IV

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Kyungsoo sonreía ligeramente a la par que miraba desde la sombra de un frondoso árbol como su pequeño hijo estrenaba los zapatos rojos que le regalo por su cumpleaños mientras Minseok no dejaba de reír por las extrañas poses que el niño hacía.

—Estas muy distraído, nunca te había visto con esa sonrisa tenue en tu rostro. ¿Algo bueno sucedió? —Kyungsoo saltó en su puesto, al levantar la mirada estaba Koichi el divertido y extravagante padre omega de Minseok, y no es que ser diferente fuera algo malo, pero la primera vez que vio al japonés de cabello rosado usando unas gafas de Mickey Mouse sí que le pareció curioso.

—¡NADA PASO! — Koichi levanto la ceja y se sentó junto a Kyungsoo.

—Puedo parecer más joven, pero estoy llegando a los cuarenta. —Kyungsoo abrió la boca totalmente sorprendido, pues había jurado que tenía aproximadamente su misma edad. Koichi rio por la cara del bajito. —Y como tengo más experiencia... no me puedes mentir. Conozco esa sonrisa, ¿encontraste a tu pareja?

Kyungsoo bajo la cabeza, sus dedos se enredaron en el verdoso pasto y suspiró. Hablar con alguien que no fuera su familia podría ser la cura de sus males. Asintió a la pregunta del contrario.

—Lo encontré, o él me encontró. — Suspiró nuevamente, levantó la cabeza mirando las pomposas nubes que flotaban como algodón de azúcar en el cielo. —Es un niño... no literalmente, pero el aura de él es bastante caluroso. Un alfa extraño. El olor que desprende es dulce, la sonrisa que mantiene en su rostro es sincero y aunque dice mil tonterías sobre ser una familia feliz me siento tan extraño, me pongo nervioso cuando sé que está cerca y paso de estar completamente enojado a llegar a mi casa y sonreír como un idiota porque nos cruzamos. Es tan extraño.

—Mmmm. —Koichi peino en una cola alta su largo cabello y miro con el rabillo del ojo la expresión tonta en el rostro del pelinegro. —Desde que te conozco, nunca has hablado mal de los alfa. Aunque te has negado en conocer a alguien no es como que le guardes resentimiento a todos. No conozco a la perfección tú historia, pero eres alguien trabajador y que ama infinitamente a Daedae. Ese chico parece ser lo que siempre has soñado. Además, un alfa con aroma dulce son solo buenas noticias, esos escasean.

—Puede que no esté insultando a los alfa todo el tiempo, pero tengo miedo. No porque sea mi destinado significa que él sea... no sé, es extraño. Dices que son pocos los alfa así, eso confirma que es extraño y es más extraño que yo me ponga tan... loco cuando lo veo. Santo cielo, incluso lo he espiado un poquito... él parece no saber que estoy ahí. Es extraño.

—Has mencionado esa palabra varias veces. Kyungsoo, el amor es extraño. No es perfecto, yo de ti me entregaría en cuerpo y alma a lo que la vida me quiere regalar, me preocuparía si fuese un tipo peligroso con olor a basura. —Kyungsoo miro a Koichi y luego como el alfa del pelirosa perseguía mariposas con Minseok. —Mi destinado es un idiota, y cuando lo conocí era casi como un gánster. Estaba obsesionado con crearse una estúpida banda de rock y mostrar los pezones a cualquiera. Pese a eso decidí tomar las riendas de mi vida, con algo de esfuerzo y mucho amor ahora llevamos más de dos décadas juntos, y si tomé esa decisión es porque aunque su aspecto da miedo con tantos tatuajes y cabello alborotado, su olor es como estar en medio de un gran jardín de jazmines. Su olor fue lo único que necesite para arriesgarme.

