Bakugou esta dormido a su lado, desnudo como todas las noches e Izuku lo admira de nuevo.
Llevan dos años juntos y es más feliz que en todos su siglos anteriores vividos. Su soledad ya es solo un recuerdo y sus inseguridades fueron besadas y sacudidas en amor por este lobo enojo y cariñoso en el fondo.
Mira las marcas de uñas y besos en ese pecho musculoso y sonríe tímidamente como nunca lo hizo. La marca de apareamiento que le dio Bakugou hace unas horas sigue latiendo y duele un poco. Pero cada vez que la traza con el dedo como ahora, siente la calma que le transmite el alma de Bakugou a él desde el sueño.
Sus propias piernas siguen temblando por todas las emociones y si su corazón siguiera latiendo seguro se preocuparía por sufrir un paro cardíaco.
Una sensación amarga lo invade cuando recuerda que el vivirá toda la eternidad.
Con esa nueva inquietud en su mente, se acurruca contra sobre el pecho de Bakugou sintiendo paz por el ritmo de sus latidos. Suspira felizmente cuando los grandes brazos lo rodena y dormido Bakugou resopla complacido.
En ese momento Deku sabe que nunca habrá nadie más. Jamás.
Así que dice las palabras que siempre temió expresar. — Te amo, Kacchan.
Lo ama demasiado.
Por toda la eternidad.
E Izuku sabe lo que es toda la eternidad.
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Gracias por el antes y gracias a los que leerán ahora, por seguir aquí después de dos años jejej
