capítulo III pequeños rozes

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Estaba más que decidido a seguir los consejos de sus amigos, hablaría con ella para arreglar todo esos sentimientos desordenados en su interior.

Hoy era un día de descanso, él se encontraba en su casa (más bien mansión) escuchando música con sus audioculares puestos en sus oídos, no se enteró de que la madre lo estaba llamando una y otra vez hasta que le quitó los aparatos de música al chico, él la miró sin mostrar algún sentimiento o emoción, era una mirada neutra. Soltó un suspiro para ver que quería ahora su madre, almenos esperaba de que no se le ocurriera emparejarlo con una chica que ella encontró, la mayor se sentó al lado de la cama de su hijo, ella se veía sería pero esta vez se notaba tristeza.

Hijo, llevas mucho tiempo estando soltero, dime ¿no te gustaría tener a una mujer a tú lado? Que te haga feliz, ¿no estás cansado de estar aquí entre estas cuatro paredes?

El Tenjou sabía perfectamente a qué punto su madre quería llegar, dió un suspiro y se levantó de la cama, miró a su madre para unos breves minutos mirar al techo del cuarto, pasó unos segundos de silencio y él decidió hablar.

Sé a que punto quieres llegar, mamá yo no quiero que me consigas una pareja esa persona ideal para mí llegará tarde o temprano solo es tener paciencia para encontrar a mi destinada, no quiero que me hagas unas citas a ciegas o que traigas a un montón de chicas aquí con un formulario.

Aquello último era exactamente lo que hiba hacer la señora Tenjou, hiba a reunir las mejores candidatas así encontraría la media naranja de su hijo, no importaba si Douma estaba o no estaba de acuerdo igual lo hiba hacer. La mayor sonrió internamente y se paró de la esquina de la cama para irse dejando al peli Rubio en aquella habitación.

Luego de que se quedara solo ahí en esa habitación con un silencio rondando se le pasó en un momento repentino ir a visitar a Kotoha ahora que sabe dónde es su casa y quería hacerle una visita así aprovecharía y se le confesaría. Decidió no tomar el coche así que quizo irse en taxi el cual lo dejó frente a la residencia de la chica, este le pagó al del taxi el cual el mismo se fué tras averme dado el cambio pero Douma insistió en que se lo quedará.

El de ojos peculiares se acercó a la puerta del departamento para tocar el timbre dos veces y ser atendido por una chica muy conocida para él, era Kotoha, este sonrió con pena y ella igual y se hizo a un lado para dejar que su visita pasará al interior de la casa, cerró la puerta y fué a la cocina a por unos cafés, le dió el café elaborado a Douma y ella sentarse junto al mencionado en dos asientos que habían allí, había un silencio pero no era uno incómodo sino más bien tranquilo hasta que el joven hombre decidió hablar.

Vengo para hacerte una visita, además de que bueno ahora que sé tu ubicación podré visitarte a menudo así no te sentirás tan sola jej.

Aclaración:"{}" pensamientos

{ Wow que gran escusa Douma, cuando lo principal que querías hacer era confesarte...es obvio que esa no se la va a creer}

La chica al escuchar eso sonrió con ternura por aquel gesto tan bonito de parte de su jefe, era tierno que quisiera hacerle compañia.

Gracias por eso Douma-san, de veras es muy amable de que te preocupes por mí y quieras hacerme compañia en estas cuatro paredes que la verdad a veces me siento sola pero no importa.

Era tan bella cuando hacía esa sonrisa, pensó él y no pudo evitar de mostrar un pequeño rubor en sus mejillas. Siguieron charlando un buen rato socializando más a fondo y conociéndose mejor, hablando de sus gustos y esas cosas cosa que era una buena ventaja para ambos saber las preferencias y disgustos de los dos así no se equivocarían al hacerse regalos.

Era tan buena la presencia de ese chico e igual de la chica, se sentía tranquilos y en plena confianza el uno con el otro, era hora de irse y Kotoha decidió acompañar a Douma a la puerta del departamento, él se despidió ella se acercó un poco pero resbaló cayendo hacia delante, la misma fué atrapada en los brazos del rubio sus labios y rostros hicieron un roze los mismos, un pequeño roze que para ellos significó mucho.

Ella decidió de separarse muy apenada por lo ocurrido disculpándose con él, el mismo estaba igual pero bueno lo dejaron ahí en las disculpas. Se retiró de allí llegando a su casa sin que la madre se diera cuenta fué a su habitación y cerró la puerta recordando su espalda a la misma, su rostro era uno de una persona tan enamorada, soltó un suspiro suave y meloso al recordar aquel roze de los labios con la Hashibira, ese roze lo cual dejó mucho que decir, por suerte cuando eso ocurrió nadie estaba observando, los de la prensa son muy metiches en asuntos ajenos además de que si su madre se entera por esos chismosos seguro que terminará en serios problemas con ella y eso es lo de menos que quiere él.

Toda la noche se la pasó pensando en su visita que le hizo a Kotoha, sonriendo enamorado al recordar esa escena. Sin duda alguna su amor era algo muy fuerte y difícil de desvanecerse, ambos estarían juntos solo que uno debería dar el primer paso cosa que todavía ambos no estaban seguros de hacer, inseguridad eso era lo que había de por medio pero alguno de los dos tomará el valor y avanzará para que su amor se fortalezca aún más.













































Escritor: perdón lo corto del capítulo, últimamente me siento sin imaginación por eso tardo a veces en escribir nuevas escenas, esta parejita es súper adorable por eso decidí escribir una historia especialmente de esta, el DouAka es otro de mis favoritos, veré si podré escribir de eso también Jsjs y bueno recuerden, no busquen la aprobación de los demás valorense ustedes mismos porque más nadie lo hará, y tomen agua bye :3

Reencarnando en el presente, mirando al futuro╭DouKoto╮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora