El pilar del Agua: Tomioka Giyuu.
Dos años habían pasado desde que Mitsuri acogió a Sakura...
La primera vez que la llevó ante el líder del exterminio de demonios, éste se sorprendió por la decisión de la pilar, pero, al escuchar lo que había ocurrido, aceptó a la menor sin contradicciones.
Mitsuri la llevó a su finca, y cuando se dió un baño con ella se sorprendió al notar que, el supuesto cabello azabache de la chica, en realidad era una farsa, descubriendo así, que la pequeña tenía el cabello rosado como ella...
Aún recordaba las palabras que la soltó en aquél entonces...
"No importa qué aspecto tengas, no deberías esconderlo porque eso significaría que estás ocultando a tu verdadero yo..."
Recordó el semblante que puso Sakura al soltarla esas palabras, por lo que no pudo evitar reírse por lo bajo...
De cierto modo, se sentía identificada con ella... al menos como era su antigua "yo" que odiaba su cabello. Pero, al contrario que Sakura, ella sí tuvo a sus padres, los cuáles la ayudaron a aceptarse tal cual era, no como la pelirosa menor, que según la contó, su única familia, siendo ésta su tía materna, siempre la hablaba y decía cosas feas sobre su aspecto y cabello.
Debió haberlo pasado mal, pero ahora consideraba que no estaba sola debido a que la tenía a ella...
-¡Sakura-chan! -llamó Mitsuri al ingresar a la finca en donde ambas vivían trayendo consigo un plástico de dangos -¡ya volví! ¿Dónde estás? -exclamó en alto para que la mencionada la oyera.
La mayor de las Kanroji guardó silencio al escuchar el ruido de una katana en el patio, así que, sin perder tiempo, se acercó al lugar encontrándose con la persona que estaba buscando.
Ahí estaba Sakura... entrenando con ese muñeco de madera mientras le asestaba golpes con una katana igualmente de madera.
La pelirosa menor sólo se detuvo respirando de forma agitada debido al cansancio que la provocaba ese entrenamiento. Pero, no podía detenerse ahora, aún no.
-Sabía que estarías aquí -habló Mitsuri haciendo notar su presencia, cosa que sobresaltó a la contraria -siempre practicas muy duro... -para después acercarse a su hermanita -traje dangos, ¿quieres?
-Tú nunca te cansas de comer, Mitsuri nee-san... -sé burló Sakura avergonzando a la mayor -así no encontrarás a tu futuro esposo.
-¡E-Eso no tiene nada que ver! -se defendió la pilar toda roja sacándole una sonrisa leve a su hermana.
-A todo esto... dijiste que querías presentarme a alguien -habló de repente Sakura recordando que la noche anterior, su hermana mayor mencionó algo relacionado a eso -¿quién es esa persona?
-Ah, sobre eso... -susurró Mitsuri calmándose mientras su semblante se ponía levemente triste -antes de hablar sobre ello, quiero que sepas que no es una obligación para tí convertirte en una cazadora de demonios, puedes escoger otro camino.
-No -negó al instante Sakura poniendo un semblante serio -dije que quería ser cazadora de demonios como tú, y eso haré... puede que no haya podido lograr tu estilo de respiración, pero eso no significa que no pueda convertirme en una cazadora...
La Kanroji mayor se quedó muda ante esas palabras, por lo que, sólo suspiró sonriendo levemente.
-Sabía que dirías eso... -susurró ella con un toque nostálgico -sólo han pasado dos años, pero... no puedo evitar preocuparme por tí...
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¿Me dejarías ser ella...?
AcakTokito Muichiro era un chico que perdió la memoria debido a la amnesia, lo que provocó que él escondiera sus sentimientos y no le importara nada... pero, su mundo cambió cuando cierta pelirosa apareció en su vida... Kanroji Sakura... una chica huérf...