Era de día, una mañana verdaderamente muy bonita ante unos ojos verdes primaverales, una joven mujer lista para comenzar en su nuevo trabajo, agarrando su bolso donde tenía lo necesario como papeles, documentos, bolígrafo, su móvil etc, vivía en un departamento, apesar de estar sola sin nadie más que ella en esas cuatro paredes, el trabajo la entretenía ciertamente aunque aveces se volvía un poco pesado ella no le importaba eso, tan trabajadora y amable a la vez, caminando por aquellas calles tan llenas de alegría.
Hoy era un gran día en el actual Japón ciudad Tokio, muchas personas hiban y venía en sus acciones cotidianas, jóvenes de camino a sus escuelas o centros universitarios, esto hizo que una sonrisa suave se formara en el rostro de aquella mujer mientras observaba a aquellos adolescentes traviesos y divertidos parecían unos niños pequeños pero eran el futuro del país, ella confiaba en que ellos lograrían alcanzar sus metas si se lo proponían, miró el reloj de su muñeca y se dió cuenta que se le estaba haciendo tarde para realizar sus acciones laborales en su respectivo trabajo, trabajaba como Secretaria de una empresa de diseños de autos modernos, su puesto le gustaba y no se quejaba, atendía tan cálidamente apesar del bultorio que formaban la gente pues eran como una manada de búfalos rodeandola pero ella tan calmada y paciente los atendía sin problema alguno.
Su jefa era aveces estricta con ella pero ella lo entendía muy bien, habían ocasiones en las que se notaba lenta realizando sus labores ella arreglaria ese problema, de su jefe no sabía tanto solamente sabía que era la dueña de la empresa y era una multimillonaria reconocida aparte de viuda, aquella última información sí entristeció aquella joven muchacha pero debía de estar animada y continuar con su trabajo.
Luego de todo el ajetreo y eso que era su primer día en aquel lugar parecía ser un infierno pero ante su persona era lo contrario, decidió ir al almacén de la empresa para agarrar una caja con objetos viejos pero enteros para donar , vender o reciclar, claramente pidió permiso para eso.
Estaba trepada sobre una pequeña escalera ya que el estante era algo alto, intentaba como podía alcanzar aquel muy alejado paquete con dicha cosa, en un desliz resbaló su pie cayéndose hacia atrás, pensó en tal momento que posiblemente se golpearía su cabeza contra el suelo pero eso cambió sintiendo dos brazos sujetarla por su cintura impidiendo tal caída, cuando estuvo en el suelo de pie miró a su salvador para agradecerle muy amablemente, era un hombre de cabello Rubio cenizo con unos ojos peculiares aunque bonitos que dejaron encantada a la mujer pero no mostraba interés en su físico sino más bien la vibra que desprendía aquel ser la cual era una algo vacía pero en el interior se notaba una cierta calidez.
–Muchas gracias por salvarme, estoy profundamente agradecida, dígame ¿como le puedo pagar?
El hombre por un momento la miró algo sorprendido pero después soltó una risa ligera, la amabilidad de esa chica era encantadora y eso le agradaba, sentía una confianza hacia su persona, decidió responderle negando leve con la cabeza entre pequeñas risas.
–No no, no hace falta además cualquiera hubiera hecho lo mismo, ¿y tu eres nueva por aquí?
Preguntó llevando las manos a los bolsillos del pantalón de él mismo mientras que con una mirada de intriga y curiosidad era dirigida hacia la de puntas azules la cual asintió.
–Sí, soy nueva y veo que usted también lo es o tal vez no , ¿quien es usted?
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Reencarnando en el presente, mirando al futuro╭DouKoto╮
Romance-ahí estaba él, su cabeza siendo sostenida entre aquellas siempre delicadas y suaves manos de la mujer en la que una vez se enamoró , gracias a ella pudo experimentar aquel nefasto sentimiento, sin duda alguna lo que lo flechó fué el corazón tan com...