Capítulo 9.

4.1K 516 91
                                    

— Bonnie, suéltalo — ordenó RM.

La joven clavó las uñas en la espalda de su hermano.

—No lo escuches Bon, ya estoy aquí — acaricio con delicadeza la cabellera de su hermana — y tú, grandote — giro su rostro para poder verlo — ¿lo que tienes de músculos lo tienes de pendejo? ¡dije que no voy a soltarla!

RM sonrió de oreja a oreja, tratando de disfrazar su rabia.

—te sobra lengua para venir a mi territorio e insultarme, pero créeme, te faltan huevos para estar a mi nivel.

El ministro se levantó de su asiento, pero, seguridad inmediatamente lo sentó.

—No se meta ministro, al parecer no supo educar a sus hijos — Agust sonrió de lado — le enseñaré lo que hace una buena educación.

—¿qué carajos? — Jung-kook elevó una ceja.

—Gatita, suéltalo. Es una orden — el cuerpo de la joven comenzó a temblar al escuchar esas palabras — ¿o acaso quieres ayudarme también a sostener a tu hermano?

Bonnie soltó de inmediato a Jung-Kook.

— Bonn — su hermano trato de alcanzar la mano de la joven.

—ocupa tu lugar — chasqueo los dedos el mayor de los tres hombres.

Bonnie se hincó a los pies de Agust, incapaz de subir la mirada hacia su hermano. El ministro y Jung-kook, no podían creer lo que veían. La manipulación era evidente; el rostro de satisfacción del trío monstruoso al mostrarle a la familia que tenían más control sobre ella que ellos. Y esto solo era el comienzo.

Agust caminaba a su lugar, mientras Bonnie gateaba a la par de sus pies. La mirada de Jung-Kook no podía dejar de seguir a su hermana, estaba impresionado de lo que estaba pasando.

—Padre ¿no dirás nada? — miró con impotencia al ministro — ¿te parece bien que traten así a Bonnie?

— cállate y siéntate, Jung-Kook — ordenó.

— pero padre.

RM se acercó con velocidad a Jung-Kook, fue tan rápido que el pelinegro no vio venir la patada de frente directo en la boca del estomago, doblándolo de inmediato y dejándolo sin aire.

—eso te mantendrá callado, bastardo — el robusto retomó su lugar, a la derecha del mayor.

J-Hope, carcajeaba con locura mientras aplaudía escandaloso.

—Ministro, sus hijos son muy divertidos — habló entre risas y se sentó a la izquierda del mayor.

El ambiente estaba tenso, incluso el gran ministro sudaba frío al estar frente a los tres hombres y ver a sus hijos en una posición vulnerable.

—Escuchen ...

— ¡Cierre el puto hocico! — Agust interrumpió al ministro, subiendo el tono de voz — no venga a poner su cara de pendejo frente a nosotros con el cuento de que quiere ver si su hija está bien — ladeo la cabeza — aquí nadie se traga el puto cuento de que está preocupado por ella ¿nos cree idiotas?

El ministro miró a su hija con desdén.

— En esas condiciones, no sobrevivirá un año.

—Señor Lee, díganos la verdadera razón de su visita — el robusto cruzó los brazos, sin perder el contacto visual directo con el ministro.

El señor Lee trago saliva antes de hablar, sabía que su petición no sería aceptada tan fácilmente. No podía engañar a esos hombres, tampoco podía divagar demasiado al momento de hablar, ya que cada minuto se sentía aún más sofocante e intimidante. Sabía que no debía jugar con su paciencia.

L I N EWhere stories live. Discover now