Capítulo 8

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Cuando llegamos me siento mal, como si me hubiera aplastado una piedra. Siento en el corazón una extraña sensación. Estoy, enojada, furiosa, me siento impotente y quiero gritar, gritar y dejar de sentirme abatida. Me rompí dos costillas en batalla y eso no me detuvo pero, ¿que alguien a quien creí amar profundamente me aleje de su vida? Me niego a permitir que sea un obstáculo para mí. Podría desconcentrarme durante la batalla y eso representaría un grave problema.

Entro al centro de armas y doy un aviso a todos los soldados.
-Señores, espero que estén listos para luchar por su pueblo. Es oficial. Estamos en guerra y defenderemos lo que tanto nos costó recuperar. ¡Estaremos listos para cuando el enemigo nos ataque.

Todos aplauden y  celebran. Por ahora hay que prepararnos. Desde que me nombraron la persona a cargo de los ejércitos, he tratado de que todo funcione correctamente. Tenemos suficientes armas como para derrotar a cientos de batallones. Doy instrucciones y reviso que todo siga su curso.

Thorin se acerca mientras yo superviso a dos soldados jóvenes que apenas saben como usar una armadura.
-Volvemos a estar en tiempos difíciles, ¿no crees?-me dice.

-Al menos esta vez no estamos solos-respondo dándome cuenta de lo débil que sonó mi voz.

-¿Sucede algo?-pregunta notando mi tristeza.

-Nada, sólo que me preocupa, ya sabes, lo que vaya a pasar-digo intentando tragarme mis lágrimas. Odio tanto estar tan destrozada.

-¿Es todo?-dice arqueando una ceja. Asiento intentando no parecer mas mal de lo que estoy-Necesito tu ayuda para las estrategias, sigueme-dice. Llegamos hasta un lugar lleno de mapas y libros. Es sorprendente como llevando varios años viviendo aquí sigo olvidando los nombres de cada habitación.

-¿Se puede saber donde está el muchacho?-pregunta mientras revisa algo en una mesa. Abro los ojos como platos. No era algo de lo que planeara hablar esta noche. Aunque, a veces tratándose de Élian, Thorin lo trata como un padre trataría al hombre del que desconfía que corteja a su hija.

-No lo sé, ya estará lejos, supongo-respondo fríamente.

-¿De qué hablas?-dice con curiosidad. Tomo aire y sin poder evitarlo, empiezo a contarle todo lo que pasó. Hago pausas para tomar aire y guardar la compostura. Cuando termino, no se si quiero llorar, gritar, patear algo o simplemente vomitar.

-Pero estoy bien. No me afecta. Por ahora tengo cosas mas importantes en que pensar-digo entre dientes.

-Si tu lo dices-responde antes de irse.

Cuando salgo, encuentro a Celandine que va a toda prisa.
-¿Qué sucede?-pregunto.

-Tengo que llevar las cosas que mi señora ordenó-responde jadeando. Al principio no se a quien se refiere, pero recuerdo que desde que mi pareja favorita se casó, Celandine también está al servicio de Lory.

-Pero no estaba recuperándose de...-empiezo.

-No mi señora, estará dirigiendo a los curanderos y doctores por si hay heridos en batalla.

-¿Y que quien cuidará mientras de...?

-¿Yvette? Yo me haré cargo de la pequeña princesa mientras sus padres no están-se apresura a responder. Que lindo nombre. Pienso.

-Supongo que te retraso de tus deberes-declaro-mejor prosigue en lo que hacías.

De pronto, el comandante de una de las tropas llega.
-Majestad, alguien solicita su presencia-informa.

-¿Quién es?-pregunto.

-Es un joven, dice que quiere ir a batalla bajo el mando de Lady Lana-dice. ¿"Lady"? Eso es nuevo.

-Entonces que le den una armadura y armas. Entre mas hombres de nuestro lado tengamos mejor.

-Mi señora, también solicitó su presencia. Dice que tiene que decirle algo urgente-lo miro sorprendida y por fin digo.

-Por favor, llevame donde está.

-En cuanto a eso, insistió en venir, para no molestarla de más.

-Ah, entonces que pase.

El hombre da una señal y se retira. Entonces, entra Élian.
-¿Qué haces aquí?-digo sorprendida intentando no explotar.

-Vine a arreglar las cosas. Sé que no debí decir todo eso y que estuvo mal que te abandonara en estos momentos y...-comienza.

-¿Y qué? ¿Acaso creías que al regresar así yo correría a tus brazos cono si nada? Me dejaste bastante claro lo que opinas de mí, y ¿sabes que? Si quieres luchar con nosotros te dejo muy claro que te dejaré estar, no por mí, sino por las vidas que salvaremos-digo fríamente. Me doy la vuelta y me preparo para salir.

-Lana-dice-fui un completo idiota, ¿sabes por qué? Dejé ir de mi vida a lo que más amo en este mundo, a ti.

-Desearía poder decir lo mismo, pero no estoy segura de sentir en estos momentos lo mismo-suspiro y me voy. Pronto veo a un soldado llegar.

-Mi señora, los arqueros están listos, y varias tropas enemigas se acercan. Sugiero que se aliste para atacar

Fanfic 3- La última batallaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora