Capítulo VIII.

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Daniel vio a Marcela, estaba ojerosa y vio su mirada tan triste, no era la de antes, altiva, orgullosa, ahora se veía diferente y le dolió verla en esas condiciones.

DV: ¿Marcela que haces aquí ah? ya sé... vienes detrás del imbécil ese con el que te casaste, no entiendo nada, no has querido responder mis llamadas, supongo que estás enojada conmigo y que no quieres responder a mis preguntas, porque he tenido duda todo este tiempo si él canceló el compromiso y dijo ahí en la junta que no te quería y que no se casaría, ¿qué hiciste para que aceptara? no quise preguntarte nada el día de su farsa, me sentía muy enojado y no he querido ir a verte a su apartamento para no toparme con el imbécil.

MV: hola hermanito cómo estás, también me da gusto verte.

-dijo al escuchar sus palabras tan directas como siempre, así era Daniel, no andaba con rodeos-

DM: Hola Marce, ni te pregunto como estás porque el resultado salta a la vista, no te imaginas las ganas que tengo de romperle la cara al idiota de Armando, pero el al menos fue sincero en la junta, ¿pero tú?... ¿qué pasó?...

-Marcela avergonzada y con lágrimas en los ojos-

MV: yo lo amo Daniel, porque no pueden entender eso, peleo por él cada día, porque sin él... no tengo nada, ni a nadie, estoy muy sola, tú tienes tu vida, María Beatriz no vive aquí no tenemos padres, y siempre pensé que teniéndolo a él no estaría nunca sola, además yo quería ser parte de la familia Mendoza, ellos son tan reconocidos, ocupan un lugar importante en la sociedad y quería pertenecer a su círculo como una de ellos.

DV: ¡¡pero Marcela por favor!! que tonterías dices, además él dijo que no te ama, que no se casaría contigo, y no tenía que decirlo, yo lo vi tantas veces, fui testigo de su indiferencia, de su desinterés cada que iba a la empresa, hasta de sus engaños, lo vi irse con modelos de Ecomoda, discúlpame que te lo diga pero... no entiendes que no te quiere, -dijo suavemente- sabes todo lo que se comenta de ustedes, de ti en específico, quisiera darme de golpes con los que escucho que hablan de ti, y se burlan que andas siempre detrás de él, que no te hace caso, que hay que ver su cara cuando te ve, y así muchas cosas más, pero tendría que golpearme con todo mundo...

MV: creí que al casarnos cambiaría y sería el de antes -dice vencida, derrotada-

DV: ese es un gran error hermanita, cuando quieres se nota, y cuando no también, cuando no hay amor nada se puede hacer, no quiero ser indiscreto, pero ¿en la casa como se porta, en la intimidad?

MV: Daniel, mira me duele mucho esta situación, no te imaginas cuanto, pero tenía la esperanza, la ilusión, el deseo, que funcionara lo nuestro, que haríamos una vida juntos, que sería como cuando iniciamos la relación y él se interesaba en mí, me quería, siempre sonreía a mi lado y yo con él.

DV: yo sé que no soy el mejor consejero, pero sé que no te mereces vivir así, me duele porque sé que sufres, no hay duda, porque no te vas a viajar, vete con Beata, déjalo, y antes de irte pídele el divorcio es más déjaselo firmado, porque... él no tardará en pedírtelo ¿entiendes?

MV: no quiero dejarlo... ¿para qué se vaya con otra?

DV: eso lo hará... contigo, o sin ti, mejor hazlo antes que empiece a dejarte en ridículo dejándose ver con otra, si ahorita eres la comidilla te imaginas cuando eso pase, por favor... que hago para que pienses diferente, aléjate de él, no te conviene estar con un tipo que no te quiere, yo no me imagino como le hiciste para hacerlo cambiar de opinión, pero... te conozco, y desde niña hacías lo que fuera para salirte con la tuya, ahora se trata de tu vida, ¿quieres seguir así cómo estás? Piensa en ti, en tu salud física y mental, por favor valórate como mujer, tu no mereces eso... yo solo quiero que seas feliz, quisiera liarme a golpes con él, pero te repito, él dijo bien claro en la junta que no se casaría porque no te amaba, él no te engañó, eso se lo reconozco, fue muy claro.

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