Solo Tú (Jenlisa G!P)

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Estaban por llegar a casa de la coreana cuando Lisa vio a lo lejos un restaurante de comida italiana, a lo que la tailandesa se acordó que a Jennie le gustaba mucho la comida de ese tipo.

- ¿Aceptarías una comida conmigo?.- pregunto Lisa.

- Estaría súper bien.- respondió Jennie, con esa sonrisa gomosa.

La tailandesa se estacionó y salieron para luego entrar al restaurante.

- ¿Has venido por aquí?.

- No, es la primera vez que vengo para acá. - dijo la coreana.

Lisa solo asintió. Una mesera se acercó para tomar su orden pero sin antes, darle una mirada a Lisa, que no paso desapercibida por Jennie.

- ¿Irás al colegio mañana?. - saco el tema Jennie. Lisa asintió, bebiendo un poco de agua.

- ¿por qué preguntas?.

- Por nada.- respondió la coreana.

Luego de unos minutos llego la mesera con los platillos, Lisa estaba pensando si volver a pedirle a Jennie si podía salir de nuevo pero, ahora ir a la playa o de compras.

- Jen.- llamó.

- Dime.- respondió mirándola con esos ojos gatunos.

- ¿Mañana en el descanso podría verte? quiero darte algo pero no creo verte en la entrada.- miró hacia otro lado, nerviosa.

- Bueno, pero... ¿me dirás que es?.- pregunto. La tailandesa negó y sonrió.-  hay está bien, pero me avisas cuando salgas, es probable que esté con mis amigas.- sonrió.

- Está bien, señorita.- al decir eso, hizo sonreír más a la coreana.

Le encantaba cuando ella sonreía y se podría decir que era una de sus cosas favoritas que tenía la coreana.

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Lisa estacionó su automóvil a las afueras de la casa de los Kim, miró hacia la casa que tenía un buen diseño y después a la coreana.

- ¿Bajarás?.- dijo.

- Amm, si. Entonces, nos vemos mañana.

- Si, después de receso pero...- al decir eso, Jennie la miró.- ¿Quieres que pasé por ti?

- ¡Oh, claro!.- sonrió. No sabía cuántas veces había sonreido en todo el día, pero Lisa hacia que lo hiciera sin darse cuenta.- Pero, ¿no tenías algo que hacer?.

- Bueno, te avisaré. No, ya no, se supone que iba a salir con mi tía pero al final se canceló.- respondió.

- Bien.

Un mini silencio incómodo se formó entre ellas dos, el que fue roto por el timbre del móvil de la tailandesa.

- Disculpa.- musitó, sacando su móvil de su bolsillo. La mirada de Jennie se dirigió a la pantalla del automóvil dónde aparecía el nombre de Soyeon.