𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖀𝖓𝖔

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El sol aún no había salido y la servidumbre ya se movía rápidamente por todo el castillo, limpiando, organizando y decorando, pues el Emperador estaba de regreso

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El sol aún no había salido y la servidumbre ya se movía rápidamente por todo el castillo, limpiando, organizando y decorando, pues el Emperador estaba de regreso.

Todo el pueblo rebosaba de alegría, la guerra porfin terminó y el monarca volvía al imperio, montado en su caballo líder ando las tropas avanzaba por las calles llenas de personas que saludaban y bendecían al emperador, el recorrido siguió hasta el castillo dónde en la sala de tronos esperaban los nobles y sobre todo su querida familia.

-¡SU MAJESTAD IMPERIAL, EL GRAN EMPERADOR JAIDER DE SECRAMISE, EL SOL RADIANTE DEL IMPERO A LLEGADO!.

Tras el anunció las trompetas tocaron una melodía en su honor y las puertas se abrieron, avanzó orgulloso hacía el trono, siendo reverenciado y saludado por los nobles, al frente su querida emperatriz lo esperaba con una sonrisa, recibiendo el correspondiente saludo, seguido de sus preciosas concubinas y sus hijos. Se sentía el hombre más feliz del mundo, dichoso de ver a su familia recibirlo y el apreció de su gente. Aunque después notó la ausencia de su única hija, eso lo entristeció un poco, esperaba ver a su pequeña recibirlo.

-¡SU ALTEZA REAL LA PRIMERA PRINCESA ARIANA DE SECRAMISE A LLEGADO!

Y así como llegó desapareció el leve malestar al ver a su princesa avanzar con una sonrisa un poco... Altanera.

-Su majestad el sol radiante del gran Imperio de Arbezela -realizó una elegante reverencia- acepté mis felicitaciones, escuché que el ejército real ganó hace poco una batalla importante en la guerra, ahora tiene que cuidar de más ciudadanos padre.

El silencio del emperador reino brevemente, admirando a su pequeña princesa.

- Ouw~ Ariana mi querida princesa - la abrazó melosamente

-Pero sobre todo - sonrió dulcemente derritiendo al emperador- estoy felíz de que haya vuelto sano y salvó

-No caben dudas de que mí princesa es la mejor - sin soltarla restregó su mejilla con la de ella.

El principe Bavilo avanzó brevemente haciéndose notar.

-¡Todo el imperio celebra la victoria de su majestad! ¡Yo Bavilo primer príncipe del gran Imperio de Arbezela me regocijó con está gran victoria! -se inclinó levemente cuándo el emperador lo miró- permítame acompañarlo durante la próxima batalla.

Estaba por reprenderlo, pero recordó las palabras de su querido hermano mayor y lo miró serenamente.

-Apreció el entusiasmó príncipe Bavilo, pero es mejor el permanecer aquí puliendo tus habilidades para el futuro.

La sospresa en el rostro de Bavilo, le hizo cuestionarse el trató anterior a sus hijos, pero no fue el único sorprendido, tanto los príncipes como sus respectivas madres estaban asombrados.

𝕽𝖆𝖒𝖊   𝐿.𝐷.𝐿.𝑃.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora