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-¡Una cita!-Gritó Mia emocionada.-¡Con un chico que pocos conocen! ¡Y encima es hermano de tu enemiga!

-Denise Michelle no es mi enemiga.-Me quejé.-Eso es lo que quiere que piense la gente, la única competición que hay entre ella y yo existe dentro de su cabeza.

-Muy bien dicho. ¿Sabes ya lo que te vas a poner para la cita?

-Taesan no dijo en ningún momento que sería una cita, simplemente hemos quedado.

-¿¡Eres tonta!? ¡Eso es una cita!

-Cálmate. Jaehyun no puede enterarse de esto.

-Dios mío, es cierto. 

-¿De qué no me puedo enterar?-Preguntó mi amigo sentándose en la mesa de la cafetería.

-¡De nada!-Dije asustada.-Hoy te has echado más comida.

-Quiero recuperarme poco a poco.-Sonrió.-He estado entrenando mucho y merezco mimarme.

-Estoy muy orgullosa de ti.

Le acaricié la mejilla y este rio bajo mi tacto. La mañana pasó como siempre y marché a casa tratando de pensar qué outfit podría usar para quedar con Taesan. No tenía ni la menor idea de a dónde iríamos, pero quería no quería llevar un estilo muy distinto al suyo. Mia me aconsejó unos pantalones negros con un jersey blanco con cuello de tortuga y un bolso rojo.

Esa vez iría caminando al lugar en el que quedé con el hijo de Miquel Han, por lo que pude apreciar mejor las grandes casas que había a mi alrededor. Me sumergí en mis propios pensamientos hasta que diferencié la figura de Taesan saludándome.

-¿En qué estabas pensando, Williams?-Rio.-Parecía que estabas sumergida en tus pensamientos.

-Así es.-Sonreí.-Estaba mirando las casas.

-Bueno, ¿estás lista?

-Claro, ¿qué vamos a hacer?

-Vamos a hacer de detectives.

El chico agarró mi mano y tiró de ella. Al parecer, tenía razón en que mi quedada con Taesan no se trataba de una cita, sino de una reunión de dos amigos. De todos modos, parte de mí se puso un poco triste. Además que seguía sin comprender por qué sentía cierta nostalgia cada vez que estaba a su lado.

Anduvimos hasta llegar a un cementerio, me atrevería a decir que era el mismo en el que enterraron a mi padre. No me gustaba la vibra del lugar, además que estaba todo el cielo cubierto de nubes y ningún rayo de sol podía pasar por ahí.

-¿Has quedado conmigo para traerme a un cementerio?-Dije soltando su mano.

-No es un simple cementerio, Williams.-Respondió.-Ven.

-No quiero estar aquí, vamos a otro lugar, por favor.

-Si quieres saber todo lo que he descubierto, tendrás que quedarte.-Dijo firmemente, acercando de nuevo su mano hacia mí.-¿Qué me dices? ¿Vienes?

Me lo pensé dos veces, ya que tenía la impresión de que nada bueno ocurriría ahí dentro. De todos modos, la mirada de Taesan me transmitía confianza, como si algo en mí confiase ciegamente en él. Temía en el fondo de mi corazón que sintiera tanta familiaridad a su lado. Finalmente, agarré su mano y asentí con la cabeza, lo que le sacó una sonrisa que, para mi sorpresa, parecía mucho más rectangular de lo normal.

Taesan tiró de mi brazo de nuevo y nos adentramos en el tenebroso cementerio. Mi acompañante se pensó dos veces si meternos por el lugar en dónde se encontraba mi padre, pero terminó metiéndose por otro pasillo para evitarlo, probablemente no quería hacerme sentir mal. De golpe, frenó nada más llegar a la tumba que observó de lejos días antes, era grande y el cristal negro seguía intacto. Parecía como si no hubiera tenido un recambio de flores en meses debido a lo marchitas que estaban, lo cual me producía pena.

-¿Qué le pasa a esta tumba?-Pregunté mirándole con cierta inseguridad.

-Aquí está el cuerpo sin vida de uno de los criminales de los que te hablé.-Dijo con una suave voz.

-¿¡Y por qué me has traído!? ¡No me gusta esto!

-Mira la descripción que hay bajo el cristal.

Suspiré y me acerqué un paso más a la tumba para observar el objeto detenidamente. Se trataba de un ónix negro, era precioso. Había unas palabras grabadas a los pies del cristal.

"A mi buen amor, que en paz descanse. Gracias por protegernos, a pesar de que te haya costado la vida. Prometo vernos en otra vida, mi querido Onyx. Te amo."

"-Agata Lee."

Mi corazón dio un vuelco y volví a dar un paso hacia atrás. Mi pulso empezó a ir a mil y empecé a temblar. Taesan se dio cuenta de mi reacción y me miró confuso.

-¿Estás bien?-Preguntó.

Inconscientemente miré al frente y me quedé tiesa al ver la figura de un chico junto a la tumba. Él estaba mirándome de brazos cruzados con una sonrisa. Parecía como si me conociese y quisiera hablar conmigo, pero yo no era capaz de moverme.

-Me alegro mucho de verte.-Escuché que decía.

Automáticamente, empecé a gritar. Taesan corrió a abrazarme una vez vio cómo entraba en un ataque de pánico. El cielo se cubrió más todavía y la lluvia empezó a caer sin cesar, pero no podía pensar en ello en ese preciso instante.

-¿¡Qué ha pasado, Addison!?-Gritó mi acompañante sin soltarme.-¿¡Qué has visto!?

-¡El chico que vi!-Grité.-¡Le vi en la meditación! ¡Es el criminal!

-¡Cálmate, por favor! ¡Estás delirando!

-¡No, joder! ¡Le he visto y me ha hablado!

-Mírame.-Dijo acercándose a mi rostro.-No te pasará nada conmigo aquí, ¿entendido?

Yo continué sollozando por un par de minutos más y Taesan acarició mis mejillas lentamente mientras continuaba mirándome a los ojos.

-No permitiría que nada ni nadie te pusiera las manos encima.-Susurró.

De golpe, besó mis labios con gran cuidado. La lluvia continuaba cayendo sin piedad sobre nosotros, pero no nos importaba en absoluto. Taesan colocó sus manos en mi cintura y yo las coloqué en su cuello para profundizar más el beso. No comprendía el motivo, pero me sentía como en casa entre sus brazos de nuevo. Todo el miedo que tuve en algún momento se desvaneció gracias a él y solamente pensaba en estar así toda una vida. Él se separó de mí y juntó nuestras frentes.

-Lo siento, Addison...-Susurró.-Me he dejado llevar.

-No pasa nada.-Dije todavía acariciando su cuello.-Ha estado bien, aunque no ha sido el lugar más romántico para esto.

-Me quedo con que te acordarás de mí.-Rio.-Un beso en el cementerio bajo la lluvia no lo tiene cualquiera.

-En cuanto a eso... Quiero marcharme de aquí lo antes posible.

-Está bien.

Taesan agarró con fuerza mi mano y comenzamos a caminar juntos. Yo miré hacia atrás antes de salir de aquel oscuro pasillo para echarle un último vistazo a la tumba de aquel criminal tan temido. El hombre ya no estaba allí, así que me sentí más aliviada. Me fijé en las flores que anteriormente estaban marchitas ya que, de la nada, parecía como si fuesen totalmente nuevas de lo frescas que estaban.

Circles [Taesan & Jaehyun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora