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Yoongi sabía que todo lo que estaba haciendo era una locura. Fingir tener un esposo, fingir tener hijos... A sus casi treinta años, nunca había hecho algo tan absurdo como aquello. Pero ya no había vuelta atrás, las mentiras se habían apilado y ahora se encontraba en un Pizza Hut con los cachorros de Jimin, dos niños demasiado inteligentes para su propio bien.

El lugar estaba animado, lleno de familias y grupos de amigos, pero Yoongi no podía evitar sentir el peso de lo irreal que era todo aquello. Miró a los niños que estaban sentados frente a él, comiendo su pizza como si todo fuera normal, y suspiró.

- ¿Papá Jimin sabe que estamos aquí? -preguntó Bada, alzando la mirada con sus ojos brillantes pero suspicaces.

- No, aún no. -respondió Yoongi, tratando de sonar despreocupado.

Dasom, dejó caer su pizza y lo miró con seriedad.- ¡Es un secuestro! -exclamó, como si estuviera a punto de gritar y llamar la atención de todo el restaurante.

Yoongi soltó una risa nerviosa.- ¿Qué? No, claro que no. -intentó tranquilizarlos, pero notaba que los niños estaban a punto de ponerle las cosas difíciles.

- Voy a gritar. -amenazó Dasom, frunciendo el ceño con una expresión desafiante.

- ¡Niños, relájense! -dijo Yoongi, bajando la voz y mirando a su alrededor para asegurarse de que nadie los estaba escuchando.- Los conozco desde hace mucho tiempo, además, Hoseok está aquí. -señaló hacia otra mesa, donde Hoseok, el niñero, estaba distraído chateando en su celular.

Bada hizo una mueca.- Él es medio raro. -murmuró, lanzándole una mirada rápida a Hoseok.

Yoongi sonrió, divertido por lo directo que podía ser Bada.- Sí, lo sé, lo noto. -dijo el alfa, inclinándose un poco hacia los niños para asegurarse de que lo escucharan bien.- Bueno, así está el asunto. ¿Qué les parece si fingen ser mis hijos por una tarde?

Ambos niños lo miraron con una mezcla de sorpresa y sospecha.

- ¿Por qué no le dices la verdad a ese pobre omega? -preguntó Bada, sin pelos en la lengua.

Yoongi sintió un pequeño golpe de realidad en esa frase. ¿Lo sabían? Se tensó por un momento, sin saber si debía seguir mintiendo o si sería mejor retroceder.

- ¿Lo saben? -preguntó, tratando de ocultar su sorpresa.

Bada sonrió de manera traviesa.- Papá Jimin nos cuenta todo, don anillo de bodas. -se burló, señalando la mano de Yoongi donde aún brillaba el anillo que había comenzado todo este desastre.

Yoongi respiró hondo. Claro que Jimin se lo había contado todo. Era imposible ganar en esa situación. Jimin siempre estaba dos pasos por delante.

- Escuchen, decir la verdad ahora no es la mejor opción. -intentó justificarse, aunque sabía que los niños no lo dejarían pasar tan fácil.- ¿No te emocionaría trabajar como actriz por un día, Bada? Es una experiencia única.

- Si es un trabajo, entonces tendrás que pagarnos. -replicó Bada, claramente una negociación no iba a ser tan fácil como Yoongi esperaba.

- Claro, claro. Les pagaré una buena cantidad en experiencia. -respondió Yoongi, manteniendo la sonrisa, aunque sabía que esa respuesta no los iba a convencer.

- Yo quiero dinero de verdad. -Bada cruzó los brazos, firme en su decisión.

Yoongi soltó una risa nerviosa, sabiendo que no iba a salir de esa situación tan fácilmente.- Está bien, dilo. ¿Cuánto quieres?

𝙀𝙨𝙥𝙤𝙨𝙤 𝙙𝙚 𝙢𝙚𝙣𝙩𝙞𝙧𝙖 - YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora