genie» howell.

✨quinto✨

Dan era de esos que dormía completamente desnudo ya que se sentía bien con su cuerpo, pero él nunca había dormido así en la universidad. Jamás se había sentido lo suficiente «cómodo» como para simplemente dormir de la manera que siempre lo había hecho.

Esa noche, (sí, la noche en la cual dejo la universidad, la noche en la cual pensó en sí mismo, la noche en la cual tomó un riesgo que afectaría toda su vida) durmió como Dios lo trajo al mundo.

Aunque estaba durmiendo en una pequeña cabaña a lado de un montón de gente que no realmente conocía (excepto por su tío), se sentía lo suficientemente cómodo como para dormir así.

Al despertar, Dan simplemente camino hasta el baño y bajo sus (inexistentes) pantalones para mear un poco. Ahí fue cuando se dio cuenta que estaba desnudo y no debía bajarse los pantalones ya que no traía ningunos.

Luego de estirarse, Dan caminó hacia una de sus maletas y sacó unos bóxers y un par de pantalones de pijama. Después de vestirse, sacó su portátil de la maleta que tenía todos sus electrónicos y se tiró sobre la cama para dar una mirada a Tumblr.

Hacia tiempo que Dan no hacia esto. Hacia tiempo que Dan no se levantaba tarde (ya que, al ir al baño no pudo no voltear a ver el reloj que estaba encima de la televisión que marcaban las 12 del mediodía), hacia tiempo que no se quedaba en cama mirando Tumblr o simplemente relajando se.

Siempre estaba levantándose a la 7 de la mañana, siempre tenía que estar corriendo de clase en clase y solamente usaba su portátil para hacer ensayos de temas que le aburrían a muerte.

Y definitivamente no se arrepentía por un segundo.

A las cinco de la tarde, Dan estaba (aún) sobre la cama. Solamente que ahora ya esta vestido con un par de skinny jeans y una camiseta cualquiera.

Su portátil estaba encima de su estómago y habían dos paquetes de Maltesers, uno el cual estaba totalmente vacío mientras el otro esta siendo devorado por el morocho. Había pasado toda la tarde en Tumblr, olvidándose de cualquier cosa que lo tenía preocupado.

Hasta por un momento se olvidó del hecho que aún no había desempacado completamente.

A las seis de la tarde, Dan decidió levantarse y desempacar su ropa ya que se quedaría ahí por un (largo, susurraba su subconsciente) tiempo. Odiaba admitirlo, pero dudaba el poder regresar con su verdadera familia.

Para esta hora, Lorette debería estar arrancando se los pelos de el enojo. Tal vez su padre, Matthew Howell, estaría un poco enojado (admitamos lo, no tan enojado pero al menos un poquito) pero sabría que Dan estaba haciendo lo que su felicidad mandaba y Adrián, a el le importa un bledo lo que hace Dan por lo cual realmente no se preocupó de su hermano menor.

¿Qué si Lorette lo encuentra?

Demonios, Dan no había pensado en esa posibilidad. Ella probablemente trataría de volver a llevarlo a la universidad, aún si eso significa la infelicidad de su hijo mayor.

¡Para! Su subconsciente ordenó.

Dan se sacudió, tratando de sacudir todas las malas vibras que le habían llegado pero sin realmente poder hacerlo. Sin ningún remedio más, camino hacia la pila de tres maletas y las puso sobre la cama (no antes sin haber quitado su portátil y haberla puesto a cargar para luego verla en la noche).

Abrió la maleta más grande y que al igual que las otras, era negra. Encontró un montón de ropa aunque no toda: camisetas, suéteres y chaquetas. Cogió un par de chaquetas y camino hacia el armario para guardarlas.

Sorprendentemente, dentro de el armario habían ganchos en los cuales colgó las chaquetas y luego acomodo.

Después de una hora, sus chaquetas y suéteres estaban colgados y sus algunas de sus camisetas estaban dobladas (ya que, al tratar de irse de la universidad lo más rápido posible: solamente aventó su ropa dentro de  sus maletas sin doblarlas o arreglarlas) y guardadas en las cajoneras mientras otras estaban en ganchos y colgadas junto a las chaquetas y suéteres.

La maletas que era un poco más pequeña que la anterior fue la siguiente, sacando jeans, shorts y pantalones de pijama (tampoco olvidemos la ropa interior y calcetines). Dobló la ropa interior (ajam, no olvides los calcetines) y los pantalones de pijamas, y los guardo en las cajoneras. Los shorts y jeans fueron puestos en ganchos y colgados en el armario. Ahora sólo quedaba una maleta más.

Esta última tenía sus zapatos, por lo cual agarró la maleta y caminó hacia el armario para poner los zapatos en el suelo del armario, dejando un que pero espacio para las maletas.

Después de treinta minutos, sus maletas estaban vacías y no había nada más que desempacar.

Puso las maletas donde había hecho un espacio y se sentó en el suelo, sacando su teléfono de su bolsillo al vibrar.

"¿Al fin seguiste mi consejo? Ross me dijo que ayer en la mañana dejaste tu habitación con todas tus maletas y te fuiste. Ya era hora. ¡La universidad sirve para mierda!"

Sonrió al ver el mensaje de su mejor amigo: PJ Liguori.

Él y Dan eran buenos amigos, se habían conocido de diez años y ahora que ambos estaban en sus veinti-algo seguían en contacto. Aunque sólo por teléfono.

PJ había dejado la universidad tres meses después de haber entrado, sin siquiera esperar un semestre como sus padres habían ordenado. Sólo que la única diferencia fue que sus padres aceptaron la decisión de el de ojos verdes y estaban felices por él.

Peej había corrido a Italia tan pronto como pudo y vivía cerca de una playa (eso era lo único que Dan sabia ya que realmente nunca hablaron sobre en donde vivía el de ojos verdes).

Debería ir a visitarlo, pensó Dan, tal vez después de que toda esta "shit-storm" pase.

"¡Hey! Pues, sí, deje la universidad por mi propio bien. Demonios, odiaba ese lugar. Supongo que si Ross sabe, ya toda la puta universidad sabe. No es como si me interesara mucho pero igual. Tienes razón, la universidad sirve para mierda."

Escribió Dan como respuesta y luego envió, y justo después de enviarlo: un golpe se escuchó.

Extrañado, Dan volteó para todos lados notando que había una caja mediana sobre sus Converse.

¿Cómo mierda llegó eso ahí?

Él no recordaba haber empacado una caja de cuero media rota, ¿por que lo haría? Además, ¿que podría guardar adentro?

Oh más bien, ¿que hay adentro? Pensó.

No debía abrirla, su conciencia dijo, ya que estaba (casi) seguro que esa caja no le pertenecía por lo cual no era de su incumbencia.

Pero, la curiosidad mató al gato.