Mi persona mágica (FreenBecky)

3.

Becky's pov

"¿Qué es lo que esta pasando?"

"No te preocupes, todo estará bien"

"Pero, ¿qué es lo que quieren estos hombres?"

"Señorita Armstrong, no tengo ni idea de quienes son estos hombres. No se agite, no se preocupe"

"Pero, ¿como quieres que me quede tranquila con todo lo que esta pasando ahora?"

Mi respiración se vuelve pesada y siento que mi corazón late con fuerza. No sé si por la extrema cercanía de Freen o por los disparos y gritos que se escuchan desde fuera. ¿Vamos a morir? ¿Saldremos de aquí? ¿Quienes son estos hombres y qué hacen aquí?

No entiendo nada, esto no estaba previsto. Me siento muy confundida y asustada.
Estoy temblando y sé perfectamente que estoy a punto de tener un ataque de pánico.

No puedo hablar, Freen sigue preguntándome que es lo que me está pasando, pero cuando finalmente me mira a los ojos fijamente se da cuenta de que me falta la respiración.

Mi vista está nublada pero puedo ver fácilmente cómo su mirada se suaviza inmediatamente por la preocupación de mi condición, y sin pensarlo dos veces pone la pistola al suelo y con las manos intenta tocarme los hombros, haciéndome retroceder.

"¡Mírame a los ojos, tranquila!"

Pero yo no la escucho, mis ojos miran por todos lados moviéndose a lo loco, mientras ella sigue pidiéndome que mantenga la calma.

Tengo frío, miedo, no puedo hablar ni reaccionar a lo que Freen me está diciendo, hasta que ella con un movimiento decidido me toma la carita en las manos y me obliga a llevar mis ojos en sus ojos.

"¡Becky!"

Cuando siento que me llama por mi nombre de esta manera, reacciono y logro finalmente recuperar un poco de lucidez y el control de mi cuerpo.

Mis ojos se enfocan en los suyos, y me transmiten una sensación de calma y seguridad. Había pasado mucho tiempo sin mirar ojos tan diferentes a los de Nop. Cuando lo miraba sentía miedo y rabia, pero mirando los de Freen me siento tan protegida, inexplicablemente.

Sus ojos son tan expresivos, a diferencia de los de Nop que son tan fríos y vacíos. Me permito por un momento detenerme en su rostro, y no puedo evitar notar lo hermosa que es.

Dios, esta mujer me hace sentir cosas que nunca había sentido.

Cuando se da cuenta de que por fin me he calmado, abro los ojos de par en par cuando noto que empieza a desabotonar su uniforme de guardaespaldas.

"¿Q-qué estás haciendo?"

Ella no me responde, sigue desabotonando su camisa hasta que se la quita, quedando solo con una camiseta bastante ajustada que deja vislumbrar su cuerpo.

Me quedo inmóvil admirando su cuerpo perfecto. Parecía tan dócil e indefensa, pero ahora me doy cuenta de por qué no hay que dejarse engañar por las apariencias: tiene un cuerpo entrenado y perfectamente en forma, que esconde con su ropa.

"¿Has terminado de mirarme?"

Su voz me obliga a dejar de mirar su cuerpo, haciéndome sonrojar por haber sido descubierta en el acto. Y me quedo mirando su mano, que se estiró hacia mí.

"¡Póntelo!"

Oh, Dios. Se quitó el uniforme para que me pusiera su chaleco antibalas.

"Pero...¿y tú...?"

"Lo necesitas más tú que yo, tú eres mi prioridad"

Lo que dice me golpea en su totalidad, y una nueva ola de sensaciones explota en mi pecho. Ella parece tan sincera preocupándose por mi.