Capítulo 3

119 14 1
                                    

No es momento para otro "adiós"

Joon.

No quería hacerlo.

Sabía lo que me costaría.

Pero tenía a Dakota a mi lado y eso me daba la fuerza suficiente como para poder entrar. Tomé el pomo de la puerta y cerré los ojos recordando que debía mantener la compostura. Fue cuando sentí la suave mano de Dakota sobre la mía.

Abrí los ojos y volteé a verla. Me ofreció una cálida sonrisa y me hizo sentir seguro. Asiento con la cabeza y ella fue quien a continuación abrió la puerta, pero me dejó entrar primero. Colocó su mano en mi espalda y me animó a avanzar junto a ella.

Cuando miré hacia adelante, no me lo podía creer.

Mi abuela es lo más preciado que tengo y apreciaba mucho el hecho que resistió todo un año y medio solo para tener de vuelta a dos de sus nietos más queridos.

Mi abuela Min tiene varios cables y máquinas a su alrededor que hacían el mayor intento de mantenerla con vida. Miro hacia arriba rogándome no llorar y aguantar lo que mejor pueda.

Respiro hondo y no soy capaz de avanzar, caigo de rodillas frente a la cama y susurro lo mucho que me arrepiento haberme ido y no poder haber hecho más para quedarme. Dakota se arrodilla a mi lado y me toma de la cara, solo la levanto para volver a verla y ella me ofrece una sonrisa de boca cerrada, cuando nota como están mis ojos asiente con la cabeza y extiende su mano para que la vuelva a tomar.

Me levanto e intento mantener de nuevo la compostura. Mi abuela tiene los ojos cerrados y sus brazos descansan sobre su estómago que es cubierto por una bata de clínica y unas cuantas sábanas blancas. Dakota suelta mi mano para rodear la cama y arrodillarse al lado izquierdo de la misma. Dakota se atreve a tomarla de la mano y llevársela hasta el puente de la nariz y dejarle un cálido beso plasmado en la misma. Sus ojos cristalizados son evidentes, pero aun así posee fuerza para no comenzar a llorar.

Regresa la mirada a mí y con ella transmite lo necesario para que también me arrodille al lado de mi abuela. Cuando me acerco, tomo su mano libre con ambas manos y la acarició. Entonces hablo;

—Abuela, estoy aquí —hablo atemorizado.

Se escucha claramente el pitido de una de las máquinas y me destroza el corazón verla así.

—Nene Lee —habla con la voz temblorosa y sus manos me agarran con fuerza—Mis dos pequeños están aquí.

Dakota sonríe y nuevamente deja un beso plasmado en su mano.

—Como los extrañe... —a pesar de lo apagada que se le ve, intenta mantener ese mismo tono de voz apacible.

—Y nosotros a ti abuela...—responde Dakota.

—Lo sé. Sé que sin mí no podrían vivir —se ríe un poco y luego comienza a toser.

—No hagas tanto esfuerzo al hablar, abuela —le digo poniéndome de pie.

—Tu siempre cuidándome —extiende su mano para tomar mi mejilla, por lo mismo me agacho un poco.

—Es lo que mejor hago —me encojo de hombros con una sonrisa de lado.

—¿Ahora si te quedaras? Dime que no te irás y que no la volverás a dejar sola, no quiero que vuelvas a dejar a los que te queremos —me pide a modo de súplica.

Levantó la mirada y Dakota me sonrió, luego bajo la cabeza y noto como quiere ocultar la expresión de sus ojos. Me permito detallarla por un momento antes de contestarle y asegurarme que sería un completo idiota de solo pensar en volver hacerlo.

Ojos De Avellana [Libro II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora