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—¡VOLVIMOS PERRAS!—Octavia festejo entre risas la llegada al tan esperado planeta.
Todos bajaron de la nave emocionados mientras que Alex ni siquiera tuvo tiempo de mirar afuera, ignoro a quienes habían estado en la puerta de la nave antes de ser abierta por ayudar a su amigo a ponerse de pie, se había llevado un fuerte golpe al aterrizar y otro chico el cual soltó su asiento murió ante el fuerte impacto, habían empezado con el pie equivocado.
—¡Eres un idiota!— Lo regaño golpeando su hombro. —¡Pudiste haber muerto!—
—Pero estoy aquí.— Dijo poniéndose de pie mientras tambaleaba un poco tocando la zona de su cabeza que le dolía.
La chica rubia se acercó a ellos y de inmediato pudieron reconocerla, Kane le había hablado sobre ella un par de veces. Ella reviso que Finn no hubiera recibido un fuerte golpe en la cabeza o algo que fuera de gravedad.
—Soy Clarke.— Se presentó después de asegurar que el chico estuviera bien.
—He escuchado de ti, me alegra conocerte.— Respondió algo sorprendida de verla ahí. —Yo soy Alex y el es...—
—Finn.— Habló el chico sin dejarla terminar, con un claro interest en la ojiazul. —Un gusto princesa.—
Clarke le dio una mirada algo indiferente y salió del transbordador, la castaña miró a su mejor amigo algo confundida sin embargo no le dio tiempo de maquinar una idea ya que Finn la tomó de la mano mano y la llevo afuera.
La luz los cegó por un momento hasta que sus ojos se acostumbraron, bajo el pequeño escalón entre la nave y la tierra, habían vuelto a casa o al menos así se sentía, inhalo con tanta felicidad el aire de la tierra admirando la hermosa luz proveniente del cielo, sus árboles inmensos y verdes, el sonido del viento entre las hojas, era hermoso. Era como un sueño, uno que se estaba volviendo realidad llenando de emoción cada centimetro de sus cuerpos.
—Es mejor de lo que creíamos...— Finn la miro apreciando el brillo de sus ojos ante todo lo nuevo que tenia al frente. —Podremos ser libres.—
