omegaverse

322 44 0
                                    

SooBin a veces era un alfa muy estúpido.

Estúpido, e irresponsable, y muy lindo también.

Tal vez no era correcto vivir en la misma casa del alfa que lo cortejaba, pero era literalmente inevitable. Se sentía como un adolescente buscando a su alma gemela, la cosa es que él no buscaba a nadie, pero SooBin sabía cómo hacerlo dudar.

Bien, tal vez BeomGyu era un estúpido también.

Era difícil andar por la casa con unos intensos ojos que lo seguían a todos lados desde el cuarto de lavandería hasta la cocina. También era complicado no ver a los ojos al mayor que, sin pudor, lo miraba por las noches cuano ya todos estaban en sus camas. Incluso en un momento normal del día mientras servía un poco de ramen en un tazón y se lo ponía enfrente.

— Debes dejar de verme así.

— ¿Así cómo?

— No te hagas tonto.

SooBin sonrió y luego soltó una carcajada para dar un sorbo a los fideos y negar con la cabeza.

— ¡No es gracioso! — BeomGyu levantó la voz pero inmediatamente la bajó, temiendo que alguien los escuchara desde afuera, es por eso que comenzó a susurrar —. Siento que ellos sospechan algo.

— Sospechar... ¿De qué?

BeomGyu golpeó la mesa con las palmas de las manos y se alejó de ahí para lavar la olla que había usado. Sí, SooBin era lindo y amable, también muy caliente, pero lo que tenía de caliente lo tenía de idiota. Le gustaba hacer renegar a BeomGyu más de lo que le gustaba BeomGyu mismo, si es que eso era posible. Era simplemente muy juguetón y a veces eso exasperaba al menor. BeomGyu era muy cuidadoso con su relación-no-relación, en cambio SooBin casi lo gritaba a los cuatro vientos cuando no se podían permitir eso, no para el bien de su grupo y los nervios del menor.

SooBin se levantó de la mesa dejando su tazón de ramen a medio comer y se posicionó atrás de BeomGyu, pegando su pecho a la espalda del menor y recargando su mejilla en el hombro contrario. BeomGyu intentó zafarse pero el aliento caliente en su oreja y cuello lo hicieron temblar involuntariamente y soltó un gran suspiro.

Comenzaba a soltar feromonas y si no se tranquilizaba rápido, YeonJun, el otro alfa del grupo se daría cuenta con rapidez.

— Es solo que — soltó intentando sonar serio —... Tengo miedo de lo que pueda pasar si ellos se enteran. Hemos sido cuidadosos pero cualquier paso infalso y todo se irá a la borda, SooBin.

El mayor lo soltó y se puso a lado suyo —. No tienen por qué hacerlo, tú solo luce bonito y tranquilo, yo sigo pareciendo que me das igual a veces y listo, nadie sospecha.

Los hombros de BeomGyu se alzaron y su expresión decayó.

Se preguntaba si era prudente tener una relación sexo-afectiva con el líder de su grupo, en la misma casa que sus otros tres compañeros y mejores amigos.

Era difícil pensar que ellos pudieran darse cuenta de lo que pasaba ya que eran sumamente cuidadosos en cuanto a ratos libres y casa sola se trataba. Los besos eran exclusivamente nocturnos o en momentos como este donde ellos están pasando el rato en la cocina. El sexo era distinto y más difícil; acomodar sus horarios para poderse fugar a alguna habitación de hotel o ser rápidos y terminar antes de que Huening Kai, quien era el que más temprano llegaba de las prácticas, cruzara la puerta. Eso en cierto modo le añadía adrenalina pero sus fuertes aromas podrían llegar a delatarlos.

Y, para terminar, la personalidad paranoica de BeomGyu no encajaba para nada con la personalidad despreocupada y provocativa de SooBin.

Sin embargo e incluso detrás de todo eso, BeomGyu y SooBin se amaban. 

Incluso si no tenían esos acercamientos, sus lobos aullaban cuando no podían estar juntos. BeomGyu comenzaba a sentirse triste y en SooBin crecían sus nervios e inquietud a flor de piel. La cosa más banal que le pasara a uno afectaba al otro y sus lobos lloriqueaban.

SooBin acarició la mejilla de BeomGyu y este se frotó en la gran palma meintras se le acariciaba con el dedo pulgar intentando tranquilizarlo. Lo giró para quedar frente a frente y cerró e acto con un abrazo.

— Sabes que te necesito, que tú eres a quien amo y que por ti yo pelearía, ¿no?

— Lo sé...

— Entonces que te den igual los demás, sin embargo si la privacidad te hace feliz, estoy dispuesto a mantenernos así.

BeomGyu sonrió dulcemente y acarició la espalda de SooBin. Era bueno sentirse comprendido y que alguien lo respaldaba en sus decisiones y deseos. 

Y así fue como el menor inició un beso ignorando el hecho de que estaban en la cocina y TaeHyun estaba en casa. Unió sus labios en un beso a boca abierta y enredó sus manos en el cabello negro de SooBin. Sabia cuanto le gustaba eso al mayor y se dio cuenta que hacía bien cuando fue subido a la barra de la cocina. Las respiraciones de ambos se agitaron entre besos y caricias. El fuerte olor a cereza de BeomGyu y el de chocolate de SooBin comenzó a inundar rápidamente la cocina mezclándose entre sí, llevaban alrededor de cuatro días sin poder tener buen tiempo a solas y eso hacía incrementar la necesidad de BeomGyu, pero la paciencia era una virtud y él se estaba quedando sin ella.

— No creo que esto sea bueno...

— Lo es.

A veces, al omega le gustaba fantasear un futuro donde él y SooBin tenían una linda casa y cachorros corriendo por aquí y por allá. Incluso cuando con el corazón en la mano se animó a contarle sus planes al alfa, este se vio emocionado y parecía querer preñarlo en aquel momento.

La paciencia es una virtud.

Ambos se separaron en cuestión de minutos y BeomGyu le hizo una seña de que necesitaban parar. Luego cada quién, como si no hubiera pasado nada, se dirigió a su respectiva habitación con la suerte de no haberse encontrado a TaeHyun en el camino.

Se enviaron un mensaje de buenas noches y cayeron dormidos. Era difícil vivir así, pero las palabras del otro siempre les reconfortaban.



siempre tú ☆ soogyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora