sabe que los niños aman mucho a Rius, y les afectaría mucho el saber que Rius se fue y que probablemente nunca más lo vuelvan a ver. Suspiro y se marcho al cuarto de sus niños, en donde encontró al pequeño Victor llorando a mares y a Sparta intentando consolarlo. Se quedó quieto mirándolos unos segundos y luego se acercó a los pequeños.

— Víctor, ¿por qué lloras? —Preguntó mirando preocupado al pequeño. Víctor lo ignoro completamente. Y no es que no lo haya escuchado, solo se le hacía incómodo hablarle a su papá sabiendo que desde más pequeño no interactuaba mucho con él.

— Sparta, ¿Sabes por qué llora tú hermano?— Preguntó Timba por segunda vez.

— No lo sé, tampoco me quiso decir —miro a su hermano— Vamos vic, ¿Qué te sucede? —Le dijo a su hermano sacudiendolo.

— R-rius se f-fue... —Murmuró Victor para luego volver romper a llorar. Timba se puso nervioso, debió suponer que a víctor le afectaría más la ida de Rius.

— ¿Cómo sabes eso? —Timba preguntó mirándo a Victor con preocupación. Sparta lo volteo a ver sorprendido y confundido— Hablaremos sobre Rius, ¿De acuerdo? —Dijo Timba, y Víctor lo volteo a ver.

— Niños, los tres sabemos que rius se fue, pero soy el único que sabe porque —Suspiro— Escuchen, hubieron problemas conmigo y Rius. Las cosas no siempre funcionan... Y es cuando las personas se cansan. — Murmuró con tristeza.

Ambos niños lo miraron con confusión, pero luego se unos segundos Victor volvió a romper a llorar y Sparta estaba apunto de hacerlo.

— ¿P-porqué? —Spart dijo con us vzo temblorosa, intentando con todas sus fuerzas no llorar.

Timba se quedó callado. No sabía que responder, pues no quería entrometer mucho a unos ñniños de apenas 5 años en una situación de adultos. Aparte, los haría sentir peor de lo que ya estaban. Solto otro suspiro, y luego se volteo para luego irse. Los niños le reclamaron que les explicara, y el solo los ignoró.

Camino hasta salir de su casa (mansión) y dirigirse a un gran auto blanco. Se subió al auto y le indico a su chófer que lo llevara a su empresa. Al llegar, se bajo del auto, pero antes de entrar a la empresa, se volteo hacia su chófer.

— Llámalo y dile que venga, tengo algo importante de lo que hablar. — Ordenó el peliazul.

— Si, señor. —Respondió el chófer con un asentimiento, para luego subir nuevamente al auto.

Intentémoslo denuevo [Cancelada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora