14 Catarsis

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—Buenos días Morax —saludó Tartaglia al muy somnoliento hombre, en la primera mañana del nuevo año.

—Buenos días. ¿Qué estás haciendo tan temprano en la cocina? —Morax fue directamente a la cafetera.

—Estoy preparando un desayuno.

—Mi invitado está cocinando, ¿en serio? Podemos comer las sobras de ayer.

—Quiero animar a ZhongLi. Tuvo una mala noche, eso es todo.

—¿ZhongLi? —Morax siguió con la mirada el lugar donde señalaba Tartaglia. El niño estaba medio dormido sentado en el sofá.

—¿Hermano?

Childe regresó sigilosamente a la habitación de invitados, aliviado de no ver a su hermano por ahí, y cerró la puerta con llave. Se deshizo de las medias y quiso rasgarlas, pero sentía los brazos muy débiles. Sólo deseaba llorar y desaparecer del mundo.

—Se acabó. Morax nunca me abrirá su corazón. Los arcontes allá arriba deben odiarme tanto... Realmente hice lo mejor que pude, realmente me esforcé mucho. ¿Qué más puedo hacer? No soy lindo ni bonito comparado con ZhongLi. Mi ser querido no siente lo mismo que yo por él. Mis intentos son todos inútiles.

Childe se vistió como siempre. Gruesos pantalones azules y una camisa negra, un suéter cómodo y una chaqueta. Luego volvió a mirar el espejo con una expresión triste y se puso las botas. Con la cantidad de ropa más aburrida y menos seductora decidió simplemente tumbarse en la cama.

Esperando y pensando qué hacer, o la respuesta a todas su preguntas, eso nunca le vino a la mente. Tartaglia llegó a su puerta y llamó a Childe para que fuera a comer. Tan pronto como él le abrió, su hermano mayor vio su expresión triste.

—Dime qué pasó, haré que Morax pague por ello.

—Tu plan B no funcionará. Se acabó. Morax quiere darse por vencido.

—¿Puedes tener la paciencia de hablar de lo que pasó?

—Fue un caballero en todo momento. No hay mucho que hablar.

Tartaglia no pareció muy convencido e invitó a Childe a sentarse y explicar detalladamente los acontecimientos. Childe se esforzaba por organizar su pensamiento, mientras abrazaba sus piernas. Su hermano hacía todo lo posible por adivinar, pero su imaginación le daba los peores escenarios.

—¿Entonces? Sin mencionar las partes vergonzosas si quieres, sólo lo esencial— Tartaglia estaba tratando de decidir entre regresar a la cocina para pedir perdón y regresar con su hermano a casa o simplemente comer más tarde. —Ayer noté que Morax estaba muy ansioso por estar contigo. ¿Qué le hizo cambiar de opinión?

—Está bien, todo iba bien. Hicimos todo lo que habíamos planeado y recordaré para siempre esta noche que pasamos juntos. Era demasiado perfecto hasta que ZhongLi llamó a la puerta de Morax. Mi amigo tuvo una pesadilla acerca de su padre, según tengo entendido. Pidió un abrazo y estoy seguro de que estaba a punto de llorar en cualquier momento. Morax y yo, bueno... no abrimos la puerta para atenderlo, porque... bueno, ya te imaginarás. ¿Cómo explicarle lo que estábamos haciendo juntos? Para abreviar, Morax se sintió muy culpable y responsable por no ir a consolar a ZhongLi. Dormimos pensando en lo que pasó, y cuando desperté, él me dijo... dijo que es mejor que dejemos este juego de fingir que estamos enamorados el uno del otro. Dijo que noestaba ayudando a aliviar su ansiedad en absoluto, sino que al contrario, sólo empeoraba las cosas. Morax no quiere darme falsas esperanzas, que podrían producirme sentimientos confusos.

Tartaglia suspiró. En parte fue un alivio que Morax fuera amable con su hermano. Por otro lado, todo estaba desordenado y sentía la necesidad de encontrar una solución.

Pinky & Stone Promise IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora