Parte 6

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A medida que la relación entre Tobías y su familia continuaba sanando, se encontraron con momentos que revivieron el pasado y trajeron a la superficie sentimientos de arrepentimiento y tristeza.

Un día, mientras Eileen y Luna estaban ocupadas en la cocina, Severus decidió explorar el ático. En medio de la curiosidad infantil, tropezó y cayó, lastimándose el brazo. Severus lloraba en el suelo del ático cuando Tobías, escuchando los sollozos, subió apresuradamente las escaleras.

Al encontrar a su hijo herido, Tobías sintió un dolor punzante en su corazón. Se arrodilló junto a Severus, tomándolo en sus brazos con cuidado. "Lo siento, Severus. Lo siento mucho", murmuró en un tono lleno de angustia. Sus palabras resonaron con un peso más profundo, representando no solo la lesión actual de Severus, sino también las heridas emocionales del pasado.

Tobías llevó a Severus a la sala de estar y Eileen comenzó a curar su brazo. Mientras lo hacía, Tobías se quedó junto a ellos, sosteniendo a su hijo y mirándolo con los ojos llenos de culpa. "Debería haber estado más atento. No debería haber permitido que te lastimaras", se reprendió a sí mismo en voz baja.

Severus, aunque adolorido, miró a su padre con ojos llenos de amor y comprensión. "No pasa nada, papá. Fue un accidente", dijo suavemente, sorprendiendo a todos con su madurez y empatía a una edad tan temprana.

Tobías se sintió abrumado por la generosidad de su hijo, por su capacidad de perdonar y comprender. Esa noche, mientras Severus dormía, Tobías compartió un momento sincero con Eileen y Luna. "Nunca debí permitir que las cosas llegaran tan lejos en el pasado. Lamento cada vez que te lastimé a ti y a Severus", admitió con sinceridad, las lágrimas asomando en sus ojos.

Luna tomó la mano de Tobías con suavidad. "Lo importante es que estamos trabajando juntos para cambiar. Todos cometemos errores, Tobías, pero lo que importa es cómo respondemos a ellos."

Con el tiempo, las palabras y acciones de Tobías demostraron su genuino compromiso de cambiar y reparar el daño del pasado. Cada vez que surgían situaciones en las que Severus se veía afectado, Tobías estaba allí para consolarlo y cuidar de él, demostrando que su amor y protección eran genuinos y verdaderos.

Los momentos de vulnerabilidad y arrepentimiento fortalecieron la relación entre Tobías y su familia. A través de la sinceridad y el esfuerzo constante, estaban reconstruyendo no solo una casa, sino también el tejido mismo de su vínculo familiar. Cada pequeño paso hacia adelante demostraba que, incluso después del drama y el dolor del pasado, el perdón y la sanación podían prevalecer.

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