𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝕺𝖈𝖍𝖔

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La música sonaba por todo el lugar sin indicios de detenerse, Keneth amaba ver a su pueblo tan rebosante de alegría pero... Había algo que le molestaba y eso era el gran duque.

Es bien sabido por todos que el principe mayor y el gran duque son hermanos de armas, son la definición perfecta de lealtad.
Pero justo en ese momento deseo con todas sus fuerzas que desapareciera misteriosamente.

El gran duque se encontraba hablando con su querido Nell, al inicio se veían un poco tensos hasta que Nell pareció relajarse, hasta ahí todo bien pero el barrido que le dió con la mirada lo puso alerta, no había disgusto en sus ojos más bien era interés, Keneth y Nicolás eran similares en muchos aspectos, en opiniones en gustos e incluso en conquistas.

Se acercó a ellos sujetando con fuerza una botella de licor, saludaba con una sonrisa a quienes pasaban pero en su mente planeaba una masacre, el no se considera una persona celosa y sabe muy bien que lo suyo con Nell es muy sólido... o eso quiere creer, el hecho de mantenerse en secreto no le agrada y aunque es capaz de comprenderlo eso no evita que desee gritarle al mundo que el duque Phantom es suyo, oh ese cachorrito no sabe lo que le espera en cuanto lo tenga en sus brazos, se siente extrañamente posesivo y se ríe de sus propios pensamientos ya que el alcohol comienza a surtirle efecto.

-Gran duque Nicolás, duque Phantom es un placer verlos aquí.

-Su majestad el príncipe mayor -ambos se inclinaron ante el.

-Por favor dejemos las formalidades, es una fiesta después de todo.

Los miró con una sonrisa y les ofreció la botella mientras se colocaba disimuladamente entre ellos.

-Veo que se está divirtiendo alteza -Nicolas le sonrió mientras encendía un cigarrillo.

-Veo que se está divirtiendo alteza -Nicolas le sonrió mientras encendía un cigarrillo

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-Asi es -suspiró- después de ocho años podemos descansar... Aún que sea breve.

El gran duque se carcajeo mientras le ofrecía un cigarro.

-La palabra descansar no está en tu vocabulario Keneth.

-Eso puedo asegurarlo -Nell aporto mientras recordaba al mayor atascarse de trabajo.

-Soy perfectamente capaz de descansar -el albino refunfuño.

-¿Es así? Recuerdo nuestra parada en el pueblo Montañes para tomar un descanso, y durante nuestra estadía te la pasaste entrenando a los caballeros y realizando tareas domésticas en el pueblo.

Keneth miró indignado al duque Phantom mientras el gran duque se reía a carcajadas de su amigo, el más que nadie ha visto de primera mano las múltiples tareas que realiza sin descanso.

-Nunca espere esa traición de tu parte Nell, menuda mano derecha conseguí.

-Oye deja al chico en paz, no es culpa suya que seas un adicto al trabajó -Nicolas lo miró con malicia- talvez prefieras que vuelva a dormirte como en antaño.

𝕽𝖆𝖒𝖊   𝐿.𝐷.𝐿.𝑃.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora