VI

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Jungeun y Jinsol estaban solas en el salón de Jinsol, compartiendo un momento tranquilo después de un largo día de universidad. La habitación estaba bañada por la tenue luz de las velas, creando una atmósfera íntima y misteriosa.

Jinsol, sentada en el sofá, se acercó a Jungeun, que estaba en el suelo, y la miró fijamente a los ojos.

- Jungeun, me gustaría saber cuál es tu tipo ideal. - preguntó Jinsol con suavidad, mostrando un atisbo de curiosidad.

Jungeun, un poco sorprendida por la repentina pregunta, tomó un momento para recoger sus pensamientos antes de responder. Decidió darle pistas sutiles sobre su tipo ideal sin revelar demasiado.

- Mi tipo ideal es alguien que tiene una presencia magnética, alguien que puede cautivar a cualquiera con su carisma. También me atrae la gente con una apariencia suave y felina, como si tuvieran un secreto oculto en sus ojos.

Jinsol sonrió levemente mientras procesaba las palabras de Jungeun. Ella se acercó aún más, poniéndose a unos centímetros de distancia de Jungeun.

- Entonces, ¿esa persona que acabas de describir realmente existe?- preguntó Jinsol mientras sus ojos se encontraban.

Jungeun, sintiendo cómo su rostro se volvía cálido por el rubor, apartó la mirada tímidamente.

- Sí, existe. - respondió en un susurro apenas audible.

Antes de que pudieran profundizar en esa reveladora conversación, el sonido de un teléfono interrumpió el momento. Jinsol se disculpó y sacó su teléfono para atender la llamada que provenía de su padre.

La conversación telefónica se prolongó, y Jungeun aprovechó el momento para recoger sus pensamientos y procesar lo que acababa de pasar. El corazón de Jungeun latía rápidamente por las emociones encontradas que surgían en su interior. El anhelo por Jinsol parecía más intenso que nunca, pero también era consciente de las barreras que los separaban.

Esa misma tarde, la familia de Jinsol organizó una cena especial para anunciar el compromiso de Jinsol con un hombre adinerado perteneciente a otra familia empresarial de renombre. La noticia llegó como un golpe para Jungeun, quien se sintió abrumada por una mezcla de emociones abrumadoras.

Jungeun se armó de valentía y decidió asistir a la cena, dispuesta a enfrentar las realidades que se avecinaban. La incertidumbre llenaba el aire mientras se preparaba para encontrarse con Jinsol y presenciar el inicio de una nueva etapa en la vida del hombre que había cautivado su corazón.

Jungeun se encontraba nerviosa mientras se preparaba para asistir a la esperada cena en la mansión de los Jeong. No podía evitar sentir una mezcla de tristeza y decepción.

A medida que los invitados llegaban y se acomodaban en los elegantes salones, Jungeun hacía todo lo posible por mantener una sonrisa en su rostro. Sin embargo, sus ojos revelaban la tormenta emocional que ocultaba. Mientras su interior se desmoronaba poco a poco, luchaba por mantener la apariencia de una mujer fuerte e indiferente.

Cuando llegó el momento del brindis, el padre de Jinsol, el señor Jeong, levantó su copa y anunció el compromiso entre su hija y un hombre. El salón estalló en aplausos y felicitaciones, pero Jungeun sintió como si su mundo se desmoronara. En medio de la multitud, Jungeun se levantó en silencio, despidiéndose con una sonrisa forzada en el rostro, y se dirigió al baño para dejar correr las lágrimas que ya no podía contener.

El torrente de emociones se desbordó mientras Jungeun se aferraba al lavamanos, sintiendo cómo su corazón se partía en mil pedazos. Había permitido que la ilusión de que Jinsol también sentía algo por ella se apoderara de su corazón, y ahora tenía que enfrentar la realidad de que sus sentimientos no eran correspondidos.

Mientras su corazón sangraba, el teléfono de Jungeun comenzó a sonar. Era Jinsol. Sin embargo, Jungeun tomó una decisión en ese momento. No contestaría la llamada. Decidió alejarse, cerrar esa puerta y protegerse del dolor que Jinsol le había causado. Ignoró el llamado, pero no pudo evitar sentir un nudo en su garganta y una picazón en sus ojos, una mezcla de alivio y tristeza.

