Capítulo 9

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Alan

-¿Quién trajo ese animal tan cabezón a la casa? -Pregunto mirando el perrito de raza Pug sentado en el sofá de la sala.

-No se llama cabezón, se llama Alf.
-Me responde mi hermanita.

-¿Y se puede saber por qué razón o motivo, está sentado en mi lado del sofá?

Leslie me saca la lengua, y se limita a ignorarme.

Ya no hay respeto en esta casa.

-Buenos días, muchacho, ¿cómo amaneces? -Frank, el esposo de mamá, se presenta en la sala y me da unas palmaditas en el hombro.

-Bien. ¿Tú trajiste esa cosa? -Señalo con la cabeza al perro de nombre Alf.

-Sí, es bonito, ¿verdad? -Sonríe.

-Sí, aunque... no te ofendas, ¿vale? Pero ese animal parece una pasa.

Frank suelta una carcajada.

Frank me cae de maravilla. Él y mamá se conocieron hace un tiempo y la verdad es que agradezco que mamá lo haya conocido, ya que se merece a alguien que la haga feliz

-¿Quieres que te lleve a la escuela hoy? Me voy un poco más tarde, y puedo llevarte a ti y a Nick.

Dejo de masticar la galleta que me estoy comiendo y respondo.

-No, gracias Frank, de verdad. Me hace bien caminar, lo necesito.

-Hoy te levantaste muy chistoso eh. Vamos, a ver, cuéntame. ¿A qué se debe?

Lo miro con confusión sentado en el taburete de la cocina.

-¿A qué se debe qué?

-Vamos Alan, no te hagas el tonto. ¿A qué se debe esa sonrisa? -Pregunta otra vez con una sonrisa traviesa en el rostro.

-No sé de qué me hablas. -Me encojo de hombros, y vuelvo a comer otra galletita.

-Me vas a hacer pronunciar nombre.
-mira el techo e implora paciencia y después se acerca. -¿Has conocido a una chica?

La pregunta me pilla por sorpresa y me atoro.

Más disimulo no puedes ser Alan.

-¿Yo? ¿Conocer una chica? No que va.

-Ay Alan, por favor. No me hagas darte unas nalgadas y habla de una vez. -Me acusa con su dedo índice, y coloca su mano en su cintura como una señora chismosa.

-Ya, está bien, está bien -, hago una pausa y respiro-. No... bueno, sí, pero no, ¿entiendes?

-No. -Niega.

-Es que me siento raro cuando la veo... me parece muy linda, ¿sabes? Siempre me pareció linda. Pero algo en ella me llama mucho la atención. Me parece muy tierna, las muecas que hace, su cara, es demasiada...

-Vale, ya. Lo entiendo, ¿y, esa chica es...?

-¡Nicki! -Me sobresalto cuando Leslie grita su nombre.

Tenía que ahogarme en el Titanic, Dios.

La miro entrar por la puerta con una sonrisa en su rostro y abraza a mi hermana.

Le tengo envidia a esa niña.

La miro como un tonto desde la cocina. Hoy lleva el pelo en una coleta sencilla, trae puesto un pantalón ligeramente desahogado y una camiseta media ancha.

-Sécate la baba, muchacho. -me da un golpe en las costillas, y me retuerzo completamente.

-Viejo chismoso. -Lo insulto adolorido.

Alan & NickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora