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Su vida no había sido la más sencilla, pero creció en un ambiente lleno de amor. Una relación estrecha con sus dos padres, quienes le habían inculcado la importancia de cuidarse y no perder la esperanza de encontrar a su destinado. Tal como ellos, que se conocieron en la escuela elementaría y no dejaron de amarse ni un solo minuto.

Pesé a no tener mucho dinero, su padre omega y alfa hacían pequeñas artesanías para obtener dinero extra dándole lo mejor no solo a él sino a su hermano gemelo.

Internamente siempre deseo ser alfa, así conseguiría mejores empleos y haría orgulloso a su pequeña familia, pero la vida no es tal y como se lo planeaba cuando tenía doce años. Además, la realidad le golpeo directamente en la cara no cuando en su examen médico salió en letras grandes "omega" pues su hermano había sido confirmado como uno pocos días antes.

Sino que todo lo que alguna vez creyó se fue al tacho de basura cuando cierto día a la edad de quince años encontró a su modelo a seguir con los pantalones rotos, el rostro mojado en lágrimas y la mordida de un extraño en el cuello. Se le partió el alma.

Aún recuerda como le suplico para que abortará el producto de esa infame violación, pero su hermano se rehusó. "Mi cachorro no tiene la culpa, le criare con amor... por favor, acepta mi decisión."

En ese tiempo, si tal vez le hubiera presionado un poco más ahora mismo en su hogar estaría su preciado hermano, y no su sobrino... más bien hijo.

—¡Mami! — El pequeño extendió sus manitos intentando que el omega le abrazara. — ¡Mami! — Volvió a llamar, esta vez Kyungsoo le dedico una sonrisa cargada de cariño, antes de despeinar su cabello oscuro y apretar sus mejillas.

Sí, el día que era el cumpleaños de su ahora hijo también era la fecha de fallecimiento de su hermano gemelo. En un principio desecho la idea de cuidar al pequeño, pero luego de verle en la diminuta sala de cuidados prenatales, con sus cortos dieciséis años recién cumplidos su lado omega tomo cartas en el asunto. Iba a cuidar a ese pequeño ser como si fuese de él.

Sus padres le brindaron apoyo, pero con el paso de los meses el llanto del chiquillo les paso factura. Su padre fue hospitalizado debido a la falta de sueño, por lo que abandonó sus estudios para poder alquilar un pequeño apartamento no muy lejos de ellos. Lo hacía por su familia, por Jongdae y él.

—¿Qué sucede mi vida? — Acaricio su nariz contra el cuello del pequeño. —¿Ansioso por tú cumpleaños número cuatro? —El tierno niño asintió para luego bostezar.

Do Jongdae, a solo días de cumplir cuatro años. Era un niño sumamente inteligente, independiente, servicial y hermoso. El pequeño no era físicamente similar a su hermano, además de unos cuantos lunares en el cuello, pero a cambio heredo su brillante personalidad. Misma que Kyungsoo se encargada de pulir con bellas palabras y buenos tratos todos los días.

El omega de grandes ojos reviso la hora en el reloj portátil colgado en la pared, una de las cosas que más detestaba recientemente era dejar a su hijo para irse a trabajar, pero se daba fortalezas mentalmente diciéndose que lo hacía para asegurarle juguetes y comida deliciosa al chiquillo.

—Bueno cariño, ya sabes la rutina. Te dejaré en la guardería, voy al trabajo y en la noche paso por ti. ¿De acuerdo? Te prometo que estaré completamente libre para tu cumpleaños. — Beso tiernamente su frente, Jongdae inflo sus cachetes y apretó sin fuerza la nariz de Kyungsoo.

—¿Lo prometes por la garrita? — Kyungsoo sonrió para asentir, en una mano acomodo al infante para estirar la otra apretando la orejita de Jongdae.

—Por la garrita.

Padre e hijo eran observados con algo de pesar por las personas en el sitio mientras ellos caminaban por las calles rumbo a la guardería 'El dorado', nadie conocía el motivo real de como un chico tan joven como Kyungsoo paseaba de la mano con un niño, no había marca de propiedad en su cuello, así que más de un mito se formó alrededor de él... un omega sin lazo, ni pareja. No era atractivo para los alfa, y eso sinceramente al omega Kyungsoo le daba igual.

Él tampoco estaba en busca de un estúpido alfa que pusiera en duda su paternidad con Jongdae, estaba primero el pequeño, segundo su niño, tercero su hijo y luego él mismo. Al diablo una pareja que le muerda, le embarace y abandone. Tener a tu destinado tampoco es que te solucione la vida, pues esa persona podría ser un alcohólico, flojo.

No todo es color de rosa, y aunque Kyungsoo no ha dado su primer beso considera que el proceso de conocer a alguien es demasiado agotador, prefiere llegar a su casa a ver caricaturas en la televisión con su hijo. Nada de citas, nada de encuentros agotadores, nada de lazos rotos, nada de...

—Mami, ya llegamos. — Jongdae jalo de su ropa para señalar hacía el pequeño lugar colorido, varios niños jugando en la entrada. El rostro del pequeño se ilumino al ver a cierto niño separando piedras de distintos tamaños. —¡Es Mini!

Kyungsoo solo suspiro, cuando estaba el pequeño Minseok era abandonado por su hijo. Punto para el mocoso, cero para él como padre. Decidió agacharse, arreglar el uniforme de cuadros amarillos de Jongdae para darle finalmente un beso de despedida.

Los profesores estiraron sus manos despidiéndose del pequeño omega, que solo se quedó unos segundos para confirmar que su hijo estuviera seguro dentro del lugar. Arreglo su uniforme blanco antes de salir corriendo hacia el restaurante en dónde le contrataron.

No era un sitio demasiado lujoso, pero la paga era buena. Presentaba ventajas al estar cerca de su hogar y la guardería de Jongdae, era un simple ganar-ganar.

Kyungsoo ingreso por la puerta trasera, saludo a sus compañeros que solo le sonrieron mientras seguían moviéndose de manera afanada por el interior del lugar.

—¿Qué sucede? —Pregunto Kyungsoo al jefe de cocina Jinyoung

—Una empresa alquilo la recepción para hacer una fiesta de emparejamiento, no me digas nada... ni siquiera yo estaba enterado, todo fue de un momento a otro. Ya sabes cómo son esos alfas, hacen lo que se les dé la gana. — El joven mordió sus labios para señalar el menú. — Al menos se dignaron a contratar meseros, pero no tenemos mucho tiempo. Quieren mil cosas, eres bueno con los postres te recomiendo eso.

Kyungsoo dejo sus artículos en la pequeña zona para empleados, salió rápidamente para lavar sus manos y detallar que exquisitos platillos iban a querer. Le sorprendió la simpleza de los mismos. Solo elevo sus hombros iniciando desde cero.

La cocina era un desastre, personas caminando con afán de un lado a otro, sonido de platos y vasos. Jinyoung estaba con el rostro rojo de la frustración, mientras su pareja Jaebum se encargaba de relajarle y hacer las bebidas.

Al cabo de unas horas los invitados estaban llegando, a pesar de que Kyungsoo no era un omega demasiado sensitivo no podía evitar cubrirse en ocasiones la nariz por el fuerte olor a feromonas de alfa. No resultaban agradable para él, eran olores amargosos, ácidos. Todo gritaba 'tengo dinero'.

Eso le hacía enojar, pues su hermano tenía ese olor en el cuerpo en esa horrible ocasión. Desde ese instante le daban arcadas.

—Kyungsoo, Shownu indiquen a los meseros lo que deben ir llevando a los invitados. —Los dos mencionados asintieron. Kyungsoo miro por encima del hombro a su compañero, sabía era un betha por lo que nunca tuvo problemas con él. Aunque era poco hablador.

Ambos se acercaron a un grupo de meseros, dando indicaciones. Kyungsoo arrugo el entrecejo cuando el olor a pastel de chocolate llegó a su nariz, giro un poco la cabeza intentando ver si alguien había sacado su obra del horno.

—¿Entendieron? — Shownu terminó de hablar, Kyungsoo dio por finalizada la conversación hasta que una ronca voz resonó en todo el lugar.

—¡Espere, usted es mi destinado! — Su cuerpo tembló, el aroma se hacía más intenso. Su brazo fue atrapado por algo, cuando se percato era un chico rubio con pinta de delincuente quien le estaba sonriendo. —¡Lo sabía! ¡Soy tu alfa!

My Love || ChanSoo [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora