Monocromo

Capítulo 67: ACT2CH27 - Betróticos escandalosos Parte 2

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Acto II - El brujo de Hogwarts

Capítulo 27 - Betrotales escandalosos Parte 2

La forma más rápida de llamar la atención de alguien es no quererlo más.

Era un mantra que su madre le había enseñado cuando era niña. Un mantra que había moldeado su vida y al que se había adherido religiosamente.

Un mantra que tenía ahora falló ella.

Ginny Weasley vio cómo Harry Potter se excusaba y salía del Gran Salón. No se había perdido la forma en que la copa en su mano se había transformado en un pergamino metálico, solo para reformar el momento en que leyó el mensaje en su interior. No había podido ver el contenido, pero dada la forma en que su mirada se dirigía hacia la mesa del personal, tenía una buena idea de quién era el remitente.

Una pequeña sonrisa amarga se formó en sus labios. Incluso ahora, recordaba cómo había vuelto en su primer año. Una chica tonta con un enamoramiento sin sentido por el niño que vivió. Al verlo interactuar con su hermano como un igual y asistir a clases, jugar al ajedrez, montar escobas y jugar Quidditch había hecho un buen trabajo destrozando el espejismo del Boy-Who-Lived y reemplazándolo con una imagen concreta de un niño, uno como su hermano. Tal vez no sea tan ordinario, pero un niño no obstante. El niño que vivió era una celebridad, pero la amiga de su hermano era real. Alguien con quien podría hablar, alguien con quien tocar, y tal vez jugar Quidditch. Había pensado que superaría su enamoramiento sin sentido e intentaría hablar con él como Ron y Hermione, incluso si la vería como la hermana pequeña de Ron.

Entonces sucedió todo el fiasco con el Diario.

Había entrado en la Cámara de los Secretos. La había salvado. Y su adoración a los héroes había regresado con toda su fuerza.

No había mentido antes sobre su madre estallando sobre el artículo. Le había tomado los siguientes dos años a su madre sentarla y hablar con ella. Incluso ahora, recordaba cómo se despertaba en medio de la noche, gritando a Harry que la protegiera de Tom. De alguna manera, su mente había atado lo que Tom le hizo, el recuerdo del basilisco gigante y Harry Potter, espada en mano, venir a su rescate juntos en una pesadilla de fantasía extravagante que plagó sus sueños durante meses.

Se había vuelto tan malo que después de varios intentos fallidos de los curanderos en St. Mungo's, su madre había buscado opciones en el extranjero. Bill se había puesto en contacto con un chamán egipcio que se especializó en los efectos secundarios de la posesión. Ron y los demás sabían que estaban de vacaciones para ver a Bill, gastando el dinero de la lotería que su padre había ganado.

Solo Ginny sabía la verdad. Y ella se odiaba por eso. Se odiaba a sí misma por ser débil.

No otra vez. Ella se había dicho a sí misma. Se haría más fuerte, tanto en cuerpo como en mente. Lo superaría, y si realmente necesitaba enfrentar sus miedos, necesitaba creer que no necesitaba Harry para salvarla.

Tenía que dejar ir su enamoramiento.

Había sido difícil, pero ella lo había hecho. Durante todo el tercer año, ella había mantenido una distancia de él. No es suficiente para parecer que lo estaba evitando, sino lo suficiente como para hacerla parecer como si fuera su propia persona y tuviera su propio círculo de amigos. Odiaba cuando su grupo de amigos hablaba constantemente soñadoramente sobre Harry, con Vane y Robbins siendo lo peor del grupo, y eso le irritaba los nervios, entonces ella comenzó a buscar en otro lado.

Y ella incluso había tenido éxito.

El año pasado, Harry le había pedido el Yule Ball. Ella quería decir que sí. Mil veces, sí. Pero ella no lo había hecho. En cambio, había decidido mantenerse fiel a su palabra y se había ido con Neville. Harry se había visto un poco hosco, pero Ginny no quería ser eso chica que abandonaría a Neville por Harry en el último momento.