🥀Capítulo I: Felicidad.🥀

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Lette.

Pasado.

La abuela hoy nos dejó salir a jugar con los vecinos y estábamos muy felices por eso.

El cabello color gris de mi abuela se sacudía fuertemente con el viento y su piel blanca hoy parecía verse más bonita que de costumbre. Usaba un lindo vestido de abuelas blanco con pequeñas flores azules y sonreía mientras cosía la camisa que sostenía en sus manos a la par que hablaba con nuestra vecina, la señora Susana, la mamá del odioso niño de ojos marrones y su hermana.

—Juguemos a otra cosa —centro mi atención en la hermana del niño odioso.

—¡Sí! —apoya mi hermana quejándose de que correr arruina su ropa. Yo los miraba a los cuatro sin opinar, la verdad a mi no me gusta mucho correr, pero soy la menor del grupo, por lo tanto me tengo que abstener a lo que ellos decidan, al menos es lo que mi hermana Lina dice.

—Yo tengo una idea —gritó mi hermano entusiasmado luego de unos minutos en silencio— ¡vamos a jugar a los cantantes! —todos lo miramos confundidos, no es un juego de los que solíamos jugar.

—¿Cómo se juega eso? —preguntó la hermana del niño odioso.

—Fácil, tú y yo seremos los cantantes famosos —dijo tomando por los hombros a su amigo— ellas dos –señaló a nuestras hermanas serán las modelos de nuestros videos. —comentó orgulloso.

—¿Y yo? ¿Qué seré? —le pregunté viendo que todos tenían un papel importante en todo el juego, pero yo no.

—Cierto —mencionó como si se forzara a recordar mi existencia y tenía que definir mi futuro en base a mi rol en el juego, lo vi pensarlo lo que me parecieron horas hasta que por fin chilló lleno de emoción— Lette, tú serás la manager de nuestro dúo, vas a controlar todo nuestro dinero y dirigir nuestras empresas, porque tú hermanita eres la más inteligente de todos nosotros y serás la mejor de las jefas.

Dicho esto corrió a unos arboles de mango y recogió muchas de las hojas en el suelo y al regresar a mí me las tiende, eran montones de hojas y tras abrazarme me aseguró al oído que hoy ese era nuestro dinero, pero en unos años iba a ser de verdad y yo lo iba a controlar porque él se iba a esforzar por ser el mejor de los cantantes y así darnos la vida de nuestros sueños y cuidarnos siempre como debe ser.

Y le creí.

Jugamos por horas, a ese punto ya teníamos una gran mansión en Francia, vivir allá era uno de los sueños de mis hermanos, en especial de mi hermana mayor, a pesar de que ella aún no conoce de países tanto como yo que me leí un libro sobre países y sus culturas, pero es su sueño y no se lo voy a quitar.

Ellas eran modelos famosas y ellos cantantes aún más famosos y yo, una poderosa empresaria, no me agrada mucho la idea: yo quiero ser bióloga marina como Jacques Cousteau que contribuyó a que el mundo tomara conciencia de la preservación de la vida marítima o Jeanne Baret que fue la primera mujer en darle la vuelta al mundo por el océano en diez años por los mil setecientos yo quiero ser así como ella y hacer tantos descubrimientos como sea posible, es mi sueño.

Difícil, pero no imposible.

Todos entran a beber agua a casa y yo me siento en un banco en el estacionamiento en el que vivimos jugando con algunas piedritas, observando a mi abuela hablar con mi vecina, mientras mamá está en el trabajo ellas son las que nos cuidan.

—¿Qué haces mocosa? —pregunta el odioso amigo de mi hermano.

Fijo mi vista en su madre y luego lo veo a él.

—No te importa niño —le digo muy digna.

—No soy un niño, tengo más de diez, soy grande y mis padres me pusieron un nombre para que lo uses mocosa —dijo lleno de orgullo, lo que me hace girar los ojos en un gesto aburrido.

El diario de Lette 🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora