໒꒰՞ ܸ. .ܸ՞꒱ა ㄧ 006 !

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¡ Butters Cartero está aquí !

ଘ(੭ ᐛ )♡

Sus padres seguían enfadados con el, cada vez que lo miraban le ponían cara de disgusto o enfado. Butters, al final, se convenció que si había sido su culpa y se reñia así mismo. Aunque seguía castigado no le podían prohibir ir al instituto o al trabajo, eran dos cosas que no controlaban todavía. Más o menos, el trabajo si que lo podían controlar a medias.

Estaba bastante deprimido de solo pensar en ir al trabajo después del instituto, era horrible. Escuchar a tus amigos jugar al baloncesto y no poder ir, niños mayores riéndose detrás tuyo, niños raros en la ventana observando cada paso que das para entregar el correo y nunca alguien agradeciendo. Los dos abuelos que le agradecieron el otro día... no podrían salir siempre seguramente, uno de ellos iba en silla de ruedas.

Suspiro mientras rodaba los ojos. Se metió la mano en el bolsillo, ya que desde que salió de casa sentía un dolor en esa parte. De ahí saco la placa del inspector Butters. Había dormido con ella, con su malhumor de ayer se olvidó de todo. Seguro le había dejado un moreton, pequeño pero notable dolor. Que tanto le costaba ponerse su pijama, solo se cambió la camisa al dormir y seguro se la habría puesto mal.

— ¿Inzpector Butterz? .– dijo una segunda voz que parecía escupir al hablar, poco pero lo hacía.

Se asusto al oírlo de la nada pero lo reconoció al segundo.

— ¡Hola, Scott! Oh es algo que jugaba de niño .– Y lo seguía jugando... menos mal que nadie le dijo que eso de "inspeccionar" también se resumía a invadir la privacidad .– ¿Tu no vives en la otra punta?

— Bueno, tenía que pazar por la farmacia, rodee el parque ¡Un perro cazi me muerde! Al final acabe dando toda la vuelta al pueblo poco más y me muero .– Tener la lengua fuera le estaba jodiendo su vocabulario entre la "s" y la "z".

Abrió un poco los ojos y guardo su placa, en su mochila esta vez. Iba a hablar hasta que una tercera voz lo interrumpió.

— ¡Amigo!, ¿estás bien? Te vi desde mi ventana siendo perseguido por un perro mientras te inyectabas eso .– dijo refiriéndose a su ayuda contra la diabetes.

— Me persiguió un poco, ezta bien .– por fin que decía una "s" bien.

Clyde se puso a caminar junto a ellos mientras seguía hablando con Scott y de vez en cuando con Butters.

Al llegar Butters se alejo de ellos para ir con el grupo de Stan, no sin antes despedirse. O eso iba a hacer hasta que escucho cuchicheos sobre el de parte de las chicas. Las miro con los ojos entrecerrados mientras iba a paso lento por al lado de aquel grupito.

— " Se veía muy mono en su trajecito de cartero ".

— " También era para reírse " .– se escucharon tres risas distintas.

— " Ey, chicas esta ahí... ".

Aceleró el paso para confirmar si era el. Lo confirmo, y más al desaparecer de la vista de ellas y escuchar risas.

— Jope, lo que me faltaba .– rodó los ojos.

No era que le importará mucho, las chicas hablaban de cualquier cosa, cualquiera. No se sentía mal pero sabía que sería un tema de conversación por un tiempo para ellas. Como el decía, lo que le faltaba. Con lo de Charlotte no se sentía con muchas ganas de ser "famoso" entre ellas una temporada.

— Que perras... .– camino alejandose del todo de aquel lugar.

Butters tenía una confianza para insultar a las mujeres, alucinante. Antes pensaba que era un halago llamarlas así, ahora sabe lo que es y lo dice entre dientes. No iba a negar que luego se arrepentía de llamarlas así... pero todas las noches llorando por perder a Charlotte, las veces que lo rebajaban, cuando le tiraron un chichi-pedo en la cara, parecerá gracioso pero fue humillante. Ojalá volver a ser Marjorine para ser aceptado, solo por eso, el no se identificaba con una mujer.

!

Tenía ganas que las clases pasarán volando para ir a la oficina y buscar la otra carta que también estaba manchada con una poca agua. La que leyó ayer era más informal que la primera, tampoco tenía los elementos característicos al escribir una carta. Como decía en la carta, solo escribía lo que se le pasaba por la cabeza sin importar si aquello no era una carta.

— En verdad esas cartas.. son entretenidas .– dijo en voz baja.

— ¡JODER, Butters presta atención! .– dijo dando un golpe a la mesa con una regla de madera .– ya vemos lo mierda de persona que eres, me acaban de dejar y tu sin hacerme caso .– puso su mano sobre la mesa y la otra sobre su frente, mientras hacía una postura un poco rara mirando al techo, como si fuera una obra de teatro.

— Perdón, profesor.

!

¡Al fin! Había salido de aquellas horrorosas horas, donde su profesor se basaba en hablar como le habían puesto los cuernos todas las vacaciones y, aún así, osaba el otro de dejarlo tirado primero.

Se fue a su casa corriendo, seguía castigado. Al menos no tendría que soportar esas charlas de su profesor... hasta mañana. Al llegar a casa ayudo a su madre a limpiar y guardo su placa de inspector en el cajón del salón, donde antes estaba. Pasaron las horas, Butters estaba todo el rato al control del reloj, cuando vio que hora era salió corriendo aunque no llegara tarde. Se puso su uniforme antes de nada.

!

— ¿Donde? Donde.. está ¡aquí! .– dijo susurrando para el mismo, sin evitar poder decir lo último más alto.

Rápido se fue a trabajar, guardando aquella carta como un tesoro en un bolsillo que nunca usaba. Agotador, hacia más sol que de costumbre y la visera no ayudaba, tampoco los dos paquetes que tapaban su cara. Eran horriblemente grandes y uno pesaba bastante, tenía que dejarlos en el suelo de vez en cuando para no forzar sus brazos. Quien lo mandaría a ir andando sin ninguna ayuda cuando ni sabia que días iba a tener que llevar paquetes como esos.

Termino sudado y con la espalda triturada. Estaba acostumbrado a medias, no solia llevar paquetes. Llegó a su casa cansado, tanto que al abrir la puerta parecía que la puerta lo llevaba con ella. Ceno lo mínimo y se fue a su cuarto. Nada más ver la cama se tiro a ella, escuchando un crujido proveniente de su espalda.

Y al percatarse de un pequeño detalle sacó de su mochila, que aún tenía puesta, la carta que guardo. La había doblado, se sintió mal e intento arreglarlo poniendo libros encima de ella para que no se notara. Al cabo de un rato terminó de darle tanta importancia aunque por dentro sentía un pequeño hueco. Esa cartita tan bonita sin ningún lector había sido doblada, un drama.

Suspiro y le dio una lectura.

" Para mi querido consejero Chef,

Supondre que no sabes el porqué del "consejero", aún a sabiendas que mi único consejero y orientador es el señor Mackey el no se compara a tus efímeros consejos que me dabas de vez en cuando. Algunos extravagantes, otros prudentes. Ninguno inservible.

Te debió ser un golpe duro saber que solo te escribía estas cartas para un consejo, perdona mi egoísmo.

Me falta algo, tus platos, me moriría de hambre de no ser por un buen amigo, algo mayor y de inquietante estado mental.

¿Sabes?
El lago está sombrío y las flores de alrededor piden a gritos ser regadas. No quiero más perdidas, tu perdida daño mi estómago y las de estas flores podrían dañar este paisaje, tan hermoso. Pero ya no puedo hacerlo, ya no me quedan lágrimas que darles. Supere tu muerte para tener que llorar por ella, aunque me duela admitirlo. Puede que me haya quedado sin líquido en mis ojos, exagerando un poco... bueno la última vez que te llore fue hace meses.
Total, eso no significa que dejaré de escribirte, mi buen amigo. "

Al final del papel se podía leer un tachado: "¿has encontrado el paraíso que yo alguna vez encontré?". Butters al terminar de leer dijo con un mal sabor de boca:

— Al final, si era de mi instituto.

...

Querido cartero.ㅤ  ⸺    BUNNY Donde viven las historias. Descúbrelo ahora