Pinky & Stone Promise I

8 El primer beso

Morax esperó pacientemente hasta que ZhongLi se durmió, luego él descansó un poco a su lado. Pero no pudo conciliar el sueño, algo muy inusual en él. Se liberó de las cadenas que lo ataban, no sin cierta dificultad y salió de la habitación en silencio para luego ir a su oficina a trabajar durante un par de horas antes regresar a dormir.

Miró los archivos de fotos que hizo de sí mismo. Realmente no estaba de humor para trabajar en eso. Las luces y sombras que utilizó fueron suficientes para que las fotos fueran discretas en los puntos sensibles, y al mismo tiempo para despertar la curiosidad de los posibles espectadores. A Morax no le importaba hacer fotos artísticas, mostrarse desnudo de frente o de espalda, o ser explícito. Evitó mostrar su rostro, hasta ahora solo parcialmente si era beneficioso para la escena. Pero nada le molestaba más que las cicatrices. Por mucho que trató de jugar con las luces, las cicatrices eran visibles en la mayoría de las tomas. Tenía que decidir si mostrar la parte delantera o trasera de su cuerpo en la mayoría de sus poses, y definitivamente si la parte trasera era menos escandalosa, era el lado con la mayoría de sus cicatrices.

La parte fácil ya estaba hecha, la toma de fotos solo tomó un tiempo después de sincronizar cámaras y luces, desde diferentes ángulos, solo tenía que estar posando y las cámaras funcionaban con un pequeño temporizador entre cada toma. La parte aburrida y humanamente dependiente fue sobre la edición. El siguiente paso fue abrir las cinco mil fotos para empezar a descartar las malas. Morax descartó las fotos hasta que abrió doscientas, todavía una gran cantidad. Los guardó en una carpeta diferente por si acaso. Luego descartó más y más hasta que los restantes rondaron los quince.

De repente vino a su mente el recuerdo de Childe que quería ayudarlo con la aburrida edición de fotos. Morax sonrió, luego volteó los ojos para revisar el reloj de su PC y notó que solo elegir sus fotos le tomó más tiempo de lo que esperaba. Entonces, simplemente guardó las fotos elegidas y apagó la PC, para finalmente irse a dormir. Faltaban solo un par de horas para despertarse nuevamente y llevar a ZhongLi a la escuela.

Pero incluso cuando estaba tan cansado, no pudo dormir esa noche, porque su mente lo enviaba de regreso a un jovencito con cabello rojizo. Era tan fácil sonreír a su alrededor, su felicidad era tan adictiva, contagiosa, suficiente para relajarlo en medio de mil preocupaciones. Era tan fácil hablar con el chico y tan difícil guardarle secretos, tan difícil no mostrar su otro lado, su debilidad.

Morax se dio cuenta de estar creciendo instintos protectores y posesivos hacia Childe. Deseaba tener a Childe con él, cuidarlo como si fuera otro hermanito. Quería que Childe hiciera a ZhongLi sonreír más. Casi estaba considerando la broma de hacer el contrato que sugirió Childe, para tales razones.

Pero también, estaba un poco aterrorizado de tener esos sentimientos; había algo más en ellos, una fuerte necesidad de abrazar al chico contra su pecho, la necesidad de besar la linda sonrisa cada vez que era bendecido por ella. Ese cosquilloso deseo rugía en sus entrañas cada vez que estaba cerca del chico, pero el autocontrol le decía que estaba equivocado, que Childe era solo un niño, demasiado joven para él. La única neurona de conciencia en él que estaba tratando de detenerlo le decía que no era bueno seguir pensando en el lindo chico.

Morax se llevó ambas manos a la cabeza, como si al hacerlo pudiera dejar de pensar o al menos aclarar su mente, pero nada de eso pasó, en cambio notó que su cabeza estaba caliente. Prefirió ir a tomar un baño frío.

No se dio cuenta de que el tiempo se le escapaba de las manos. Cuando salía después de tomar un baño frío muy relajante, vio a ZhongLi despierto y casi listo para ir a la escuela. Estaba preparando algunas cosas en la cocina.

—Buenos días, ZhongLi.

—¡Oh! Ahí estás. Buenos días, hermano. Tu café está listo y casi termino con tu bento.