Kyungsoo rio al imaginar al alfa en tal escena, al principio se sintió un poco cohibido de dejar jugar a Jongdae con Minseok pues su familiar era particular, con un alfa tatuado y un omega obsesionado a las caricaturas infantiles, pero eran amorosos, diferentes como su pequeña familia que era monoparental. Además, escuchar la experiencia de otro omega con destinado era muy reconfortante.

—Entonces me dices que debo dejar de golpearlo cada que lo veo. ¿Cierto? — Koichi rio en voz alta acariciando con confianza la pierna de Kyungsoo.

—Oh cielos, dale al menos diez minutos de tu tiempo y escucha lo que quiere decirte. Si me cuentas que es como un niño, entonces seguramente su forma de expresar el deseo que tiene de conocerte sea algo tosco... paciencia Do Kyungsoo. Paciencia.

—¡TONTO DE PELO ROSA, VEN RÁPIDO HAY UNA ABEJA Y ME MATARÁ! —Koichi miro a Kyungsoo y señalo como su alfa gritaba mientras los dos pequeños se reían.

—Lo ves. — Kyungsoo asintió, Genki era ridículamente parecido al aura que tenía Chanyeol. — Es un tonto, pero me hace reír. Puede que hablar conmigo no fuese de mucha ayuda, pero ve y date un tiempo. Eres también un niño. Disfruta las oportunidades porque no sabes si estarán ahí para siempre.

Y con esas palabras Koichi dejo en completa soledad a Kyungsoo quien no podía dejar de recordar lo que escucho hacía unos días en ese restaurante. No era mentira que al ser destinados se iban a cruzar todo el tiempo hasta que por fin pusieran en orden sus pensamientos. ¿Conocer o no a Chanyeol? Esa era la cuestión, su omega interno le imploraba todas las mañanas, tardes y noches que buscará al alfa. Y como él se negó, por esa razón termino comprando montañas de detergente con olor a chocolate.

Las risas de Jongdae se incrementaron, el omega pudo notar como el motivo de sus conflictos mentales cargaba a su hijo sobre los hombros, sus manos sudaron y sus pies temblaron. El alfa caminaba justo hacia su dirección, ¿tenía que correr? ¿Podía fingir estar durmiendo? "Claro que no Do Kyungsoo, ya te vio"

—Hola, Kyungsoo. — El chico que antes era rubio ahora lucía el cabello totalmente rojo, la voz era ronca y ese delicioso aroma inundo las fosas nasales del omega. Parecía que esta vez no importaría que estuviesen al aire libre.

—Chanyeol. — Respondió nervioso, arrugo las cejas y aclaro la garganta. Seguramente el alto pensaría que estaba enojado, pero no. Estaba feliz. —¿Puedes soltar a mi hijo? — "Oh cielos, cállate Kyungsoo... lo vas a espantar."

—Claro. — Chanyeol bajo a Jongdae, el cual se quedó mirando la escena y con su boquita abierta terminó negando con la cabeza. Tomo la mano del alto y luego la de su mamá.

—¡Se quieren! Tienen que hablar. —Jongdae soltó una tierna risita, las orejas de Kyungsoo se volvieron del mismo cabello de Chanyeol mientras el alfa agacho la mirada intentando cubrir el sonrojo de sus mejillas. —Mami huele a felicidad, Yeol huele rico cuando mira a mami.

Luego de eso, el pequeño diablillo corrió hacia Koichi que le pico el ojo a Kyungsoo y señaló a los pequeños indicándole que él lo cuidaría. Parecía que absolutamente todos deseaban servirles como celestina.

—Tenemos que hablar. —Dijeron al unísono, sus ojos se encontraron. Kyungsoo sonrió por primera vez en presencia de Chanyeol, sus manos se apretaron con más fuerza.

—Es una bonita sonrisa de corazón, ¿es para mí?

Kyungsoo comenzó a reír en voz alta, ahora entendía las palabras de Koichi. "PACIENCIA DO KYUNGSOO".

My Love || ChanSoo [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora