Tú Mi Única Alfa (GL /Yuri)

11. Sueños

Un sueño profundo, aquel que te lleva hasta el subconsciente de la vida y te deja suspendido en la nada, una paz extrañamente placentera, un silencio ensordecedor, no estaba en el mismo plano, algo había pasado y Lorrein no estaba en la habitación con Taira en brazos, era un sueño, al parecer uno muy vivido porque podía ver su alrededor, un lugar multicolor, colores claros, oscuros, mezclados, colores únicos que jamás había visto.

No entendía qué había pasado para soñar ello, centra su vista y había un bosque, estaba casi cerca y en ella estaba Taira llamándola, la sigue adentrándose en el bosque porque no debía dejarla sola y además parecía asustada, Taira se veía rodeada de luz dorada mientras seguía llamándola y caminando, Lorrein no puede alcanzarla, que estaba pasando ya no sabía si era parte de sueño o una visión o una realidad, solo quería alcanzar a Taira.

Un lobo apareció de un salto, un lobo salvaje con espuma en la boca y ojos rojos, cuerpo esquelético, un lobo con rabia y recelo, con dientes afilados y garras con ponzoña que si te desgarra te morías por el veneno, un gruñido, el lobo se transformó en humano pero no lo parecía, era como si la vida lo hubiese castigado, miró a Lorrein con sus ojos rojos enseñando los dientes espumosos y sonrió con burla para voltear y mirar a Taira de pies a cabeza.

No te vas a atrever... es mi Omega...

Lorrein solo veía como acorralaba a Taira y con un gruñido el lobo maldito desgarraba desde la yugular hacia el pecho abriéndo en canal, un grito salió desde su alma y King había gruñido hasta dejar de sentirlo, estaba sola, trataba de acercarse para matar al lobo casi hombre pero no podía, algo la retenía en su lugar, vio como el lobo se la llevaba arrastrando por el piso dejando una huella de sangre, Lorrein solo gritaba y maldecir al lobo del infierno prometiendo matarlo.

Una mano helada se posó en su barbilla y sintió una respiración fresca en su oído, todo había quedado congelado como un cuadro escalofriante de una película de terror, no podía moverse más, las lágrimas caían solas, sintió una risa de satisfacción que hizo hervirle la sangre, a caso era la diosa misma a su lado, por qué estaba viendo todo ello, había jurado que nadie iba a tocar a Taira pero no puede hacer nada mientras ese lobo maldito devora el cuerpo de Taira, era una pesadilla, era culpa suya, ella sufre por su culpa.

Esto aún no ha pasado... es un regalo de mi parte mi querido King... aún no les he bendecido...

-¿Por qué? -dice entre dientes sin poder moverse- ¿Quién es? Lo mataré antes de que pase.

No puedes cambiar el destino King... a menos que el verdadero amor sea postrado ante sus pies... ese lobo es su pasado... pero será también su futuro... sólo ellas pueden cambiarlo.

Así como comenzó el sueño, terminó de golpe, mientras el cuadro se desvanece sin más la diosa le deja un último mensaje, un "la mordida debe tener una unión consumida..." sin más, Lorrein abrió los ojos agitada, sudando frío, miró a su alrededor ubicándose en su habitación, Taira estaba a su lado tocando la y llamándola, tratando de saber que había pasado ya que de un momento a otro Lorrein había empezado a removerse y Taira hacía de todo por despertarla pero no podía.

Lorrein empieza a inspeccionar el cuerpo de Taira, toca y mira por todas partes, en especial el cuello y el peso asegurándose que todo era una pesadilla o el aviso de la diosa, suspira con alivio al ver que no había nada en Taira, King estaba nervioso y empezaba a entrar en calor, no quería asustar a nadie, Taira se deja hacer porque había visto esos ojos lilas arder en llamas como si alguien le hubiese amenazado de por vida, no sabe qué hacer, pero algo le decía que era la Diosa.

-Está bien... todo está bien -dice en un suspiro- estabas... oh por la diosa, ahora esto.

-¿Qué pasa? Estoy bien -dice tomándola del rostro- algo ha pasado, dime.