18 de agosto

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Al cerrar mis ojos, mi mente se pierde en divagaciones, adentrándose en una profundidad cada vez más abrumadora. No obstante, incluso en ese abismo, una voz suave posee la habilidad de arrancarme de las brumas. Una voz dulce y tranquila que susurra que todo se enderezará, una voz capaz de erizar mi piel con su mera resonancia, con la capacidad de transmitir calma a través de su melodía.

¿Será posible que aún no haya hallado a esa persona?

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