Epílogo (parte 1)

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-Élian, ¿has visto a Markus y a Prim?-pregunto.

-Fueron con tu tío, no se a dónde-responde en voz baja mientras arrulla a Avalon, que ya está a punto de quedarse dormida. Suspiro. A veces desearía que en vez de esfumarse, me avisaran a donde van-¿Quieres que vaya a buscarlos?

-No, yo iré esta vez-musito.

Salgo a buscarlos, y veo a Lory, que lleva de la mano a Kasia de tres años, quien desde que aprendió a caminar, acompaña a sus padres a donde sea.
-Déjame adivinar, también buscas a los tuyos-dice.

-De hecho, sí. Tal vez todos estén haciendo un regalo de cumpleaños para mi madre-digo.

Cuando nos acercamos a las minas, escucho una vocecita, bueno, en realidad varias. Nos asomamos y vemos a Yvette, de doce años, a Serena, de ocho, y a Markus, de diez, corriendo. Mientras, cerca de ahí, Thorin carga a Prim, de cinco. Le muestra varios diamantes y piedras preciosas.
-¿Cúal crees que le guste más a tu abuela?-le pregunta.

-¡Esa!-exclama Prim señalando una con su pequeña mano. No puedo evitar sonreír. Desde que hay niños en la casa, todos han mostrado un lado mas dulce.

Cuando se percatan de nuestra presencia, los niños dejan de jugar y Markus corre a abrazarme.
-¡Mamá, mira lo que te hice!-dice emocionado dándome una bella flor de papel.

-¡Es preciosa cariño! ¿Por qué no la ponemos en un lugar especial?-digo dándole un beso en la frente.

-¿Cómo tu alcoba? Así papá también la podrá ver-sugiere.

-Buena idea, pero por ahora es hora de almorzar, ¿Tanto juego no te ha dejado hambriento?-digo y él asiente pasándose la lengua por los labios.

Thorin se acerca con Prim en brazos.
-Los traje a que conocieran las minas, y de paso para que escogieran un regalo para tu madre, pero resulta que esta pequeñita-dice acariciando el oscuro cabello de Prim-fue la única que escogió.

-¡Yo!-exclama Prim riendo.

-Bueno, ya es hora de que vayas con tu madre-dice él-Las veré en un rato.

Nos despedimos y salimos.
-¿Donde está la tía Lory?-pregunta Prim. Intento ver donde está cuando gritos me dicen donde está.

-¡Mamá! ¡Yvette ensució mi vestido con carbón!-grita Serena.

-Fue un maldito accidente. Ya se lo dije, además, ella empezó-masculla Yvette.

-Señorita, cuida tu lenguaje-la reprende Lory.

-Pero papá dice eso cuando se enoja-replica Yvette.

-No porque lo haga tu padre significa que esté bien. Ahora ayudame a lavar a tu hermana-dice-Lana, ¿podrias llevar a Kasia a comer por favor? Tal vez tarde un rato con estas dos.

Asiento y cargo a la pequeña Kasia. Nos dirigimos al comedor mientras Markus lleva de la mano a Prim. Por suerte ellos casi no pelean. Kasia empieza a jugar con mi cabello y a moverse, y de pronto, cubre mis ojos con sus manos.. Me esfuerzo para que no vaya a caer con tanto forcejeo.

-Creo que esto de ser madre no te sienta nada bien-dice alguien. Cuando logro quitar cuidadosamente las pequeñas manos que me tapan la vista, veo a Kili revolviendo el pelo castaño de Markus.

-Llegas tarde-digo.

-¿Tarde para que?

-Tu par de demonios volvió a pelear. Esta vez hicieron una guerra de carbón. Así que creo que llegaran tarde a comer.

-No me lo vas a creer pero, andaba buscando a ese par. Y aunque no lo creas, son mas unidas de lo que parecen-replica. Mientras carga a Kasia.

-Bueno, tenemos que ir por unas cosas antes de comer, supongo que te veremos luego-digo.

-¿Ya tienen planes para mañana?-pregunta y niego con la cabeza-llevaré a Yvette de caza conmigo.

-¿Es buena?

-Es mi hija por supuesto que es demasiado buena. Además, el talento viene de familia, ¿lo recuerdas, guerrera en llamas?

-Que tiempos-suspiro.

-Entonces, ya no te retrasaré, te veré en la fiesta. Hasta pronto niños.

-Adiós tío-dicen Prim y Markus al mismo tiempo. Cuando continuamos el camino, un nudo se hace en mi garganta.. Ahora que tengo mis propios hijos, no puedo imaginar el dolor de mis padres al perderme, al saber que no volverían a verme. Sé que les alegraría mucho enterarse de que estoy bien y soy muy feliz. Por fin tengo la vida que tanto soñé, y que creí solo le ocurría a las princesas de cuentos de hadas.

Pero la diferencia entre las princesas de ensueño y yo es que pude vencer mis miedos y luchar a muerte por lo que amo. Por que soy real.

En cuanto entramos a la habitación, los niños van a sus respectivas alcobas por sus cosas mientras me miro en el espejo. Tal y como el sabio Gandalf lo predijo. Tengo mas de treinta años, y parezco aun de veinte. Pero ya no luzco como una adolescente rebelde, sino como una mujer que ha madurado y ha crecido en su interior.

-Luces hermosa-dice Élian abrazandome y besandome cerca de la oreja.

-¿Tu crees?-digo.

-¿Sabes? Cada mañana recuerdo a la bella joven que iba de caza por el bosque, tan valiente y llena de vida, y recuerdo el profundo deseo de tomar su mano siquiera que sentí por años. Pero lo que mas me reconforta es despertar cada día a su lado, con su rostro resplandeciente, con la mujer que amo, y la madre de mis hijos. Nada en el mundo me podría hacer mas feliz-dice acariciando mi mejilla. Me acerco y lo beso, mientras él me abraza con fuerza. Es como si todo en el mundo se detuviera, hasta que unos sollozos nos interrumpen.

-Avalon despertó-anuncio. Voy hacia la cuna y arrullo en mis brazos a mi pequeña. Cuando deja de llorar, una pequeña sonrisa se dibuja en su delicada carita.

Cuando llamo a los niños para ir a almorzar, ambos llegan corriendo.
-¡Papá¡-exclama Markus, que corre con Élian, quien le da un gran abrazo.

-¿Qué sucede hijo?-le dice con dulzura.

-Hoy el tío Thorin nos llevó a conocer las minas. ¿Puedes creerlo? El oro sale de rocas-dice emocionado.

-Suena interesante. ¿Qué mas pasó?-pregunta mientras toma de la mano a Prim. Mi corazón late con fuerza. Esto no es un capítulo de un libro con un final feliz en el que el príncipe  lleva a la damisela en apuros hacia su palacio de ensueño. Esta es la vida real, y les diré un secreto: es mil veces mejor.

Hola!!! Decidí dividir el epílogo en dos partes, para no dejar ningún cabo suelto. La segunda parte será narrada por otro personaje y también estará increíble. Espero que les esté gustando y ya saben que agradezco sus votos y comentarios, me gusta saber su opinión. Y muchas gracias a los lectores que me dan ánimos para seguir escribiendo. Saludos y abrazos. Atte-yo

Fanfic 3- La última batallaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora