[ 9 ]
Kyouka despertó temprano y cogió su cuaderno. Le gustaba escribir nuevas letras y la inspiración venía cuando le apetecía. Aquel día le apeteció venir a las seis de la mañana, así que aprovechó la situación para prepararse y hacerse un café. Por suerte nunca le había costado levantarse temprano.
Al escribir en su libreta, la imagen de Momo vino a su mente.
Cuando fueron las siete de la mañana, alguien picó a la puerta. Aquello la sorprendió. Fui a ver quién era y, al abrir, su pulso se aceleró. Pensó que sería Kaminari, pero Yaoyorozu se encontraba al otro lado de la puerta.
—YaoMomo—no pudo evitar sonreír.
—Buenos días. Siento las horas ¿Te he despertado?
Momo la observó. La pelimorada llevaba una camiseta ancha y unos tejanos rotos. Ella, en cambio, se había recogido el cabello en un moño desordenada y se había puesta una blusa de color beix.
—No, estaba despierta componiendo. Pasa si quieres.
—Gracias.
Momo sonrió observando aquel lugar. Era más pequeña que su habitación compartida, pero le encantaba la decoración que había utilizado Kyouka. Se notaba que amaba la música.
—¿Qué tal va eso de componer?—preguntó con curiosidad.
—Oh, bien, creo. Aunque a veces no encuentro las palabras adecuadas—rio apurada—¿Tú sueles componer?
—A veces—sonrió con suavidad—Pero se me da mejor componer melodías que letras.
La pelimorada fue a la pequeña cocina y empezó a calentar agua mientras escuchaba a la contraria. Sabía que a la más alta le gustaba mucho el té. Al verlo, Yaoyorozu sonrió agradecida.
—He venido porque quería darte las gracias por lo de la fiesta una vez más—aclaró.
—No te preocupes por eso.
La más baja se sentó en su cama y la contraria a su lado, cogiendo la taza de té que Kyouka le había ofrecido.
—Gracias—sonrió, para luego suavizar su expresión—¿Dije algo raro, cierto?—preguntó la más alta de pronto.
La pelimorada casi se atraganta con su bebida.
—¿Cómo?
—Cuando estaba ebria.
—Bueno...—la pelimorada no le quería decir que Momo dijo que era su tipo, aunque sí que había otra cosa que había estado rondando en su cabeza—Hablaste en sueños, dijiste "Mamá".
Al decir aquello, el rostro de Momo palideció de golpe y la contraria vio como agarró la taza con fuerzas.
—¿Momo?—se preocupó.
—¿Dije algo más?
—No, solo eso, una palabra.
Yaoyorozu pareció aliviada. Jirou la miró con preocupación. No entendía por qué esa simple palabra la había preocupado tanto y aquello hizo que quisiera conocerla todavía más.
—¿Estás bien?
—Sí, solo...—su voz tembló—Mi madre murió hace casi dos años. La echo de menos, así que a veces hablo de ella en sueños.
La pelimorada se sorprendió. Su expresión en aquel momento se sintió como si alguien la hubiera apuñalado.
—Lo siento muchísimo—no supo bien qué decir, así que cogió la taza de la contraria dejándola sobre la mesa y cogió sus manos. Estaban calientes.
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El sonido del piano | MomoJirou
RomanceFue el sonido de aquel piano lo que atrajo a Kyouka a unirse a aquella universidad de artes y conocer a Momo. Sin embargo, en persona pudo ver lo triste que era en realidad aquel sonido. [AU sin quirks]