🥀Capítulo V: La escuela🥀

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—Miren, miren a quién tenemos aquí —Una de las chicas populares del colegio que pertenece al décimo grado se acerca a mí con su grupito siguiéndole los pasos.

Algunas de mis compañeras de clases le seguían junto a Lina como su cabecilla.

Aquí vamos de nuevo.

—¿Ya nuestra tarea está lista copia barata?—escuché preguntar a Lina, a ella le encantaba decir que la mayor era ella, cuando en realidad la copia era otra, pero nunca tuve ganas de restregárselo en la cara.

Estudios demuestran que eso solo lo hacen las personas para llamar la atención y yo prefiero no hacerlo.

Exponerte significa que más gente sabe de ti, mientras más personas saben de ti más relaciones interpersonales tienes que establecer, mientras más relaciones interpersonales haces más personas se acercan a ti y más personas tienen la posibilidad de descubrir tú mierda y hacerte más mierda.

Y por esa razón no tengo amigas en el colegio y los profesores ni siquiera se dan cuenta o prefieren ignorarlo.

No es como si les importara alguien que no paga su matrícula como el resto de las trescientas chicas que están aquí.

Solo soy su maldita obra de caridad por todo el prestigio que los hace ganar que Paul done "voluntariamente" dinero para este lugar.

Aunque sabemos que lo hace para que nadie diga que aquí estudian sus "adoradas hijas".

—Si —les extendí los informes con sus nombres y apellidos y ellas se los repartieron entre sí. Con una sonrisa las recibieron y en agradecimiento me tomaron por el cabello y arrastraron por todo el patio central bajo la atenta mirada de todos.

Algunos se apartaban temerosos de ser los siguientes, en especial los de séptimo grado, otros solo lo ignoraban por estudiar para sus exámenes, ya saben ojos que no ven corazón que no siente, mientras que otros elegían burlarse de la cantidad de lágrimas y quejidos que salían de mi boca al ser arrastrada desde el patio central hasta la cancha.

Aquí vamos de nuevo.

🥀🥀🥀

No necesito contar aquí todo lo que pasó en la mañana, pero ya es lo normal.

Lavé mi cara como pude en el baño y arreglé mi cabello, lo bueno es que no tuve que hacer mucho porque mi cabello puede estar expuesto a un huracán y seguirá siendo liso, es lo único que puedo valorar de toda mi vida de mierda.

Salí del baño fingiendo que no había pasado nada, ignorando las punzadas de dolor en mi cabeza por haber pasado la mitad de la noche llorando, mientras que la otra intentando ganarme mi comida y ahora tenía la mañana recibiendo la particular atención de las chicas populares del liceo.

¡Qué hermosa vida tengo!

—Esmeralda...— Escuché al salir del baño, me giro y miro a la secretaria de la dirección que ve con una mueca el golpe en mi mejilla derecha.

Ella con una mirada de compasión extendió una crema en mi dirección y sonríe, con debilidad casi imperceptible, pero lo hace.

Lo hace con lástima.

—¿Por qué dejas que te hagan eso? —Cuestionó sorprendida mientras me veía aplicar la crema sin hacer una mueca.

Nada duele, todo sucede y yo solo miro todo desde el fondo de mi cabeza siendo una espectadora más.

—¿Por qué no las detienes? —Siguió cuestionando al ver que no respondía—¿Por qué no te defiendes?

—¿Por qué usted no lo hace? —Rebatí con los ojos puestos en la crema que sostenía.

—¿Qué? —Preguntó como si le costara formar esa única sílaba.

—¿Por qué usted no lo hace? —Esta vez la miré— ¿Por qué usted no me defiende? Usted tiene más poder que yo aquí, usted es una adulta, a los adultos les hacen caso, a las niñas nadie le hace caso —Señalé y ella me miró con lágrimas en los ojos y seguí, quería de alguna forma liberar un poco del vacío que sentía solo para sentir algo.

Dolor, felicidad, tristeza, algo más que el vacío que Josué dejó en mí.

—Esmeralda...—Intentó mediar.

—Sus superiores no la dejan —dije resignada— no pueden permitirse que se diga que en una honorable institución que sigue las normas dictadas por el señor, Dios Todopoderoso, las niñas son sometidas al acoso por niñas más grandes y que las bastardas de Paul estudian aquí.

—Cielo, no es así...—

—¿¡No es así!? —cuestioné— Dígame entonces ¿por qué todos se han hecho la vista gorda viendo lo está pasando? ¿Por qué nadie ha hecho nada al respecto? Porque parece que el dinero puede más que los derechos de cualquier niño. No importa de todos modos, —dije cuando vi que no tenía nada que decir— Váyase y no se preocupe por mí, todo lo que hago es por un bien mayor.

—¿Bien mayor? ¿Qué bien? No puede ser posible que haya un bien en todo esto —Argumentó como si supiera mi vida.

—Mientras ellas concentran su vida en mí, los demás pueden vivir tranquilos sus vidas...—Ella asintió relajada... pero si alguien me mata, estoy segura que sería el mayor bien que pueda hacer para todos a mi alrededor.

Ella no dijo nada más, solo me observó colocar un poco de crema en mis heridas y se fue cuando terminé. Mi horario escolar se pasa volando mientras en mi mente solo se rememoraba las palabras que me han dicho durante toda mi vida.

No eres especial.
Das asco.
Eres la desgracia de esta familia.
Tu existencia nos ha condenado a ser miserables.

Tranquila Lette, solo es un día más en la escuela y es importante recordar que todos tenemos un propósito en esta vida y si, no me puedo morir, el propósito es claro, ser el archivo de frustraciones del mundo. 

NOTA DE AUTOR

Holissss...

No lo digan, lo sé.

Sigo más perdida que Rapunzel en la torre.

Es que en cuestión de estar bien, no lo estoy y Lette toca tantos puntos sensibles que lloro junto a ella y lo menos que quería era eso ahorita.

Me estoy esforzando mucho por traerles lo más pronto que pueda los capítulos de esta y mi otra historia, pero la vida es la vida muchachones y me destroza cada segundo que pasa literalmente.

Las actualizaciones seguirán siendo lentas por los momentos, pero me esforzaré por darles lo mejor que tengo. 

Ahora ¿Chismeamos sobre el cap?

Me llena de impotencia las injusticias que hay en ese colegio, me llena de impotencia que Lette solo se rinda así sin alzar su voz, pero creo firmemente que ella saldrá de esta y será feliz. 

Tengo fe en ello y como buena venezolana que soy, diré mano tengo fe. 

Casi, casi olvidaba el odio que le teníamos a los padres de Lette.

Por el momento me despido, no me odien, ni me abandonen.

¡Los amoooooo!

Amor y brillitos❤✨

By: Aria🥀

El diario de Lette 🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora