Monocromo

Capítulo 39: INTERLUDE 1 - The Wandmaker

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Acto I - Los juicios del verano

Interludio 1- El fabricante de varitas

La noche fue muy fría para agosto. The Wizarding Wireless había mencionado un cambio anómalo en los patrones climáticos, por lo que no fue inesperado. Si esto continuara, en unas pocas semanas se enfriaría lo suficiente como para que los borrachos de Knockturn Alley comenzaran a morir congelados. Alguien vería un cuerpo y eventualmente llamaría a los Aurors, quienes aparecerían y llenarían una queja de que el cuerpo había sido encontrado y presumiblemente congelado accidentalmente hasta la muerte. Una forma muy conveniente de matar a alguien. Déjalos afuera con un aturdidor, usa una maldición que congela la sangre, quítate pedazos de su ropa y déjalos para que la noche devore.

Así fue como los Mortífagos eliminaron cuerpos la última vez que hubo cambios climáticos como estos. Hace unas dos décadas.

Garrick Ollivander miró alrededor de la tienda, asegurándose de que no hubiera nadie en ella, y sacando su varita para cerrar las puertas y voltear el letrero ABIERTO a CERRADO. El acto aparentemente insignificante sirvió como un disparador que activó las antiguas salas que rodean la tienda, sacando el poder de la línea ley directamente debajo. De acuerdo, los fabricantes de varitas no atrajeron el peligro como otras personas. Si él muriera, ambas partes estarían desprovistas de varitas, y esa fue una mala idea. Había habido ese tiempo a principios del siglo XVII, cuando su padre había sido secuestrado por Gormlaith Gaunt para hacer varitas personalizadas, solo para darse cuenta de que necesitaría ser libre de viajar y recolectar materiales para ello.

Pero esta noche fue especial. Esta noche fue ... diferente. Garrick podía sentirlo en sus viejos huesos. Como siempre, no le importaba. Ni siquiera era tan fuerte como el desmayo promedio de Hogwarts, pero sus media docena de salas hicieron mucho para alentar a las personas que buscaban problemas a buscar en otro lado.

"Me temo que no será suficiente esta noche", murmuró para sí mismo, dándose la vuelta para reorganizar una pila tambaleante de cajas de varitas, cuando las campanas de la puerta retocaban, señalando que alguien acababa de cruzar la línea de la sala, buscándolo. Siguió una campanilla más profunda y la puerta se abrió cuando un extraño entró. Parecía un hombre de unos cuarenta años, de hombros anchos, sin afeitar y corpulento, con músculo desgastado debajo de una capa de vida cómoda. Había una sutil distorsión a su alrededor, lo que sugiere un poderoso encanto glamoroso que la mayoría de las personas no verían.

Pero no a él.

Nadie con la vista.

Pero Garrick no necesitaba hacerlo. Un problema con el Vista era que el recuerdo se volvería permanente en su cabeza, sin permitirle olvidar lo que sea que haya visto. Pero lo más importante, el extraño cerró suavemente la puerta y dejó caer su glamour, revelando una estatura delgada, manos huesudas y una cara sin nariz, como una serpiente, con brillantes ojos rojos.

Garrick compuso su expresión y respiró profundamente para calmarse, calmando sus nervios.

"Cómo estás?" preguntó la voz helada de Lord Voldemort, "¿Sr. Ollivander?"

"Tom Riddle", dijo, mirando al intruso, ignorando por completo la forma en que la cara del Señor Oscuro se retorcía ante el pensamiento. "Esto es una sorpresa. Por qué, hace unos momentos, estaba revisando viejos recuerdos de la experiencia de mi padre con tu antepasado, Gormlaith. ¿Supongo que estás aquí para reemplazar tu varita muerta?"

La cara del Señor Oscuro se retorció de nuevo. "Omnisciente, como siempre, Sr. Ollivander."

"Oh no, no, no, solo bien informado, muchacho", se encogió de hombros. "Todos saben sobre las varitas muertas. Estuvo en el Profeta durante semanas. Una cosa terrible, para presenciar la destrucción y el final de algo que has creado. Cuando el joven Harry Potter entró en mi tienda, sabía que tú también lo harías."