Capítulo 15.

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MANICOMIO JACK IN THE BOX

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MANICOMIO JACK IN THE BOX

Las enfermeras curaban las heridas del risueño, a él no parecía disgustarle a pesar de sus dolorosas quemaduras de tercer grado, al contrario, reflejaba cierto placer. Sus ojos estaban puestos en la joven, que se encontraba llorando en la esquina de la habitación a causa de las lastimosas quemaduras en su cuerpo. En esa misma habitación, trataban las heridas del robusto y del hombre de la cicatriz.

—Al parecer la única forma en la que sabes comunicarte, es llorando —. El robusto miró con curiosidad a la joven.

El risueño no pudo evitar reír ante ese comentario.

—¡Cállate, J-Hope! —. Agust, alzó la voz—. ¿En qué mierda pensabas cuando liberaste a todo el manicomio?

—Oigan, todos nos divertimos —. cruzo los brazos, mientras hacía puchero —. Prometo que el próximo juego será aún más divertido.

—¡No, ya no quiero jugar! — la joven exclamó con miedo desde su lugar—. Por favor, ya no.

Al risueño se le disipo la sonrisa. Se levantó de su asiento, dejando botadas a las enfermeras que lo estaban curando. Si algo odia el risueño, es que no quieran jugar con él, eso lo pone de muy mal humor.

—Eres nuestro juguete y yo puedo jugar contigo las veces que se me antoje — se inclinó a la joven.

—Pero ...

J-Hope, le soltó una fuerte bofetada, callándola antes de que volviera a abrir la boca.

—Yo hablo, tú te callas —. La miró penetrante —. Yo ordeno, tú obedeces.

Bonnie, entró en un bloqueo emocional. Aunque, el tiempo que pasaba con ellos se volvía cada vez mayor, no podía acostumbrarse a su cruel e imponente presencia. Son impredecibles sus movimientos, no sabe qué cosa los hará detonar contra ella. Sobre todo, J-Hope.

—¿entendiste?

La joven asintió con la cabeza, sin decir alguna palabra. Sus manos las apretó con fuerza al sentir tanta impotencia. Agust, se levantó y caminó hacia ella, mirándola desde arriba con una sonrisa media en su rostro.

—¿Quieres compasión? ¡Olvídalo! ¿Estás enojada porque la vida no es justa? ¡Supéralo! ¿Extrañas a papi? ¡Él está mejor sin ti! Aún te queda un largo tiempo con nosotros, así que ubícate y elige bien de qué lado estás; nosotros o la perra que llamas "padre".

La joven levantó la mirada, viendo al pelinegro y recordó lo que Jung-Kook le dijo. A estas alturas, era más que evidente que ella jamás podría vencerlos, además, no podía seguir confiando en la palabra de su padre.

Ambos hombres regresaron a su lugar y continuaron cuidando de ellos. Mientras tanto, la joven cubrió su boca para evitar fastidiar los oídos de Agust, soportando el horrible dolor de las quemaduras.

L I N EWhere stories live. Discover now