La australiana dió un portazo abandonando el lugar, sus pies daban grandes zancadas. Se negaba a llorar, no les daría el gusto. En su mente volvía a repetirse la imagen, su novia y su amiga.
-¡Dani, amor, no es lo que parece!
-Esto tiene una explicación Danielle, por favor déjame explicarte, Bae y yo...
-Tu... Y tú...- señaló una a la otra- ¡Vayanse a la mierda!, ¡no quiero volver a verlas en lo que me reste de vida!
El frío se recorría por su piel haciéndola tiritar, ¿O era producto de la impotencia que sentía?. Le dolía, claro que si, no solo por la infidelidad sino por hacerlo específicamente con una de sus amigas. Esa noche pensaba en dar el gran paso para finalmente presentarsela a sus padres. Danielle no la clase de novia tradicional, a sus 23 años no les había presentado a nadie, ni si quiera les había dicho que le gustaban las chicas, "no tengo tiempo para relaciones". Era la respuesta que solía darles para evadir la pregunta. No sé esperaba que al entrar al departamento de su novia la encontraría en un fogoso beso que sabría dónde iba a terminar. Gruñó
-Genial, ahora tengo que llamar a mis padres y cancelar la cena. Por suerte no les dije el motivo- resopló pasándose una mano por el pelo.
Continuó caminando rumbo a su hogar, había tomado la misma ruta desde hace 6 meces para ver a Bae, su novia. Ex novia. Frenó en seco.
-Joder, soy un asco en el amor- suspiró resignada tomando asiento en una de las viejas bancas del parque. Miró hacia arriba, el cielo estaba repleto de estrellas que parecía pequeñas luciérnagas. Entre ellas visualizó la cola de una estrella fugaz. Cerró los ojos y pidió un deseo -Deseo encontrar a mi alma gemela- Danielle era de esas chicas que creían en el destino, en la magia y en el felices por siempre. -¿Pero que...?- abrió los ojos al oír un ruido.- ¿Hola? ¿Hay alguien ahí?- pero nadie respondió, en cambio un segundo ruido resonó. La australiana de un salto se puso de pie alerta y miró al lugar donde provenía aquel ruido.
A dos bancas de la suya se encontraba una deteriorada caja de cartón al revés. La castana avanzó hasta ahí y miró volteando de un lado a otro, buscando el causante del ruido y su miedo. Nada, no había nadie cerca.
-¡Santa mierda!- Danielle pegó un brinco y subió con prisa a la banca más cercana al ver cómo la caja se deslizaba por si sola- bien, debo estar alucinando, claro ¿Por qué una caja se va a mover por si so...? ¡Oh dios mío!- se llevó una mano al pecho al ver nuevamente como se movía- esto es brujería o debo estar soñando, si, cuando despierte estaré en casa y Bae nunca me habrá engañado- una parte de la australiana deseaba que fuera así pero el tercer movimiento de la caja confirmo que aquello era real- bien, solo debo quitarla, no?- tragó en seco preparándose mentalmente para lo que estaba a punto de hacer -¡Ok Danielle, tu puedes!- se auto motivó. Se arrodilló y estiró las manos con nerviosismo en dirección a la caja- Solo tienes que alzarla- se recordó a si misma. Sujetó la caja con ambas manos y tomo una gran bocanada armandose de valor- No hay marcha atrás- alzó rápidamente la caja y cerró los ojos aterrada, ¿Por qué mucho silencio? Abrió un ojo para mirar de que se trataba y sonrió al ver la causa de su dilema. Dejó escapar una risa mientras tomaba asiento en la banca y se inclinaba para verlo mejor-Con que tú eras el causante de este alboroto eh?- escuchó un maullido y no dudó en tomar al pequeño felino entre sus manos- Casi me matas del susto amigo- miró bajo su barriga y arrugó la nariz. -Lo siento, no sabía que se trataba de una damita
Los ojos del Ragdoll eran rasgados y con un delineado negro en los bordes que daba la impresión de haber utilizado delineador, además de unas bonitas manchas negras al rededor de los ojos.
-¡Eres una cosita adorable...!- Se inclinó al ver en su cuello un dije de corazón en un collar.
-Eri...- Leyó la castaña en el dije del collar y luego miró a la gata que permanecía sentada en su regazo -Lindo nombre, yo soy Danielle- acarició el pelaje café del felino -¿Estás perdida eh? Yo tambien, solo que de una manera diferente...- Dijo de modo pensativo bajando la caricia hasta el cuello de la gata quien al instante empezó a ronronear -Creo que te llevaré a casa, está haciendo mucho frío aquí afuera, luego buscaremos a tu dueño-, sin pensarlo se quitó su chamarra olvidando el frío por completo y envolvió a la gata como taco para mantenerla tibia. Danielle abrazó a la gatita en su pecho sintiéndose de repente mejor, por un instante olvidó la decepción amorosa. Lo que Marsh no sabía era que esa pequeña cambiaría su vida.
Me gustaría que den votos de su parte<3
♡Gracias por leer♡
ESTÁS LEYENDO
Me enamoré de mi gata ••Daerin♡
FantasiaDanielle había tenido una fuerte discusión con su novia, Bae. ¿Cómo había Sido capaz de besar a jiwoo? "Estúpida coreana" Se había sentado en una desgastada banca del parque y contempló las estrellas. Pero no contaba que por un deseo su vida daría...