Los días pasaron y Jungeun hizo todo lo posible por mantenerse alejada de Jinsol. Incluso cuando sabía que Jinsol iría a buscarla a la universidad, tomaba rutas alternativas solo para evitar un encuentro. Quería sanar las heridas de su corazón, necesitaba tiempo para reconstruirse.

Sin embargo, un día, mientras Jungeun se encontraba en su departamento, Jinsol apareció de repente ante su puerta. Ante su sorpresa, Jungeun se quedó sin palabras, sin saber qué decir o cómo reaccionar.

- Jungeun, necesito saber qué está pasando.- dijo Jinsol con voz preocupada - Te he llamado varias veces y has estado evitándome. Dime la verdad, por favor.

Jungeun aún estaba llena de emociones encontradas, pero se dio cuenta de que había llegado el momento de enfrentar esos sentimientos abiertamente. Miró fijamente a Jinsol, decidida a no perderse en sus encantadoras palabras.

- Jinsol, me ilusioné. - admitió Jungeun con voz temblorosa - Creí que había algo más entre nosotras, pero claramente me equivoqué. Solo jugaste conmigo.

El departamento estaba sumido en un silencio incómodo mientras Jungeun y Jinsol se enfrentaban. La tensión en el aire era palpable, como si el lugar mismo contuviera la turbulencia emocional que estaba ocurriendo entre las dos mujeres.

Jinsol miró a Jungeun con desconcierto, tratando de entender de dónde venía toda esta angustia.

- Jungeun, ¿qué te hace pensar que solo jugué contigo? ¿Que te ilusioné? - preguntó, con una mezcla de tristeza confusión en su voz.

Las lágrimas brotaban de los ojos de Jungeun mientras miraba fijamente a Jinsol.

- Recuerdo todos esos momentos íntimos que compartimos. Creía que había algo especial entre nosotras, algo más que una simple amistad. Pero ahora me entero de que te vas a casar con un hombre... - su voz se quebró mientras pronunciaba las últimas palabras.

Jinsol suspiró, tratando de encontrar las palabras adecuadas para explicar su situación.

- Jungeun, entiendo por qué te sientes así, pero no puedes juzgarme solo por eso. Sí, es cierto que me voy a casar, pero eso no significa que lo que teníamos fuera una farsa. Nuestros momentos juntas fueron reales, y el cariño que te mostraba también lo era. - dijo sinceramente.

La rabia consumió a Jungeun mientras sus lágrimas seguían cayendo.

- Pero ¿cómo puedo confiar en ti ahora? Me siento utilizada, como si fueras una mujer que solo seduce a las personas y luego las abandona. - murmuró, apretando los puños con furia.

En ese momento, Jinsol dio un paso más cerca de Jungeun, acercando su rostro al de ella. Su mirada era intensa y llena de sentimientos encontrados.

- Entonces, ¿me dejas seducirte a ti también? - susurró Jinsol, su voz llena de deseo y vulnerabilidad.

El corazón de Jungeun dio un vuelco ante esas palabras, sintiendo una mezcla de emoción y conflicto. Por un lado, la traición y el dolor aún resonaban en su interior, pero por otro, la conexión que compartían era difícil de ignorar. Sin pensarlo dos veces, Jungeun cerró la distancia que las separaba y unió sus labios en un beso apasionado, lleno de anhelo y anhelos inconclusos.

En ese momento, todas las palabras y recriminaciones quedaron suspendidas en el aire. Solo existían ellas dos, en medio de la tormenta que había estallado entre ellas. En ese instante, el futuro era incierto, pero a pesar de todo, el amor y la atracción que las unía eran innegables.

El beso continuó, hablando un lenguaje propio que trascendía las palabras. En ese momento de intimidad compartida, ambas mujeres sabían que había mucho por resolver, pero también que, por ahora, solo el presente importaba.

Lipstick [Lipsoul]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora