¿Me dejarías ser ella...?

Capítulo 4

                        El pilar del Viento:

                      Shinazugawa Sanemi.

-Vas muy bien, pero todavía dejas algunas aberturas que el enemigo podría aprovechar en tu contra -habló Tomioka de brazos cruzados sosteniendo un paraguas mientras veía cómo la pelirosa se mojaba bajo la intensa lluvia.

-¿Y cómo se supone que mejore en eso? -preguntó Sakura respirando agitadamente sosteniendo en sus manos una katana de madera -además, ¡¿por qué tengo que mojarme con la lluvia?!

-Te ayudará a enfriar tu cerebro -soltó Giyuu sonriendo levemente de forma burlona, cosa que provocó que la fémina frunciera su ceño mientras un puchero se formaba en sus labios.

Ya habían pasado tres años y dos meses desde que el pilar del Agua se hacía cargo de ella, notando así, que la oji jade mejoraba a un ritmo muy acelerado, aunque tenía un gran problema, y ese era su resistencia...

Sakura todavía no resistía a combatir durante mucho tiempo, y eso podría ser perjudicial para ella en una batalla real.

-Dejando eso de lado... -susurró la fémina -llevamos semanas practicando mis movimientos y mi forma de dominar la respiración, pero no me ha enseñado como ejecutar ninguna técnica...

Tomioka guardó silencio al escucharla decir aquello. Ella tenía razón, pero tampoco quería apresurar las cosas, si fuese por él aumentaría más el tiempo para instruirla, pero... el examen de cazador estaba cerca y no le daría tiempo para eso...

-Ten -habló él lanzándola una katana cubierta, cosa que ella tomó a duras penas.

-¿Eh? ¿Y esto? -preguntó Sakura con confusión, hasta que lo desenvainó dándose cuenta de que era una katana real -esto es...

-No es exactamente lo que parece... -la interrumpió Giyuu con su típico semblante neutral -pero te servirá para ejecutar tu estilo de respiración...

-¿De verdad? -exclamó Sakura sin poder contener su emoción. Al fin, iba a poder ejecutar su técnica -y... ¿por dónde empiezo?

-Recuerda que la katana se rompe fácilmente -respondió Tomioka -aunque aguante los golpes verticales, es débil contra los horizontales.

-Entiendo... así que debo imbuir la katana con toda mi fuerza... -susurró la pelirosa comprendiendo.

-Sí, la fuerza que apliques debe ir en la misma dirección que la katana -confirmó el azabache -pon en práctica todo lo que te he enseñado hasta ahora -comenzó a explicar el azabache -recuerda tu estilo de respiración y ejecútalo junto a tu katana.

La pelirosa sólo asintió concentrándose en lo que Tomioka la dijo...

Cerró sus ojos soltando un suspiro para después inspirar el aire, sintiendo así, como cada fibra de sus músculos se endurecían al sentir cómo éste circulaba por todo su cuerpo. Cuando abrió sus ojos, el pilar se sorprendió al notar la mirada de la fémina.

El lugar se llenó de un ambiente tenso mientras la veía sujetar con fuerza el arma, y cuando iba a golpear al muñeco, se detuvo de la nada dejando confundido al contrario.

¿Qué había sido aquello?

-¿Qué ocurre? -preguntó el oji azul extrañado al notar la sombra que cubría los ojos de la más joven.

-Yo... -susurró la contraria volteando a verle lentamente -no tengo ningún nombre para mis estilos de respiración -finalizó de forma dramática recibiendo un golpe en la cabeza por parte de Tomioka.
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Después del entrenamiento, el pilar se despidió de ella avisándola que partiría de misión, por lo que la tocaría entrenar sola por los días de su ausencia.