Capítulo VII.

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Betty respondía las preguntas que le hacía el doctor.

Dr.: Hay probabilidades de un embarazo?

Ella está como ida, un hijo, un hijo del amor de su vida, tanto que lo quería, tanto que lo había deseado.

B: Si doctor -dice tímida y apenada-

DR.: Bueno para salir de dudas hágase una prueba de embarazo, yo tengo en mi consultorio de las pruebas rápidas, y en caso que sea positivo le recomiendo a la doctora Martha Alvarado, es mi hermana y es ginecóloga, está a dos pisos debajo de aquí mismo.

B: muchas gracias doctor, gracias... -dice sonriente y feliz-

El doctor sale luego que ella le paga la consulta, él le dice que venga por la prueba y cuando se la da, ella entra al baño de la oficina y después de un rato de leer una y otra vez las instrucciones sale sonriente y feliz, era POSITIVO, estaba embarazada  ella quería brincar de emoción y de gusto, ¡¡un hijo de Armando!! Ella tendría un hijo de Armando...

B: gracias Dios mío, gracias, te pido por mi bebé, ayúdame a que todo salga bien, que el estado de stress que he tenido no le afecte, ¡mi bebé!... que lindo suena.

Trabajó muy contenta esas dos semanas que Cata no estuvo, muy responsable pendiente de todo y cuando le avisó que ya regresaba en dos días Betty le preparó unos informes de lo que había hecho esas dos semanas, ella se sentía muy tranquila viviendo en su apartamento y ahora que estuvo sola, se dio cuenta que así quería vivir, ya no quería estar con sus padres, los amaba pero quería hacer su vida independiente, así que ya pensaría en ir buscando un apartamento pequeño para ella, Cata le pagaba  mejor que en Ecomoda y le alcanzaba después de dar a su mamá una parte, pero ahora ahorraría lo más que pudiera porque estaba embarazada y tendría gastos, como quisiera compartir con Armando esa gran noticia, y recordó que él le dijo que nunca le ocultara algo así, pero estaba casado, ya no era libre, que caso tenía, no pero... tenía que decirle era lo correcto, buscaría el momento oportuno y lo haría, ahora no volvería a llorar más por las noches como lo hacía, eso dañaba a su pequeño, ahora estaría feliz pensando en que él iba a llegar a su vida.

Al día siguiente había hecho cita con la ginecóloga, y  le había dicho que necesitaba hacer un ultrasonido para ver el estado de su embarazo.

Cuando lo estaba haciendo Betty vio que su cara se sorprendía y hacia expresiones raras, y movía el aparato en su vientre de un lado al otro, y le ponía gel una y otra vez...

B: doctora todo está bien, ¿pasa algo?

Dra: necesito estar bien segura, permítame seguir observando.

Después de un rato de que estuvo moviendo el aparato del ultrasonido en su abdomen y vio que congelaba las imágenes, por fin habló la doctora...

Dra: Me costó trabajo, pero no tengo duda, por ahora solo le diré que se ve muy bien todo, no veo nada anormal, pero sabe que... no solo tendrá un bebé...

B: como así, ¿no entiendo?

Dra: Pues si... no es uno... vea aquí se ve claramente, un saco con tres corazones, aquí marqué cada uno, miden cincuenta milimetros.

B: si se ven... tres cositas, como palomitas.

Dra: exactamente, así que usted está embarazada de trillizos y serán idénticos y del mismo sexo al compartir la misma bolsa, y tiene once semanas de embarazo, casi está por llegar a los tres meses, le pido que sea muy prudente, este es el tiempo más delicado para evitar que llegue a tener un aborto espontáneo, otra cosa, es necesario que venga cada mes a control del embarazo, considere que el suyo es un embarazo de alto riesgo, y deberá tener muchos cuidados, y alimentarse muy bien, tiene alguna duda. Le pondré sonido para que escuche los corazones

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