Capítulo extra

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Third person narrator

Dos años después

Freen y Becky llevaban dos años casadas, pero cada día parecía exactamente como el primero.
Se amaban exactamente como el primer día, y probablemente incluso más.

Probablemente, el secreto del matrimonio perfecto no es el amor, sino el apoyo mutuo.

Freen ya había dejado su vida como agente encubierto durante tres años, y su nuevo trabajo era definitivamente más seguro, pero aún así convincente y desafiante. Siempre encontró tiempo para estar con su familia, pero a veces estaba mentalmente agotada. Y cada vez que volvía a casa, siempre había Becky dispuesta a apoyarla y cuidarla, incluso cuando la menor también estaba cansada.

A Freen le encantaba la forma en que Becky la recibía en casa con un abrazo y un dulce beso en los labios, y le encantaba aún más cuando se tumbaban juntas en el sofá viendo una película, que puntualmente nunca terminaban de ver.

Becky, en cambio, dedicaba mucho tiempo a su fundación en la lucha contra la violencia contra las mujeres, y ahora se había convertido en una de las figuras más conocidas en este frente. Había apoyado a muchas mujeres, y Freen a menudo asistía a sus conferencias para apoyarla, y le encantaba ver la pasión que Becky ponía en lo que hacía.

Sin embargo, Freen también se dio cuenta de los momentos difíciles de Becky, aquellos en los que recordaba todo lo que ella había sufrido en primera persona. Su castañita era una mujer fuerte, y Freen podía notarlo sobre todo en los momentos en que se derrumbaba.

Se necesita mucha fuerza para superar cosas así, y Becky a sus ojos era una roca. A veces, sin embargo, también le gustaba ser la roca de Becky en sus momentos no. Bastaba con apretarla con fuerza, darle unos cuantos besitos y susurrarle dulces palabras para hacer sonreír a su princesa. Freen siempre le recordaba que estaba orgullosa de ella, y que ahora estaba a salvo porque todo había terminado.

Se amaban con locura y nunca perdían oportunidad de demostrarlo.

Como ahora.

Estaban en la cama juntas, abrazadas, y estaban tratando de relajarse después de un día muy agotador. Amaban la sensación de apretarse fuerte después de un día difícil, ambas se sentían a salvo en los brazos de la otra.

"Tengo un dolor tremendo en el cuello"

"Uhm, ¿estás incómoda? ¿Quieres otra almohada?"

"No, no creo que la almohada sea el problema. No puedo girar el cuello hacia la derecha"

"Y ¿a la izquierda sí?"

"Sì, no me duele"

"Bueno, entonces gira el cuello sólo a la izquierda"

"¡Freen, no es divertido!"

"Perdóname amor, esperaba hacerte reír. Te veo un poco nerviosa esta noche, déjame darte un masaje"

Freen se sentó en la cama, con los hombros apoyados en la cama, y abrió las piernas haciendo que Becky se siente en el medio de estas, apoyando su espalda sobre el pecho de Freen.

La mayor comenzó a masajear el cuello de su mujer, tocando los puntos correctos y provocando sacudidas a la más pequeña.

"Tus manos son mágicas, Freen. Siempre sabes dónde tocar"

El comentario de Becky había sido puramente inocente, y no ocultaba ningún segundo sentido. Sin embargo, Freen no podía frenar su mente de pensamientos impuros, y se aprovechó de la situación.

Ella y Becky no tenían relaciones desde hace tiempo, y la echaba mucho de menos.

"Puedo darte una demostración especial de lo mágicas que pueden ser mis manos al tocar los puntos correctos"

Mi persona mágica (FreenBecky)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora