10 Una cita falsa

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Después de lo que pareció una eternidad, llegó el día de la cita. A pesar de estar esperándolo, Childe estaba más nervioso de lo que imaginaba, pero por dentro su emoción lo quemaba. Pasó horas en un baño frío y eso no logró calmar sus nervios. Tartaglia sospechaba un poco.

—Entonces, hoy saldrás con ZhongLi. Ustedes dos salen mucho últimamente.

—Sí, porque después de todo, él es mi mejor amigo. ¡Es muy divertido estar con él y la escuela no nos permite disfrutar lo suficiente de nuestra amistad!

Tartaglia puso un bento en manos de Childe.

—Lo preparé para ZhongLi, ¡ni siquiera intentes robarlo! Sé que tu apetito puede ser muy grande.

—No lo haré. No te preocupes. Por cierto hermano, ¿puedes dejarme cerca de su casa? Puedo caminar la última parte.

—¿Oh? ¿No quieres dejarme ver a tu amigo?

—¡Es por Morax! No quiero que lo veas. Sé que no te gusta en absoluto. Así que lo mejor es evitar que sucedan acontecimientos incómodos.

Tartaglia entrecerró los ojos mirando a su hermano pequeño, como si fuera capaz de leerle la mente. De todos modos, no era capaz de hacerlo, sólo pudo notar que algo andaba raro con su hermano.

Ciertamente no estaba de buen humor para ver a Morax, por lo que aceptó llevarse al pequeño a una distancia alejada de su destino original.

—Aquí te dejo, intenta regresar a casa temprano esta vez. No lo digo por ti, sino por ZhongLi y por mí. No quiero estar despierto tanto tiempo esperándote, y ZhongLi necesita dormir para mantener sus buenas notas en la escuela.

—No te preocupes tanto, estaremos bien y temprano en casa cuando regresemos.

Los dos hermanos tomaron caminos diferentes desde allí y Childe esperó hasta que no pudo ver ni oír la motocicleta de Tartaglia. Luego envió un mensaje a ZhongLi diciéndole que llegaría a la casa de Morax, por lo que su plan estaba a punto de comenzar.

Llegó a la casa y comprobó su vestimenta con la cámara de su teléfono. Llevaba un maquillaje discreto, para disimular sus pecas; estaba usando tenis, shorts pequeños y un suéter grande que le hacía sentir demasiado calor. Luego sacó de su bolsillo un lápiz labial para darle un poco de color a sus labios y mejillas, aunque no fuera tan necesario. Sus piercing tenían un lindo tema de corazones y se puso unas horquillas con forma de flechas para sujetar aparte de su molesto flequillo.

Debajo del suéter estaba la camisa que diseñó para ese día, y comprobó que no la había olvidado. Era como diez veces ya las que había checado. La sensación debajo de tela le hacía cosquillas. Decidió usar algo de lencería, por si acaso... Pero duda que si se la mostraría más tarde a Morax.

El estómago de Childe era un revoltijo de sensaciones cuando decidió por fin tocar el timbre. Tuvo que hablar con un micrófono en la entrada, e hizo su mejor sonrisa a la cámara, para saludar a Morax. La puerta se abrió automáticamente después de unos segundos y luego pudo entrar. Caminó solo, sosteniendo el bento de ZhongLi; Al cruzar inocentemente el jardín delantero, ya estaba un poco familiarizado con la casa.

—Este jardín necesita algunas flores. Es muy bonito, verde y todo, pero parece tan triste sin flores. Me pregunto por qué Morax no conseguirá algunas... —Era consciente de la ajetreada vida de Morax y que además era extraño que no tuviera personal de servicio, probablemente porque era muy difícil confiar en la gente. Y finalmente llegó a la puerta principal de la casa.

Antes de que pudiera llegar al timbre de al lado, vio a Morax abrir la puerta; deleitando sus porque el hombre llevaba la camiseta personalizada. Y el hombre no le dio oportunidad de entrar a Childe. Cerró y caminó directamente al garaje.

Pinky & Stone Promise IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora