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{ Sección 7 }

- Narrador omnisciente -

—¿Cómo sabes mi nombre? —esa fue la primera pregunta de la chica cuando Noah subió a donde estaba.

—Yo... puede que te suene raro, pero te he visto en mis recuerdos. O en mis sueños, la verdad es que no sé qué son. —dijo en respuesta, y la chica no pareció sorprenderse.

—Yo también te vi a ti. Y a ese chico, Thomas. —le dijo, viendo desde arriba al castaño, quien hablaba con Minho y Chuck mientras miraban hacia arriba.

—¿Recuerdas algo más que tu nombre, Teresa? —preguntó Noah, mirando a la chica, quien se encogió, aún rodeando sus piernas con sus rodillas pegadas al pecho.

—¡Hey! ¿Ella va a bajar? —la voz de su hermano interrumpió las palabras de la chica.

Noah se asomó de nuevo y vio a todos mirando hacia arriba. —¡Dejarnos unos minutos! —gritó hacia ellos, a lo que pusieron expresiones cansadas.

—De acuerdo, ya la habéis oído. —habló Newt, y todos lo miraron—. Dejémosles unos minutos para que hablen.

—Minho, deja de mirar todo el rato hacia arriba como un empanado —Sartén tiró de su brazo para llevárselo al ver como no se movía.

—Que sí que ya voy —se quejó Minho, soltándose del agarre de su amigo y caminando a un lado de Chuck.

—Bueno, Teresa. Soy Noah, llegué aquí hace unos días, y sí, somos las únicas chicas del Claro. Pero ellos son muy buenos, aunque un poco imbéciles. —dijo, haciendo que el ceño de la chica se frunciera en confusión.

—¿Por qué somos las únicas chicas? —preguntó, estirando las piernas y mirando a Noah.

—En realidad no lo sé, pero no creo que importe, ¿no? —le regaló una sonrisa, a lo que Teresa dejó de fruncir el ceño y sonrió un poco.

—Es raro. —dijo ella, mirando hacia las puertas del laberinto—. Mi primer instinto ha sido buscar algún lugar donde poder esconderme, pero no me había dado cuenta de aquellas puertas.

—Me pasó lo mismo, aunque mi hermano me ha contado que todos los chicos que han pisado este Claro, lo primero que han hecho ha sido intentar salir. —dijo en respuesta, sentándose a su lado, ambas apoyando la espalda contra el árbol.

—¿Tu hermano?

—Sí, es el chico que viste en la habitación cuando despertaste, el rubio. Es el líder de todo esto ahora.

—Sigo sin saber de qué te conozco a ti y a ese chico de antes, Thomas. —dijo, aún dándole vueltas al asunto—. ¿Crees que seamos especiales? ¿Que tengamos algo que ver con todo esto y por eso somos los únicos a los que le pasa esto?

—No lo sé, pero puede que sí tengamos algo que ver. —contestó, y así siguieron hablando de lo mismo por largos minutos, hasta que Teresa miró sus bolsillos.

—Toma, vine con esto —sacó de su bolsillo tres pequeños frascos con un líquido azul.

—¿WICKED? —leyó las letras grabadas en la parte superior de uno de los frascos.

La chica del Grupo BDonde viven las historias. Descúbrelo ahora