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Oscuridad era todo lo que veía ahora el ex obispo de la muerte, el gato negro pensó que estaba muerto y que esto era lo que pasaba si morías y no había algún dios que pudiera ubicar tu alma en algún lugar del mas allá o en el peor de los casos desaparecer tu alma de la fas del universo y la existencia misma, pero para la desgracia de The one Who Waits su situación actual no era esta.

The one Who Waits estaba sentado sobre un pentagrama ubicado en el lado derecho de la estatua principal del culto de su ahora despreciable, asqueroso, maldito, estúpido, idiota y varios adjetivos calificativos despectivos, nuevo líder.

El gato negro se sobo la cabeza con su mano derecha y se levanto poco a poco, aun no asimilaba que le había pasado después de la tranquiza que le dio el cordero, miro al cielo, era de noche, el gato aun se sobaba la cabeza y mientras bajaba la mirada se dio cuenta de la gran estatua del cordero, la cara de confusión de The one Who Waits cambio a una de rabia inmensa al ver donde se encontraba, el pobre se dio cuenta de que esta en el culto y su reacción no mejoro cuando se percato de su aspecto actual, es su forma de adepto, su forma patética, débil, la forma mas vulnerable que The one Who Waits puede tener.

-¡Ese maldito cordero!- El felino grito con rabia y en su mente empezó a maldecir al cordero de todas la formas posibles habidas y por haber.

The one Who Waits intento salir del pentagrama pero una barrera de magia se hizo preséntese al contacto del ex obispo, la barrera era de color rojo y transparente, esta desaparecía de la vista al dejar de tocar los limites del pentagrama.

El gato negro miro a su alrededor, el culto estaba vacío esto era algo bueno para el felino ya que podría escapar del culto o mejor aun quemar el maldito lugar y llevarse todo lo de valor en el proceso, pero había un impedimento, la despreciable barrera de magia que le impedía salir del pentagrama.

The one Who Waits empezó a ejercer fuerza en la barrera con sus patitas con la esperanza de que aun tuviera un poco de magia o mejor aun poder divino, intentaba por un rato y al ver que no pasaba nada se rendía, así estuvo por un largo pero largo rato y ya no lo iba a intentar hasta que vio que la barrera empezaba a ceder a la fuerza ejercida por ende el gato se animo mas, empezó a ejercer aun mas fuerza y la barrera poco a poco dejaba salir sus patitas pero un ruido proveniente de la salida y entrada del culto se escucho, The one Who Waits entro en pánico e intento meter de nuevo sus patitas al portal sin mucho éxito.

El sonido que venia de la salida y también entrada al culto lo conocía muy bien era el sonido que los pentagramas hacían cuando alguien los usaba para transportarse, el felino estaba entrando aun mas en pánico cuando escuchaba y veía como los adeptos que había encarcelado en el mas allá hacían un circulo alrededor del pentagrama, The one Who Waits jalaba y jalaba sus brazos para que entraran dentro de la barrera pero esto no funcionaba y el gato se desespero aun mas cuando volvió a escuchar el mismo sonido así que coloco su pies sobre la barrera y empezó a jalar aun mas fuerte haciendo las suficiente fuerza para meter sus brazos cayendo de espaldas en el proceso.

Mientras eso pasaba el cordero se materializaba en el portal y todos sus adeptos celebraban su victoria con mucha alegría, mientras alzaban sus manos para alabar a su dios.

Todos los adeptos bajaron los escalones que servían como acceso a aquel lugar y junto con ellos bajaba su Líder el cordero, The one Who Waits estaba sentado sobre el pentagrama se sobaba la espalda con una evidente molestia en su cara, pero esa molestia aumentó aun mas cuando escucho el tintineo de una campanilla, era el cordero que se acercaba a el, la barrea se disperso y The one Who Waits agachaba la mirada no quería ver al maldito cordero pero una espada toco la barbilla del gato e hizo que el antes mencionado alzara la mirada.

Star over (cult of the lamb)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora