primer beso

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Las veces que la banda se quedaba a dormir en la casa de TaeHyun siempre terminaban desastrosas, pero ciertamente esa noche era tranquila.

Probablemente no eran la mejor banda, les faltaba mucho que ensayar y recorrer, muchas canciones que componer y muchas técnicas que probar, pero los cinco eran felices. Huening Kai tocaba la batería, SooBin el bajo, BeomGyu y YeonJun las guitarras mientras que TaeHyun, el lider y quien les prestaba su garage para ensayar, era el vocalista.

Sin embargo incluso había ocasiones en las que se quedaban tanto tiempo ensayando que era necesario quedarse a dormir. Huening Kai dormía en la habitación con TaeHyun, YeonJun prefería usar el sillón de la sala y BeomGyu dormía con SooBin en unos colchones inflables en el sótano.

Todos estaban cansados debido a la jornada de trabajo en fiestas que habían tenido, no había ruido. Y ahí estaban.

BeomGyu veía los ojos de SooBin fijamente mientras le acariciaba el rostro, repasando cada parte con la punta de sus dedos mientras que el mayor solamente disfrutaba. Estaban acostados uno frente al otro mientras las grandes manos de SooBin tomaban la cintura del menor. A veces las palabras no eran tan necesarias, ambos amaban estar juntos en el sentido más literal de la palabra.

— ¿Sabías que te amo?

— Lo sé, tanto como yo te amo a ti.

La lámpara alumbraba una luz amarilla tenue, suficiente para apreciarse el uno en la propia obscuridad. Aunque estuvieran lo suficientemente lejos de los demás, les gustaba mantener lo suyo, como fuera que se llamara, algo privado e íntimo.

SooBin amaba tanto a BeomGyu como amaba verlo con sus lentes sobre su nariz resbalando cada cierto tiempo, cuando veía sus vasos de agua a medio tomar por toda su casa, sus libros que olvidaba marcar y renegaba cuando perdía la última página que leyó, sus fotos instantáneas que coleccionaba de las cosas que le gustaba, su guitarra permanentemente en sus manos y cómo sus dedos resbalaban sobre sus cuerdas. Lo amaba tanto como cuando escuchaba su carcajada resonar en cualquier lugar que estuviera, sus discos coleccionables que escuchaba hasta el cansancio en una grabadora vieja, los cuadros que pintaba y colgaba en su cuarto, los escritos que hacía a mano y botaba en su escritorio para revisarlos en medio de la noche mientras bostezaba.

Su cosa, que no tenía nombre, era confusa debido a sus sentimientos y su posición en un equipo de trabajo. No querían hacer las cosas incómodas, pero esos pensamientos se iban cuando se mirbaan el uno al otro y no les importaba nada más que ellos dos

BeomGyu amaba a SooBin tanto como amaba ver sus hoyuelos pronunciarse cada vez que hacia un gesto, como sus manos cuando se cruzaban y jugaban entre ellas en modo de nerviosismo y timidez antes de algún evento, cuando dejaba sus botes de helado en el congelador y olvidaba regresarlos, escucharlo renegar porque no le gusta el helado de chocomenta derretido, cuando se abraza a él por su miedo a la lluvia pero lo invita a jugar con la nieve durante el invierno, como a sus audífonos reproduciendo canciones a todo volumen y no logra escuchar nada más que aquello que canta tan energéticamente y feliz. Lo amaba tanto como abrazarlo cada vez que se ponía demasiado emocional, como su piel clara y suave y cuando lo dejaba jugar con ella, como cuando ensayaba por horas y veía videos tutoriales para sacar nuevas canciones en su bajo por el que tanto ahorró para comprarse.

Se conocían desde que TaeHyun los presentó, probablemente tardaron en adaptarse el uno al otro, pero una vez lo lograron y comenzaron a tontear, se volvía más difícil esconder lo cercanos que se volvían. Porque no era el tipo de cercanía que tenían los demás, lo de BeomGyu y SooBin iba más allá de esa amistad cariñosa de compañeros de banda y amigos de preparatoria. 

YeonJun y TaeHyun no se tomaban de la mano como ellos, Huening Kai no recibía besos en las mejillas como los que ellos se regalaban.

Sabían que era algo extraño, pero no se atrevían a pronunciarse como algo más.

BeomGyu dejó de acariciar a SooBin y rodeó su cuello para abrazarse mientras SooBin aún lo sostenía por la cintura. SooBin le murmuró algo al oído y BeomGyu tembló.

Ambos volvieron su mirada el uno al otro y sintieron algo que se iba expandiendo, cada vez más intenso.

La tenue luz se apagó debido al mayor, quien optó por apagarla.

— Pero te gusta que esté encendida — dijo BeomGyu.

— No esta vez.

A pesar de que la luz desapareció y exitían en obscuridad plena, SooBin cubrió los ojos de BeomGyu. Los nervios de ambos aumentaban como si estuvieran conectados al mismo corazón y su sangre bombeaba más rápido, una ola de calor arrasó entre ellos y BeomGyu casi suelta un quejido, pero no tuvo el tiempo necesario.

Los labios de corazón se adueñaron de los suyos en un pico superficial pero duradero. BeomGyu se sobresaltó, pero no se movió ni un centímetro.

SooBin lo besó, un poquito.

La acción se repitió pero esta vez se sintió más como un beso. SooBin alejó su mano y lo tomó del brazo. Intensificó un poco más y, finalmente, ambos se estaban besando como era debido con sus cabezas moviéndose un poco para poder rozar sus labios de un lado a otro, conocerse a través de ellos, saborear la pasta de dientes que se untaron antes de dormir. El beso se interrumpió pero BeomGyu fue quien los reconectó y tomó la nuca de SooBin, a la que, con su mano derecha, empujó un poco más hacia él y tomó un puñado de mechones del mayor y acariciar su cabeza, relajando a SooBin.

Cuando se separaron ambos se sentían calientes, probablemente por la vergüenza.

Los problemas vendrían por la mañana, por el momento, solo querían besarse más y más.

siempre tú ☆ soogyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora