L I N E

Capítulo 8.

La joven se quedó paralizada al escuchar aquella maniática risa. Por el rabillo del ojo intento no perder de vista al risueño, pero, cuando menos lo noto, los delgados dedos del hombre caminaron por la cintura de la joven hasta que su antebrazo la rodeo por completo.

—inhale inhale, exhale exhale — susurró con voz profunda.

La piel de la joven se erizo por completo, al escucharlo a pocos centímetros de su oreja. Cuando intento moverse, el risueño se dejo caer hacia atrás, impactando contra la cama y ella quedando sobre él.

J-Hope reía psicótico —¡oh, belleza! Sabía que llegarías a mí.

Cambio de posición con ella, ahora quedando él por encima. La oscuridad del cuarto no era total, la luz de la luna entraba por la ventana que estaba a un lado de la cama, por lo que J-Hope pudo notar el cuerpo desnudo de la joven. Sus pupilas dilatadas debido a la cocaína que se había administrado se iluminaron al ver la piel blanca y aterciopelada de la joven.

—Lo siento, amo — hablo con miedo, intentando cerrar el saco para cubrirse — No debí entrar sin su permiso.

Recargo su cabeza entre el acolchonado pecho de la joven, escuchando sus latidos acelerados. Ese pulso, fue una dulce melodía para la mente enferma del risueño. Levanto su tronco y rebusco en sus bolsillos traseros, sacando dos pequeñas bolsitas, poniéndolas a la vista de la joven.

—¿qué es eso?

—Tu anestesia, escoge.

El terror se manifestó en la cara de la joven, retorciendo su cuerpo para lograr escabullirse — ¡Aleje eso de mí, lo tengo prohibido!

La comisura de la boca del risueño se curveo — De tin Marín de do pingüe — sonrío malévolo — ¡ouu, tenemos un ganador! — Su boca deshizo el nudo de la liga que estaba en su brazo y subió su cuerpo a la altura del pecho de la joven, colocando sus rodillas en los delgados brazos de ella.

—Por favor, no — suplicó.

Los ojos de la joven se humedecieron, al ver como él hombre tomaba la misma jeringa que había usado con él, preparándola ahora para ella — Lo siento belleza, no venía preparado — dijo en tono de burla. Saco un encendedor y tomó la cuchara que estaba en la mesilla, agregando el polvo blanco y pasando el encendedor por debajo de esta.

—Haré cualquier otra cosa, lo que me pidas, pero, eso no por favor.

—¿puedo follarte? — La miró provocador.

La joven apretó los ojos con fuerza — s-sí.

J-Hope soltó una risa escandalosa — belleza, tu cuerpo no me excita, en cambio tu miedo, me la pone dura.

— Estas loco.

J-Hope tenía una locura más allá que la de Agust y RM, pero al final, los tres se complementaban.

Dio unos ligeros golpes en el cilindro de la jeringa y la sostuvo con su boca, mientras liberaba uno de los brazos de la joven para atar la liga. Cuando la vena sobresalió, el risueño sonrió con locura — Si te mueves, voy a convertir tu brazo en un colador — la joven cerró los ojos, mientras sentía como la aguja entraba.

Cuando el contenido fue colocado por completo, libero el brazo de la liga y se quitó de encima, esperando que la droga hiciera efecto. No paso demasiado tiempo para que esto sucediera. La joven se levantó la cama y podía escuchar como su respiración era lenta, aunque, su frecuencia cardiaca estaba por los cielos, sentía su cuerpo con mucha adrenalina y a la vez muy caliente.