Perdidos Entre Lo Sobrenatural

Capitulo 22 - Momentos antes de la tormenta.

No soy dueño de Fate, DxD ni mucho menos Metal Gear, créditos a sus respectivos creadores.

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Asia se encontraba en el infierno... no tenia dudas de eso. Esa cosa no dejaba de golpearla, esa cosa que claramente era una espada maldita del mas alto nivel. Esa shinai que el chico pelirrojo frente a ella no dejaba de suprimirla. Ahora mismo se encontraba con su propio shinai en mano, a un lado se puede ver a una Ayaka quien ya fue noqueada unos segundos atrás por el mismo rival. Estaba segura de que le faltaba poco para ser noqueada de nuevo. Asia comprende que no es para nada fuerte en comparación a los miembros de ese hogar, todos están en un nivel el cual ella duda poder alcanzar. Ahora esta con un rival cuyo poder es inhumano en todos los sentidos.

"No esta mal, duraste el doble de lo que esperaba" Hablo el pelirrojo a Asia que solo miro hacia el reloj... solo han ocurrido 40 segundos desde que comenzaron, Ayaka esta inmóvil en el piso y ella misma esta temblando ante la idea de no derrumbarse... "Aun cuando me contengo para no hacerles un daño permanente, para un par de novatas es algo bastante admirable" Ella abrió un poco los ojos ¿Se esta conteniendo? ¿En que parte de ese combate se contuvo? Difícilmente el trasero de Ayaka piense que se contuvo.

"No creo que el trasero de Ayaka piense eso" ¿Realmente era necesario darle una nalgada con el shinai cuando esta estaba por caer? Aunque sabe que debe haber una razón totalmente lógica detrás de ese movimiento... Asia estaba segura de que el chico hizo eso por alguna razón lógica, pero necesitaba ganar tiempo... no quería ser golpeada.

"Iba a caer en una mala posición, use ese golpe para redirigirla a una mejor" Hablo el pelirrojo mientras atacaba nuevamente a la rubia dejándola en el piso con la Shinai en su rostro. "Tienes una mejor resistencia que tu compañera, eso es algo bueno. Ahora, cúrate, luego cura a Ayaka y comenzamos de nuevo" Hablo con calma mientras se alejaba de ella para darle algo de espacio a la rubia que apenas lograba levantarse con mucho dolor en su cuerpo.

"E-Entendido" Ella misma se sentía como una tonta por pensar que la dejarían descansar. La misma Himeno menciono que era mejor adelantar su entrenamiento con armas lo antes posible. Al parecer ahora mismo se encuentran en una posición mas complicada, una en la que deben estar preparados para lo peor y tristemente su Sacred Gear era una herramienta muy útil para entrenar de forma continua.

El mismo Shirou pensó lo mismo al ver como la rubia empezaba a aplicar la habilidad de su herramienta sobre sus moretones o lugares lastimados. Era una cura bastante rápida a sus ojos, una que podía mejorar si se tomaba el tiempo de entrenarlo de forma adecuada. El mismo debería preocuparse por estar listo para aquel problema en el que se metió. En realidad solo quería una vida tranquila, algún problema ocasional que podía resolver rápidamente para luego volver a casa junto a Illya. De un momento a otro toda es paz desapareció.

Quizás debió dejar que mataran a Issei... No, eso no hubiera evitado muchos de los problemas. Sona Ya tenia su mirada puesta en ellos. Al final desde que salieron a la luz no dejan de moverse para tomar ventaja... aprovechan el que viven en un lugar bajo su jurisdicción para hacer sus movimientos. Podrían simplemente mudarse, pero al mismo tiempo eso solo seria decir que tiene miedo... Sin contar que Illya disfruta esa vida. Al mismo tiempo Shirou no es que le moleste mucho lo sobrenatural, al final los demonios no son diferentes a cualquier otra especie que exista en el mundo. Pero al mismo tiempo no dejan de darle razones para matarlos.

Ahora mismo puede ver a la rubia estar técnicamente lista. Miro la Shinai en su mano, es una buena forma de probar y buscar un estilo adecuado para ambas, un estilo que les sirva para defenderse en caso de que la muerte de Diodora Astaroth traiga consecuencias al grupo. Estaba decidido a eliminar dicha amenaza, al final tiene algo de información sobre ese tipo por parte de Kuroka. Tener un aliado como ella era extremadamente útil, lo suficiente para saber que puede matarlo evitando muchas consecuencias.